El presidente Joe Biden tuvo el viernes unas duras palabras para el primer ministro Benjamin Netanyahu:
“Ninguna administración ha ayudado a Israel más que yo. Ninguna. Ninguna. Ninguna. Y creo que Bibi debería recordarlo”, dijo, refiriéndose al líder israelí por su apodo. “Y si está intentando influir en las elecciones, no lo sé, pero no cuento con ello“.
Biden, en una rara aparición en la sala de prensa de la Casa Blanca, respondía así a los comentarios de uno de sus aliados, el senador Chris Murphy, demócrata por Connecticut, quien dijo a la ‘CNN’ esta semana que le preocupaba que Netanyahu tuviera poco interés en un acuerdo de paz en parte debido a la política estadounidense.
No creo que haya que ser un cínico empedernido para interpretar algunas de las acciones de Israel, algunas de las acciones del primer ministro Netanyahu, como relacionadas con las elecciones estadounidenses
Biden y Netanyahu mantienen desde hace tiempo una relación complicada, pero se les está acabando el margen de maniobra a medida que sus puntos de vista sobre la guerra de Gaza divergen y sus futuros políticos penden de un hilo.
Para Biden, un acuerdo diplomático ayudaría a resolver una profunda división entre los demócratas sobre la guerra y apuntalaría el apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris, con lo que tendría un conflicto menos que gestionar si gana el mes que viene. Netanyahu tiene sus propias preocupaciones políticas más cerca de casa: Su coalición de extrema derecha le abandonaría si detuviera la guerra, y podría perder el poder y tener que enfrentarse a sus propios problemas legales. Además, Israel ha estado diezmando a los dirigentes de Hezbolá, por lo que tiene pocos incentivos para detenerse ahora.
Biden lleva mucho tiempo abogando por un acuerdo diplomático, y él y sus ayudantes han indicado varias veces en los últimos meses que dicho acuerdo estaba cerca. Pero nunca parece materializarse y, en algunos casos, Netanyahu se ha resistido públicamente a la perspectiva, mientras que funcionarios estadounidenses e israelíes siguen hablando en privado sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo.
La semana pasada, Estados Unidos, Francia y otros aliados pidieron conjuntamente un alto el fuego inmediato de 21 días entre Israel y Hezbolá, y esperaban que Israel acogiera favorablemente el plan, si no lo respaldaba plenamente. En cambio, Netanyahu lo rechazó públicamente, diciendo a los líderes reunidos en la Asamblea General de la ONU que Israel “seguiría degradando a Hezbolá hasta que se cumplan todos nuestros objetivos”.
Israel ha presionado en dos frentes, matando a altos dirigentes de Hezbolá y llevando a cabo una incursión terrestre en Líbano y realizando ataques en Gaza que mataron a docenas de personas, incluidos niños. Y la nación ha prometido tomar represalias por el ataque con misiles balísticos de Irán esta semana.
Temor por el precio del petróleo
El precio del petróleo ha subido un 8% en una semana ante la posibilidad de que Israel ataque instalaciones petrolíferas iraníes como venganza por la descarga de misiles del viernes. Irán suministra al mundo alrededor del 4% de su petróleo, es decir, casi 4 millones de barriles diarios.
Una subida de los precios del petróleo tan cerca de las elecciones sería un duro golpe para Kamala Harris y su campaña para que salga elegida.
Biden dijo que aún no se había decidido qué tipo de respuesta se daría a Irán, aunque “creo que si yo estuviera en su lugar, estaría pensando en otras alternativas además de atacar los campos petrolíferos”.
Y rechazó la idea de que estuviera buscando una reunión con Netanyahu para discutir la respuesta a Irán. No es así, dijo. “Supongo que cuando tomen una decisión sobre cómo van a responder, entonces tendremos una discusión”, dijo.
El banco de inversión Goldman Sachs advirtió el viernes de que el precio del crudo podría subir 20 dólares si Israel atacara los campos petrolíferos y las infraestructuras de Irán.
Netanyahu se ha ido resistiendo cada vez más a las ofensivas públicas de Biden y a sus súplicas en privado, lo que ha provocado una respuesta más firme del presidente. Y Biden, a su vez, ha retrasado públicamente la entrega de bombas pesadas a Israel y ha expresado cada vez más su preocupación por una guerra total en Oriente Medio.
A pesar de su larga relación, ambos no son cercanos ni especialmente amigos. Cuando Biden visitó Israel como vicepresidente de Barack Obama, él y otros funcionarios estadounidenses se sorprendieron por el anuncio del Gobierno israelí de nuevos asentamientos judíos en Cisjordania, algo a lo que la administración se oponía firmemente.
No obstante, Biden se ha mantenido coherente en su apoyo a la defensa y la seguridad de Israel. Tras los mortíferos atentados de Hamás del 7 de octubre en Israel, abrazó a Netanyahu en la pista del aeropuerto de Tel Aviv. Desde entonces, con escasas excepciones, Biden ha apoyado la continuación y el aumento de las transferencias de armas estadounidenses a Israel, al tiempo que ha advertido a los israelíes de que sean cuidadosos en sus respuestas para evitar víctimas civiles.
Los israelíes tienen todo el derecho a responder a los despiadados ataques contra ellos, no sólo de los iraníes, sino de todos, desde Hezbolá a los hutíes (…) Pero el hecho es que tienen que ser mucho más cuidadosos con las víctimas civiles
Biden también ha ordenado al Ejército estadounidense que intensifique su perfil en la región para proteger a Israel de los ataques de Hamás, Hezbolá, los rebeldes hutí respaldados por Irán en Yemen y el propio Irán. En abril, y de nuevo a principios de esta semana, Estados Unidos fue protagonista en el derribo de misiles disparados por Irán contra Israel.
Trump dice que Israel debe atacar las instalaciones nucleares de Irán
También el viernes, el candidato presidencial estadounidense Donald Trump dijo en un mitin de campaña electoral en Carolina del Norte que Israel debería atacar las instalaciones nucleares de Irán.
Los comentarios se produjeron después de que el miércoles se preguntara al presidente Biden si Estados Unidos apoyaría a Israel si los atacara, a lo que respondió: “La respuesta es no”.
“Le preguntaron qué piensa de Irán, ¿golpearía a Irán? Y él contesta: ‘Mientras no ataquen el material nuclear’. Eso es lo que quieres golpear, ¿verdad?”, dijo Trump ante una multitud de seguidores en Fayetteville, cerca de una importante base militar estadounidense. Durante su mandato, Trump mantuvo una estrecha relación con Netanyahu.
Mientras fue presidente, Trump inició cambios políticos que Netanyahu aplaudió, incluido el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, el traslado de la embajada estadounidense allí desde Tel Aviv, el reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán y la anulación de una determinación legal estadounidense de décadas de antigüedad de que los asentamientos judíos en Cisjordania eran incompatibles con el derecho internacional.
