“Mi semana más fuerte fue de 215 kilómetros”, dice Yago Rojo, maratoniano madrileño de Aluche. Es fácil comprobarlo, porque cada día sube sus entrenamientos metódicamente a Strava. Allí tiene 8.500 seguidores. “Siento que la gente valora mi transparencia, y cada vez recibo más comentarios de los que me leen. Me dicen ¡qué palizas te das! o me preguntan por qué hago esto o lo otro”, explica el fondista, tras guiar un entrenamiento de su equipo (Hoka) en la víspera del Europeo de Roma, donde compite este domingo en la media maratón: “Hay mucho nivel, pero yo estoy muy bien”.
Rojo tiene 29 años y ya ha dado pasos de gigante en maratón. Ha corrido los 42.195 metros en 2h07:47. Lo hizo en Valencia 2023 y valió para tener un pase directo a los Juegos Olímpicos en París. “En mis comienzos no me planteaba ni que ir a los Juegos fuera un sueño, pero en el camino de ellos estoy, cerca de lo que he perseguido toda la vida. Mucho trabajo”, reflexiona Yago, que comenzó como mediofondista y descubrió un talento especial para la larga distancia.
En la icónica tienda Bikila de Madrid, rodeado de zapatillas de atletas míticos como Daniel Komen, Ingebrigtsen, Kipchoge… el madrileño reconoce que a lo largo de su carrera siempre ha ido con “perfil bajo”, pero con muchas horas de trabajo y disciplina. “Nunca me pierdo una sesión, y es cierto que mis padres me han dado una educación para ser muy comedido, conservador. Recuerdo cuando Jesús España me decía vas a lograr esto. Y yo respondía: ‘Estás loco’. Y al final se cumplía. Y ahora estoy en unos Juegos, pero igual, siempre con perfil bajo”.
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La maratón olímpica prevé ser una prueba muy bonita, con pasos por las partes más bellas de París y también durísima, por recorrido y por el calor. “Creo que puede ganarse con 2h10 o así”, analiza Rojo, que ha hecho cambios en su entrenamiento para adaptarse: “Estoy priorizando el tema de la suplementación en cuanto al calor y tomar muchas sales minerales. Para entrenar, busco perfiles más duros. Antes en la Casa del Campo iba por el Zoo, que es más llano y ahora me meto por la Tapia, el Bosque, la cuesta del SONRÍE”.
SONRÍE, una cuesta icónica de la Casa de Campo
SONRÍE son seis árboles con cada una de esas letras escritas en medio de una cuesta complicada. Una metáfora de la maratón, carrera feliz cuando la acabas, y dura en el trayecto. Pero antes está la media de Roma, este domingo: “Me encuentro muy bien, he encadenado una preparación muy buena y servirá para probar todos los experimentos contra el calor: hidratación, chaleco y gorra de frío… Si leo bien la carrera, tendré oportunidad de hacer un buen papel”.
La vida del maratoniano es entrenar y entrenar hasta jugárselo todo en una o dos carreras. Dos en el caso de Rojo: Roma y París. “A mí me gusta mucho entrenar y acumular kilómetros, así que lo llevo bien. Es más duro jugárselo a una sola bala, pero, de momento, ha salido todo bien”.
Y para ello tendrá una motivación más: “Sí, efectivamente, mis colegas de la barra de Aluche van a venir a verme. Ya tienen los billetes para todo”. El olímpico de Aluche.
