Este verano se daba a conocer un estudio realizado en 11 países europeos, entre ellos España, que revelaba que el 94% del agua potable y el 63% del agua de manantial o embotellada en la UE están contaminadas con ácido trifluoroacético (TFA), un subproducto de los llamados “químicos eternos” o sustancias perfluoradas (PFAS), presentes en numerosos productos, incluyendo los pesticidas y los gases fluorados utilizados en refrigerantes y extintores.
Ahora, investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst (EEUU) han descubierto una nueva forma de detectar sustancias del tipo PFAS en el agua. Esto marca un importante paso adelante en la creación de dispositivos de detección más simples, rentables, rápidos y, en general, más accesibles al público que los métodos actualmente existentes.
Las PFAS, las llamadas sustancias químicas eternas y de las que existen centenares de tipos diferentes, son un contaminante preocupante, porque muchas veces se comercializan antes incluso de haber sido autorizados formalmente por los órganos de la UE.
Estas sustancias químicas persisten en el medio ambiente porque resisten la descomposición y plantean importantes amenazas para la salud. La exposición a estas sustancias químicas está vinculada a varios tipos de cáncer (incluidos los de riñón, testículo, mama, ovario, próstata, tiroides y leucemia infantil), daños hepáticos y cardíacos, y daños en el desarrollo de bebés y niños.
Las sustancias PFAS son un grupo de centenares de tipos diferentes que amenazan la salud y están presentes en muchos artículos de uso cotidiano
A principios de este año, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos anunció el primer estándar de seguridad nacional para PFAS en el agua potable, que queda fijado en 4 partes por billón (PPT, en inglés). “PPT significa partes por billón. Eso significa que, en un billón de moléculas en el agua, solo 4 moléculas son PFAS. Y necesitamos poder detectar incluso esas pocas”, explica Chang Liu, profesor asociado de ingeniería biomédica en UMass Amherst y autor del artículo publicado en la revista Science Advances que describe su nuevo método.
Los métodos actuales son caros y complejos
El sistema estándar para analizar PFAS es actualmente la cromatografía líquida combinada con espectrometría de masas. Sin embargo, este método requiere un equipo de millones de dólares y procesos muy complicados, además de ser sumamente aparatoso. “Además, la persistencia obstinada de los residuos de PFAS puede disminuir la sensibilidad de estos instrumentos con el tiempo”, dice Xiaojun Wei, primer autor del artículo.
Su investigación ha demostrado que un dispositivo pequeño y económico es factible para identificar varias familias de PFAS y detectar estas sustancias en niveles tan bajos como 400 ppt. Aunque este descubrimiento, que se encuentra en la etapa de prueba de concepto, no alcanza el mismo nivel de sensibilidad ni la cantidad de tipos de PFAS que se pueden detectar con la espectrometría de masas, los investigadores ven un gran potencial en este sistema.
“Estamos reduciendo el coste del instrumento de un millón de dólares a unos pocos miles”, señala Liu. “Necesitamos una mejor tecnología para detectar PFAS: más accesible, más asequible y más fácil de usar. Y más pruebas in situ. Esa es la motivación”.
Aprovechando procesos ya existentes
Los investigadores también consideran que el sistema es útil como herramienta de detección inicial para identificar el agua que plantea mayores riesgos para la salud humana.
Su dispositivo de prueba funciona añadiendo una molécula llamada ciclodextrina a un pequeño dispositivo que normalmente se utiliza para secuenciar ADN, llamado nanoporo. La interacción ‘huésped-anfitrión’ entre la ciclodextrina y los PFAS ya había sido estudiada anteriormente, pero Liu explica que nadie la había combinado nunca con un nanoporo para conseguir detectar las PFAS.
“Ahora estamos utilizando una de estas moléculas, llamada HP-gamma-ciclodextrina, como adaptador en un nanoporo de alfa-hemolisina”, afirma, creando así un detector de PFAS.
Liu espera que su investigación ayude a generar conciencia sobre los peligros de los PFAS y, en última instancia, conduzca a la comercialización de un detector de PFAS portátil para el control del agua en la vida real.
Estudio de referencia: https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adp8134
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