Estados Unidos comenzó el año 2025 con la conmoción del atropello masivo más mortífero de su historia, que dejó al menos 15 muertos en Nueva Orleans, y con la extraña explosión de un Tesla Cybertruck a las puertas del Trump International Hotel de Las Vegas, en el que resultó muerto el conductor. Las autoridades investigan ambos sucesos como potenciales actos de terrorismo. Los dos vehículos implicados, ambos eléctricos, fueron alquilados a través de la misma aplicación de coches compartidos, Turo. Además los conductores de ambos tenían pasado militar. Sin embargo, se desconoce por ahora si hay conexión directa entre los dos actos, que se producen a menos de tres semanas de que Donald Trump tome posesión en su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. El actual presidente, Joe Biden, indicó que se investiga la posible relación entre ambos actos. “Hasta ahora, no hay nada que informar al respecto”, dijo el miércoles en una comparecencia desde la residencia presidencial rústica de Camp David, en Maryland.
La cifra provisional de 15 muertos convierte el atentado de Nueva Orleans en el ataque con más víctimas mortales en Estados Unidos desde que un hombre de 40 años con problemas mentales mató a 18 personas en Maine con un rifle semiautomático en octubre de 2023, buena parte de ellos en una bolera de Lewiston. Sin embargo, a diferencia de aquel tiroteo, el atropello masivo de Nueva Orleans tiene unas connotaciones especiales. El autor, identificado como el estadounidense veterano del ejército Shamsud-Din Jabbar, de 42 años, llevaba una bandera del Estado Islámico (ISIS) en la camioneta con que arrolló a la multitud, según la Oficina Federal de Investigación (FBI). Utilizó un procedimiento que se ha convertido en habitual en el terrorismo islamista.
El FBI investiga las posibles asociaciones y afiliaciones del autor con organizaciones terroristas. Las autoridades no creen que sea el “único responsable”, según declaró el miércoles Alethea Duncan, agente especial adjunta del FBI en Nueva Orleans, en una rueda de prensa en la que pidió colaboración ciudadana para seguir todas las pistas. Los investigadores revisan imágenes de vídeo en las que se ve a tres hombres y una mujer colocando aparentemente un artefacto explosivo casero relacionado con el atentado, según consta en un boletín de la Policía Estatal de Luisiana obtenido por Associated Press.
Biden señaló el miércoles en su comparecencia que Jabbar difundió vídeos en las redes sociales horas antes del atentado en los que expresaba su deseo de matar e indicando que estaba “inspirado por el ISIS”, aunque sin señalar que el autor mantuviera conexión con el Estado islámico. El presidente subrayó que la investigación está en una fase preliminar, que la situación es muy fluida y que nadie debe sacar conclusiones precipitadas.
El presidente se refirió también a la explosión de un Cybertruck en Las Vegas. El hecho de que se tratase de un coche fabricado por Tesla, la empresa de Elon Musk, principal aliado del presidente electo, Donald Trump, y de que la explosión tuviese lugar en la puerta del Trump International Hotel parece indicar que no se trata de ningún accidente. Biden indicó que las fuerzas del orden y la comunidad de inteligencia están investigando ese suceso, incluyendo “si hay alguna posible conexión con el ataque en Nueva Orleans”, para indicar que por el momento no disponía de información al respecto.
Las autoridades investigan también como un posible acto de terrorismo esa explosión, que dejó un muerto —que se encontraba en el interior del vehículo— y siete heridos leves. Elon Musk descartó que se tratase de una explosión accidental. “Hemos confirmado que la explosión fue causada por fuegos artificiales muy grandes y/o una bomba transportada en el maletero del Cybertruck alquilado y no está relacionada con el vehículo en sí. Toda la telemetría del vehículo era positiva en el momento de la explosión”, tuiteó. El magnate aseguró que la solidez del vehículo evitó males mayores: “Los malvados cabezas de chorlito eligieron el vehículo equivocado para un ataque terrorista. El Cybertruck contuvo la explosión y la dirigió hacia arriba. Ni siquiera se rompieron las puertas de cristal del vestíbulo”, escribió.
De momento, las autoridades creen que la explosión del Cybertruck es un “incidente aislado”, según señaló Kevin McMahill, sheriff de la Policía Metropolitana de Las Vegas, y aseguran que no hay de momento indicios que apunten a una conexión con el ISIS, a diferencia del atropello de Nueva Orleans. “Esta es una camioneta Tesla, y sabemos que Elon Musk está trabajando con el presidente electo Trump, y es la Torre Trump, así que obviamente hay cosas de las que preocuparse y es algo que seguimos analizando”, dijo McMahill cuando los periodistas le preguntaron sobre posibles conexiones políticas. Jeremy Schwartz, agente especial del FBI en Las Vegas, dijo en una rueda de prensa que su agencia investiga si la explosión “fue un acto de terrorismo o no”. “Sé que todo el mundo está interesado en esa palabra y tratando de ver si podemos decir: ‘Hey, esto es un ataque terrorista. Ese es nuestro objetivo, y eso es lo que estamos tratando de hacer”, explicó.
La gravedad de los dos sucesos es muy diferente. El atropello masivo de Nueva Orleans dejó al menos 15 muertos y decenas de heridos y provocó el pánico en la calle Bourbon, la más concurrida de Nueva Orleans y uno de los lugares de referencia para las celebraciones de Año Nuevo y, en general, para el ocio nocturno de la ciudad de Luisiana. La explosión de Las Vegas tuvo consecuencias mucho menores. Sin embargo, si ambos hechos están conectados (más allá de que los vehículos fueran alquilados en la misma plataforma y de que los conductores tuvieran pasado militar) o incluso si no tienen relación directa entre sí, pero ambos son actos terroristas, adquieren una significación especial en pleno proceso de transición de poder en Estados Unidos.
Donald Trump asumirá el cargo a mediodía del próximo 20 de enero, como marca la Constitución. El presidente electo no se pronunció en sus redes sociales sobre la explosión ante su hotel. Sí lo hizo acerca del atentado de Nueva Orleans, pero lo hizo de forma prematura, cuando aún no había trascendido la identidad del autor y sugiriendo que era responsabilidad de un inmigrante.
“Cuando dije que los criminales que entran son mucho peores que los criminales que tenemos en nuestro país, esa afirmación fue refutada constantemente por los demócratas y los medios de noticias falsas, pero resultó ser cierta”, escribió el presidente electo en su red social, Truth. Sin embargo, mantuvo silencio cuando se supo que el autor era un ciudadano estadounidense nacido en Texas y cuando trascendió que llevaba una bandera del ISIS en su camioneta eléctrica, una Ford F-150 Lighting.
La definición de terrorismo es amplia y de perfiles variables en Estados Unidos, tanto desde el punto de vista jurídico como convencional. Nueva York, por ejemplo, acusa de terrorismo a Luigi Mangione, el detenido por asesinar al consejero delegado de UnitedHealthcare. Bajo la etiqueta de terrorismo doméstico se suelen englobar también los crímenes de odio y similares. El atentado de Nueva Orleans sería el ataque terrorista con más muertos desde la matanza del Walmart de El Paso (Texas) en agosto de 2019, con 23 muertos (incluido uno que falleció en 2020 por complicaciones derivadas de aquel acto). Si se confirma el carácter islámico del ataque, se trataría del más mortal de este tipo desde que Omar Siddique Mateen, un ciudadano estadounidense de padres afganos, mató a 49 personas en junio de 2016 en una discoteca de Orlando popular entre la comunidad gay. Tras él, sería el segundo mayor desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En octubre de 2017, el uzbeco Sayfullo Saipov, mató a ocho personas e hirió a otras 12 en Nueva York al invadir un carril bici con una camioneta, en el peor atentado yihadista de la presidencia de Donald Trump. Tras aquel atentado, el entonces presidente arremetió contra el sistema de lotería de visas, del que se había beneficiado Saipov, responsabilizando a los demócratas por su aprobación.