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JOSÉ FÉLIX DÍAZ
Actualizado
Doble lectura del Real Madrid. Por un lado, una nueva indignación hacia las decisiones, tanto de Soto Grado como de Muñiz Ruiz, árbitro de VAR, especialmente con la manera de juzgar la jugada entre Vinicius y Dimitrievski, que terminó con el brasileño expulsado, en una jugada en la que el VAR llamó a Soto Grado para que la revisara y que terminó con la segunda expulsión del brasileño en Mestalla. La expulsión y la consiguiente sanción será recurrida por el Real Madrid, al considerar que no se ha juzgado con exactitud lo que ha sucedido sobre el césped, obviando primero la provocación del portero del Valencia y su posterior exagerada caída.
En un primer momento, se habló de un posible castigo de cuatro partidos como mínimo, al considerar la acción de Vinicius como agresión, algo que está tipificado como un castigo entre cuatro y doce partidos, tal y como refleja el artículo 103 dedicado a las agresiones. Por tanto, la sanción mínima a aplicar significaría que Vinicius no podría jugar la Supercopa, algo que en estos momentos parece descartado. La sanción apunta a dos partidos, que serán los siguientes a celebrar en el campeonato de Liga.
En estos momentos no se sabe cuándo se reunirá el Comité de Competición, que puede estar ante una decisión que en cualquier caso tendrá recorrido. Debe fallar antes del lunes, ya que el Real Madrid juega Copa el próximo lunes.
Sin disputa del balón, pero con el juego en marcha
En aquellos casos en que la expulsión del terreno de juego se deba a situaciones en que el/la futbolista no hubiera tenido posibilidad de disputar el balón, la suspensión será de al menos, dos partidos, tal y como refleja el artículo 121 del código disciplinario.
También es un factor atenuante aquello del golpe que previamente dio el exportero del Rayo al delantero del Real Madrid, equipo que va a poner todo de su parte para reducir la pena al máximo. De manera paralela a la batalla por lograr que Vinicius tenga el mínimo castigo posible, desde Valdebebas se volverá a pedir o hacer todo lo posible por lograr un cambio en el mundo del arbitraje, algo que por ahora no tiene posibilidad alguna, tras la ratificación hecha por Rafael Louzán hacia la figura de Medina Cantalejo.