El Senado acoge este lunes la VI Cumbre Transatlántica contra el aborto, un encuentro organizado por la Red Política por los Valores (Network for Values) organización internacional de ultraderecha, que reúne a unos 200 políticos de varios países de ideología ultraconservadora, bajo el lema ‘por la libertad y la cultura de la vida’, a pesar de las críticas del Gobierno, de sus socios parlamentarios y de las manifestaciones de rechazo protagonizadas por activistas de organizaciones como Femen.
El exministro del Interior del PP Jaime Mayor Oreja ha abierto las ponencias de la cumbre como presidente de honor de la organización, que no solo se opone al aborto sino también al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la eutanasia. El encuentro se celebra en el antiguo salón de plenos de la Cámara Alta.
En su intervención, Mayor Oreja ha llamado a no tener “ningún temor” por defender el derecho a la vida. “Nosotros no tenemos que tener ningún temor. Estamos ganando a pesar de que la moda dominante siga rabiosa y enfadada con nosotros”, ha asegurado. El exministro ha comparado el derecho al aborto con la esclavitud, que ha dicho que “fue también durante siglos una moda dominante especialmente en los países anglosajones”.
“Nosotros estamos señalando el corazón del debate del mundo occidental por tanto no debe sorprendernos que además de llamarnos fundamentalistas nos llamen ultras simplemente por defender el derecho a la vida simplemente por defender un concepto de la persona basada en la antropología cristiana”, ha afirmado el exministro.
Por su parte, el fundador del ultraderechista Partido Republicano chileno, José Antonio Kast, ha aplaudido la celebración del evento “a pesar del intento minoritario de cancelación”, que ha tenido lugar, según ha afirmado “a pesar de esa intolerancia y a pesar de las descalificaciones que hoy día se oían ahí a la distancia”. “Quienes nos han intentado cancelar hoy, quienes nos caricaturizan en la prensa, quienes desparraman el odio a través de las redes sociales en nuestra contra, son aquellos que nos temen, y nos temen porque nos saben irreductibles. Saben que somos valientes, y que nunca vamos a claudicar en la defensa de estos valores. Ellos tienen claro que seguiremos adelante, aquí en España, en Hungría, en Colombia, en Chile, en cualquiera de los países que ustedes representan, porque esta red ha ido creciendo, y seguirá creciendo”, ha afirmado Kast.
En las puertas de la Cámara Alta, el vicepresidente y secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha señalado que parece que al Ejecutivo de Pedro Sánchez le incomode “que hoy se se exalte la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte que está impulsando este Gobierno” y ha advertido que no van a tolerar que la izquierda “impulse esa cultura de la cancelación”.
“Un invierno demográfico nos asola en España porque no nacen niños y en Europa fomentan la inmigración ilegal”, ha asegurado Garriga, que también ha expresado su agradecimiento a los organizadores por haber escogido España para este evento.
Manifestantes defienden el derecho al aborto: “Fuera fascistas”
Antes de comenzar la cumbre varios de sus asistentes han participado en una misa a solo unos metros en el Real Monasterio de la Encarnación, a cuyas puertas se han manifestado una veintena de personas en defensa del aborto al grito de “fuera fascistas de las instituciones”, “aborto libre, seguro y gratuito”, “fuera antielección del Senado” y “fuera rosarios de nuestros ovarios”.
También portaban carteles en los que se podía leer “el aborto es sagrado”, “derecho al aborto universal”, “anticonceptivos para no abortar” y “son mis ovarios”.
Marta, una de las participantes en la concentración, ha denunciado, en declaraciones a medios recogidas por Europa Press, que nadie haya hecho “nada” por impedir que la cumbre se celebrase en la Cámara Alta, “cuando además el aborto es legal en España“. Además, ha destacado que hay medidas que tienen que garantizar el derecho al aborto y “no apoyar a este tipo de actos y mucho menos acogerlos en una institución pública como el Senado”.
La celebración de la cumbre ha provocado manifestaciones de rechazo en las últimas semanas como la de dos activistas de Femen que interrumpieron semidesnudas la sesión de control al Gobierno del pasado martes para protestar contra la cumbre internacional contra el aborto y fueron desalojadas este pasado martes de la tribuna de público del Senado. “El aborto es sagrado”, gritaron las dos activistas desde la tribuna de público.
“Acabamos de protestar en el pleno del Senado contra la cumbre antiabortista que tendrá lugar en esta cámara el próximo 2 de diciembre. Aborto es sagrado, ahora y siempre. Nuestros cuerpos, nuestra normas!”, escribía Femen en un mensaje en la red social ‘X’.
También organizaciones de familias LGTBI+, entre las que se encuentran Crezco Familias LGTBI+ de Andalucía y el Colectivo LGTB+ de Madrid, hicieron llamamientos a impedir la celebración de la cumbre.
“Nuestras familias tienen derecho a vivir tranquilas, sin verse violentadas, ni agredidas, como cualquier otra familia española. Por eso, instamos a todas las personas y partidos políticos que tengan en su mano impedir la celebración de este acto, que no permitan que el odio y el retroceso se apoderen de instituciones democráticas, que tanta lucha y tanto sufrimiento han costado conseguir”, han apuntado.
Redondo: “Esto es una vuelta atrás que nos parece intolerable”
Por su parte, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha calificado de “intolerable” que el Senado se convierta en “un parque temático de la extrema derecha frente a los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres”. Estos derechos, según ha denunciado Redondo llevan “decenios conquistados” por las mujeres, por lo que esto supone “una vuelta atrás intolerable”.
“No vamos a consentir que la extrema derecha en el Senado pretenda devolvernos a la caverna”, ha asegurado la ministra, que ha afirmado que va “contra el progreso y avance en derechos, no solo de las mujeres, también del colectivo LGTBI”. Frente a ese “intento de revertir los derechos solamente hay un camino, avance en derechos, más libertad y más feminismo“, ha afirmado.
Redondo ya advirtió en octubre que el Senado es una Cámara de Representación Territorial y que “un acto de estas características, contrario a la igualdad, contrario a la libertad de las mujeres” es “infame” que se pueda desarrollar en este espacio. “Lo que no vamos a consentir es que el Senado se convierta en un parque temático de la ultraderecha y que el PP, además, promocione esa actividad. En ningún caso, el Grupo Socialista en el Senado votó a favor de esa actividad y, por lo tanto, vamos a hacer todo lo posible para impedirla“, afirmaba Redondo.
La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, también ha expresado su rechazo a la cumbre en un mensaje en la red social X donde defiende que el Senado es “de todos y de todas” y que “no puede acoger a quienes propagan discursos contra los derechos humanos y los valores constitucionales”. Los discursos “involucionistas, los ultras, no caben en las instituciones”, ha dicho Alegría, que también advierte al PP que “no debería darles cobijo”.
Rechazo del PSOE y de sus socios parlamentarios
La celebración de la cumbre fue aprobada el 17 de julio en la Mesa del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, pero también el PSOE tiene representación. Eso sí, según aseguran fuentes socialistas ese punto no estaba en el orden del día, ni se debatió ni se votó, por lo que niegan que sus senadores votasen a favor.
El Grupo Socialista en la Cámara Alta registró una moción el pasado 19 de noviembre junto a BNG, ERC, EH Bildu, Izquierda Confederal y PNV, por la que instaba a la Mesa del Senado a retirar la autorización para la celebración de la cumbre. En la iniciativa exponían que este acto propone “un ideario incompatible con la legislación vigente y promover la exclusión y la regresión de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y la libertad para decidir plenamente sobre su cuerpo”.
Criticaban que la cesión de las instalaciones del Senado a esta Red para la celebración de su Cumbre “supone la utilización de recursos públicos, poniéndolos a disposición de un Lobby neoconservador , que comparte agenda con la extrema derecha, negacionista, con una agenda organizada contra los derechos de las mujeres a su salud sexual y reproductiva y a la interrupción voluntaria del embarazo, y que financian redes de acoso contra mujeres que acuden a las clínicas para la interrupción voluntaria del embarazo”.
ERC, uno de los socios parlamentarios del PSOE, ha denunciado este lunes a través de su portavoz en el Senado, Sara Bailac, que el PP haya abierto las puertas del Senado “a sus amigos ultras” que promueven un retroceso de los derechos de las mujeres y de las personas LGTBIQ y legitiman “los discursos de odio, discriminación y violencia” contra las mujeres y contra el colectivo LGTBIQ.
“El PP ha demostrado no tener ningún respeto por las instituciones democráticas”, ha asegurado Bailac en una rueda de prensa en la Cámara Alta, y ha anunciado que frente a este “intento de silenciarles”, instarán a la ministra de Igualdad “a tomar medidas decididas para impedir el retroceso en los derechos de las mujeres”.
Bailac ha anunciado que tras reunirse con organizaciones internacionales han presentado una moción en la Comisión de Igualdad que se va a debatir este martes y que también presentarán una moción ante la comisión mixta de la UE en reconocimiento de las personas defensoras de los derechos humanos como el derecho al aborto y a su práctica. También ha dicho que ven “con preocupación” la postura del PSOE tras haber acordado este fin de semana quitar la Q de las siglas LGTBIQ. “Cuando no se es valiente para defender los derechos fundamentales se extiende una alfombra roja a los reaccionarios”, ha advertido.
También la senadora de Más Madrid Carla Antonelli, ha cargado contra el PP al que acusa de auspiciar una cumbre a nivel mundial con “lo peor de cada familia, de cada país de este planeta”, todos ellos, según ha afirmado, para auspiciar “políticas contra los derechos de la mujer a la interrupción voluntaria del embarazo”. Entre los que asisten a la cumbre se encuentran personas que piden, entre otras cosas, la castración de las personas gay, ha señalado Antonelli, antes de preguntarse “qué les harán a las personas transexuales”.
Antonelli ha dicho que este es un día “de absoluta vergüenza” y ha denunciado que la Mesa del Senado tumbó dos mociones registradas por Más Madrid asegurando que no había competencias en la Cámara. “No hay competencias para eso pero si para darles una de las mejores salas, el antiguo salón de plenos del Senado”, ha denunciado, para que se produzca “este aquelarre, porque lo que se esta produciendo es un aquelarre de los hijos putativos de Torquemada por todo el planeta”.
“Es una auténtica vergüenza que en esta casa se esté acogiendo a personas y personajes que van contra nuestros valores y principios democráticos de un país con más de 40 años de democracia en contra del matrimonio igualitario del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo todo consagrado por nuestro estado de derecho”, ha afirmado.
Por su parte, la portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Manuela Bergerot, ha considerado “particularmente grave” que la cumbre se celebre en una institución del Estado y señalado como responsable al PP, “por tener entre los ponentes” al exministro Jaime Mayor Oreja. “Esta cumbre no representa a Madrid, en Madrid se defienden los derechos de las mujeres, de las personas LGTBI, cabe todo el mundo, y por supuesto las personas LGTBI respondan a las siglas que respondan”.
Ante las críticas por la celebración en el Senado de esta cumbre, la vicesecretaria de Sanidad y Educación del PP, Ester Muñoz, ha dicho que el Senado es una institución pública cuyos salones se puede solicitar para la celebración de eventos y ha recordado que esta petición se hizo hace meses y fue aprobada “por unanimidad de la Mesa“, donde no se encuentra solo su partido.
Muñoz ha señalado que en enero habrá otro congreso “con una ideología completamente distinta a la que hay ahora”, y ha considerado que todas aquellas personas que quieran manifestar sus opiniones pueden hacerlo “dentro del respeto constitucional y del estado de derecho”.