El Papa Francisco realizará una visita a Córcega el 15 de diciembre de 2024, una isla del Mediterráneo que ha sido parte de Francia desde 1768. Este viaje de un solo día será un evento significativo, ya que marca la primera vez que un pontífice visita la región.
La razón principal de la visita es clausurar una conferencia sobre la religiosidad popular en el Mediterráneo en la capital corsa, Ajaccio. En esta ocasión, Francisco se centrará en temas religiosos de menor visibilidad, alineándose con su enfoque pastoral de priorizar a las comunidades católicas en las periferias del mundo, en lugar de centrarse en las grandes capitales.
La agenda del Papa en Córcega es clara y sencilla. Francisco pronunciará dos discursos y presidirá una misa en el Théâtre de Verdure de Casone.
A pesar de este enfoque sobrio, el viaje también incluirá una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, quien recibirá al Papa en el aeropuerto antes de su regreso a Roma.
Esta visita resalta un contraste notable con la invitación que Macron le extendió a Francisco para asistir a la reapertura de la catedral de Notre Dame en París, un evento de gran significado para Francia, especialmente después del devastador incendio de 2019 que la destruyó en gran parte.
Aunque la ceremonia de Notre Dame se celebrará el fin de semana anterior, Francisco ya había dejado en claro en septiembre que no asistiría, citando su apretada agenda en el Vaticano, que incluye la creación de nuevos cardenales y las celebraciones de la fiesta de la Virgen María.
La decisión del Papa de no acudir a la reapertura de Notre Dame ha generado comentarios, especialmente por parte de los obispos franceses, quienes han enfatizado que la catedral misma debe ser el centro de atención, y no el Papa.
Según el presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, Monseñor Eric de Moulins-Beaufort, Francisco desea evitar desviar el foco hacia su persona, reafirmando así su énfasis en las “periferias” de la Iglesia.
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Este viaje a Córcega, aunque de menor alcance mediático, refleja los intereses profundos de Francisco por las comunidades más pequeñas y menos visibles dentro de la Iglesia, algo que ha sido una constante en su pontificado.
En este sentido, su visita a Córcega recuerda su parada en Marsella en 2023, donde también participó en un encuentro con obispos del Mediterráneo.
El Papa, que cumplirá 88 años dos días después de su visita a Córcega, continuará con su enfoque pastoral hacia aquellas regiones que históricamente han sido pasadas por alto.
Con este viaje, reafirma su compromiso de acercar la Iglesia a quienes más lo necesitan, sin caer en los protocolos y ceremonialismos que caracterizan a otros eventos de alto perfil.