2 de enero de 2025. El Centro de Planetas Menores del Centro de Astrofísica de Harvard-Smithsonian ha recibido un mensaje de un astrónomo aficionado. En él, señala que ha divisado lo que parece ser un raro asteroide muy cercano a la Tierra. Tras revisar la información, los astrofísicos de esta institución lanzan un aviso a las 23:52 UTC. Sin embargo, solo 17 horas después publican un mensaje anulando el aviso anterior. En realidad, lo que vieron no era un asteroide, sino el Tesla Roadster de Elon Musk.
El CEO de SpaceX lanzó este coche al espacio en 2018, a bordo de un cohete Falcon Heavy. El objetivo era justamente hacer una prueba con este cohete, llevando a bordo una carga útil pesada. Dicha carga fue ni más ni menos que el Tesla Roadster que el propio Musk había conducido hasta entonces. A bordo del cohete iba el vehículo y dentro de este un maniquí al que bautizaron como Starman.
El lanzamiento fue un éxito y, desde entonces, el Tesla Roadster vaga por el espacio sin supervisión. Por eso, cuando los astrónomos aficionados y profesionales detectaron un objeto sin identificar en una órbita cercana a la Tierra no pudieron relacionarlo con SpaceX. No había constancia de su posición, por lo que fue lo último que se les pasó por la cabeza. Esta puede parecer una historia divertida, pero en realidad muchos científicos han advertido de que es un toque de atención sobre muchas cosas que se están haciendo mal en el espacio.
No es un asteroide, no es un avión, es el Tesla Roadster de Elon Musk
El objeto detectado el 2 de enero se encontraba a 240.000 kilómetros de la Tierra. Eso es más cercano incluso que la órbita de la Luna. Por eso, los científicos de Harvard no tardaron en catalogarlo como objeto cercano a la Tierra (NEO por sus siglas en inglés). Estos objetos deben someterse a una supervisión constante por el riesgo de choque peligroso contra nuestro planeta.
En este caso, fue precisamente durante esa monitorización cuando se descubrió que, en realidad, era el Tesla Roadster. ¿Pero qué hubiese pasado si hubiese sido realmente un asteroide?
Los científicos que se dedican al seguimiento de NEOs han alertado del riesgo que supone algo como lo que ha ocurrido. Si no hay constancia de la ubicación de los objetos lanzados por el ser humano al espacio, estos pueden confundirse con NEOs. En ese caso, habría que poner en marcha un protocolo de monitorización innecesario, que estaría retirando recursos de la supervisión de posibles objetos que sí son peligrosos y que, por poner el foco fuera de lo importante, aún no se han descubierto.
Además, según ha explicado en Astronomy Magazine el astrónomo Jonathan McDowell, del centro de astrofísica (CfA), en el peor de los casos podrían gastarse miles de millones de dólares en lanzar una sonda dirigida a estudiar el objeto sospechoso. Sería un gasto innecesario y, por mucho dinero del que dispongan las agencias espaciales, no deja de ser un despilfarro.
No es la primera vez
Lo ocurrido con el Tesla Roadster ha sido más llamativo por el hecho de que se trata del coche de un millonario con un maniquí espacial a bordo. Bastante estrafalario.
Pero la cuestión es que no es la primera vez que ocurre algo así. Al menos cuatro naves se han registrado erróneamente como asteroides para después acabar desmintiéndose. Ocurrió con la nave de la misión Bepi-Colombo, de Europa y Japón, con la misión Lucy de la NASA, con el observatorio rusoalemán de rayos X Spektr-RG y con la que se cree que es la etapa superior del cohete que impulsó la sonda lunar Surveyor-2 en 1966.
Estas misiones, al menos, tenían un cometido. Bepi-Colombo se encarga de estudiar Mercurio, Lucy se dirige a los asteroides troyanos de Júpiter, SpekTR se encuentra en busca de nuevas galaxias y núcleos galácticos activos y la Surveyor 2 se lanzó para estudiar la Luna. Sin embargo, el Tesla Roadster es el experimento de un magnate millonario para demostrar lo lejos que puede llegar con su dinero. Esta noticia es muy simpática, pero no debemos dejar de prestar atención a lo importante.