➡️ Por Sonia Osorio, Huella Zero
El río San Pedro es uno de los principales corredores para casi la mitad de las 900 especies de aves migratorias de América del Norte; además, forma parte del suministro de agua subterránea para las comunidades del Condado Cochise, en Arizona. Esas son dos razones importantes para lanzar un salvavidas a este río que fluye hacia el norte desde México hacia Estados Unidos y es uno de los últimos ríos grandes sin represas del suroeste, pero necesita ayuda para la conservación de sus aguas.
El proyecto de gestión de aguas pluviales Coyote Wash de la Red de Conservación y Recarga de Cochise (CCRN), que consiste en capturar lluvias y aguas pluviales adicionales para recargar el acuífero, proteger los flujos en el río y mejorar la calidad del agua, es una de las iniciativas implementadas y cuenta con una subvención de $1.5 millones de la gobernación de Arizona.
“Esta es la última milla y el último dólar que necesitábamos para terminar este proyecto. Hemos estado trabajando en este proyecto, así como en muchos otros proyectos de conservación durante años porque sabíamos que era necesario hacerlo”, dijo Ann English, supervisora del Condado Cochise.
The Nature Conservancy, una organización ambiental, está trabajando con miembros de la CCRN para implementar ocho proyectos de protección y recarga de acuíferos a lo largo de 25 millas del río para garantizar que se mantengan suministros de agua adecuados tanto para las comunidades locales como para el Área de Conservación Nacional Ribereña de San Pedro.
Este esfuerzo regional de gestión del agua se basa en la ciencia hidrológica producida por las 21 agencias miembro de la Asociación del Alto San Pedro desde 1998. Conservancy fue miembro fundador y sigue siendo un participante activo en ambos grupos de colaboración.
Desde 1999, Conservancy ha reclutado a cientos de “científicos ciudadanos” voluntarios para ayudar a mapear los flujos del San Pedro en Estados Unidos y México durante la época más calurosa y seca del año. Los resultados del mapeo, realizado durante junio de cada año, permiten a los administradores del agua monitorear los patrones de flujo y adaptar estrategias para restaurar los flujos durante todo el año, evitando un mayor deterioro del ecosistema, indicó en su sitio en Internet.
La alcaldesa de Sierra Vista, Clea McCaa, explicó en octubre pasado -cuando asignaron la subvención- que, como el principal corredor migratorio para la vida silvestre, el “río San Pedro es crucial tanto para la salud de nuestro medioambiente como para la vitalidad de nuestras comunidades aquí en el Condado Cochise”. “La ciudad de Sierra Vista ha trabajado con nuestros socios a nivel local, estatal y federal para implementar una gestión del agua innovadora y responsable durante décadas y seguimos trabajando en eso hoy”, resaltó McCaa.
La cuenca del río San Pedro se extiende a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, cerca de Naco en el lado de Arizona y en el lado mexicano. Recorre aproximadamente 280 kilómetros, desde su nacimiento en las montañas del norte de Sonora hasta su confluencia con el río Gila, cerca de Winkelman, Arizona. La cuenca del río abarca partes de los condados Cochise, Pima y Pinal.
El propósito del proyecto de recarga es aprovechar el flujo laminar disponible y/o la escorrentía urbana mejorada, la escorrentía pluvial atribuible a las mejoras en la cuenca hidrográfica de la ciudad de Sierra Vista, para recargar el acuífero cerca del Alto Río San Pedro. Para respaldar este propósito, el condado Cchise y CCRN han realizado evaluaciones iniciales del sitio y un diseño de ingeniería preliminar en la propiedad de Bella Vista en ubicaciones específicas para desarrollar posibles alternativas de recarga.
Vida silvestre
The Nature Conservancy destacó que está trabajando para garantizar que los corredores más importantes para el movimiento de la vida silvestre permanezcan intactos y para mejorar la calidad de los hábitats en áreas clave.
En la zona hay 84 especies de mamíferos, incluidos jaguares, coatíes, murciélagos, castores y muchos roedores; más de 41 especies de reptiles y anfibios, incluidas la salamandra tigre de Sonora y la rana ladradora occidental; más de 100 especies de aves reproductoras, incluido el cuclillo de pico amarillo en peligro de extinción; y, estacionalmente, más de 250 especies de aves migratorias.
Las especies de peces nativos restantes incluyen el cacho de Gila, que se propone incluir en la lista federal de especies en peligro de extinción, y el pez dace de aleta larga, el matalote del desierto, el cacho de cola redonda, el matalote de Sonora y el dace moteado. “Algunos arroyos en la cuenca baja del río San Pedro están tan saludables que son el sitio de un esfuerzo masivo de reintroducción de peces. En el área de manejo cooperativo de Muleshoe Ranch, las poblaciones saludables de locha nativa, pez cachorro del desierto y dace están prosperando”, detalló.
Este artículo periodístico es parte de la alianza entre Conecta Arizona y la organización Sachamama -a través de su proyecto Huella Zero– para impulsar, en la comunidad hispana, temas ambientales y de cambio climático. Puedes leer los artículos a continuación:
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