El protagonismo político de Elon Musk le está costando caro a Tesla. La politización de la marca y el aumento de la competencia han sido los factores clave para que las ventas de coches de la compañía hayan caído un 13% en el primer trimestre, según los datos divulgados este miércoles por la empresa. Tesla fabricó 362.615 coches y entregó 336.681, cuando en el primer trimestre de 2024, que ya fue un periodo muy malo para la compañía, había fabricado 433.371 unidades y entregado 386.810.
“Aunque el cambio de las líneas del modelo Y en nuestras cuatro fábricas supuso la pérdida de varias semanas de producción en el primer trimestre, la puesta en marcha del Nuevo Modelo Y sigue yendo bien”, afirma la compañía en un escueto comunicado. Las ventas, las más bajas desde el segundo trimestre de 2022, se quedan por debajo de las previsiones medias de los analistas, aunque había mucha dispersión en los pronósticos.
La cotización reaccionó a la baja inicialmente, pero luego se dio la vuelta y empezó a subir después de que Politico publicase que Trump ha indicado a sus principales asesores que Musk podría dar un paso atrás en su actual papel en el Gobierno. La idea es que tenga una participación menos activa y deje de ser un empleado gubernamental especial, pero que se mantenga como un asesor más distanciado.
El multimillonario reconocía este domingo en un mitin en Green Bay (Wisconsin) que su activismo político estaba resultando perjudicial para Tesla. Su cercanía al presidente de Estados Unidos, Donald Trump; su papel como inspirador de los recortes y despidos del Departamento de Eficacia Gubernamental (DOGE), y los constantes bulos que difunde en su red social X han provocado protestas frente a sus concesionarios por todo Estados Unidos, algunas de ellas violentas.
Un movimiento de protesta conocido como Tesla Takedown celebró el pasado sábado cientos de manifestaciones antes los concesionarios de Tesla de todo el mundo. Ese grupo activista, que ha condenado los casos de violencia, ha instado a la gente a vender sus vehículos y acciones de Tesla. En Estados Unidos, el Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigación (FBI) han convertido en una de sus prioridades investigar los ataques a los concesionarios de Tesla, que Trump ha calificado de terrorismo interior.
El malestar contra Musk también se ha sentido en Europa, donde el hombre más rico del mundo ha apoyado a candidatos de ultraderecha en varios países. Las ventas de vehículos de la empresa se derrumbaron un 49% en la Unión Europea en los dos primeros meses del año, en los que vendió solo 19.046 unidades, mientras el mercado de coches eléctricos crecía el 28,4%. Contando Reino Unido, Suiza, Noruega e Islandia, la caída de Tesla se suaviza un poco, el 42,6%, hasta 26.619 unidades, según los datos de Acea, la patronal del sector. Por otro lado, las autoridades italianas están investigando un posible motivo anarquista detrás de un incendio que dañó 17 vehículos de la marca en Roma.
Con su cifra de ventas, Tesla se queda muy lejos del nuevo líder del sector, la compañía china BYD, que vendió un millón de coches entre eléctricos puros e híbridos enchufables en el primer trimestre, con un crecimiento del 60%, según los datos comunicados este lunes. En lo que se refiere a eléctricos puros, aumentó sus ventas un 39%, hasta 416.888 unidades entre enero y marzo. Además, la compañía china está sacando ventaja tecnológica a Tesla con su nueva batería de recarga ultrarrápida.

Tesla ya comunicó por primera vez una caída anual de las ventas al cierre del ejercicio 2024. Elon Musk aseguró que este año comenzaría la recuperación, pero no termina de levantar cabeza en su negocio principal. Tesla se ha convertido en una marca politizada y eso le está pasando factura, pero además la compañía ha tardado mucho en renovar su gama y los competidores aprietan.
La compañía que dirige Elon Musk ha lanzado finalmente el modelo Y actualizado, pero sigue sin sacar al mercado el nuevo modelo más económico que lleva anunciando desde hace años y que en abril de 2024 anunció que aceleraría para lanzar a finales del año pasado o comienzos de este, algo que obviamente no ha sucedido. Mientras, el Cybertruck ha sido por el momento un fracaso comercial.
Las ventas de los principales fabricantes de coches se han disparado en Estados Unidos en el primer trimestre por temor a las subidas de precios derivadas de los aranceles de Donald Trump. Tesla fabrica en sus plantas estadounidenses los coches que vende en el país, pero importa materias primas y componentes. Además, la compañía puede verse sometida a las represalias comerciales de otros países.
En la conferencia de presentación de los resultados de 2024 a los analistas, Musk lanzó mensajes optimistas, alguno de los cuales sonó tan fantasioso como su plan de establecer una civilización en Marte para salvar a la humanidad. Dijo que “hay un camino” no solo para que Tesla sea la compañía más valiosa del mundo, sino para que valga más que las siguientes cinco mayores compañía juntas. “Es un camino difícil, pero alcanzable”, afirmó. Pronosticó un año 2026 “épico” y un 2027 y 2028 “ridículamente buenos”, tras haber sembrado el terreno para ello con inversiones en tecnología y desarrollo el año pasado y este, argumentó.
Lo que sigue yendo como un tiro es el negocio de baterías y almacenamiento de energía de Tesla. Los 10,4 Gwh del primer trimestre de este año más que duplican los 4,053 del mismo periodo del año anterior.