Vaticano.-El Papa Francisco advirtió este domingo en Córcega sobre el peligro de que algunas manifestaciones religiosas sean utilizadas por grupos que buscan fortalecer su propia identidad.
Durante su discurso en el congreso «La religiosidad popular en el Mediterráneo», celebrado en Ajaccio, el Papa señaló que la piedad popular, que atrae a personas en el umbral de la fe, puede ser manipulada para alimentar particularismos y actitudes excluyentes.
La belleza de la piedad popular y su riesgo
Francisco destacó la importancia de la religiosidad popular como una forma de fe sencilla, expresada a través de gestos y símbolos profundamente arraigados en la cultura.
Subrayó que estas prácticas pueden unir a las personas, fortalecer la relación con la Iglesia y, en ocasiones, convertirse en oportunidades de encuentro y fiesta. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de que sean instrumentalizadas por aquellos que desean crear divisiones en lugar de promover la unidad.
La piedad popular como motor de la ciudadanía cristiana
El Papa también enfatizó que, cuando la piedad popular se utiliza para comunicar los valores cristianos y culturales de un pueblo, puede generar un impacto positivo en toda la sociedad. En este sentido, las procesiones, las actividades caritativas y otras formas de devoción pueden contribuir a construir una «ciudadanía constructiva» que fortalezca los lazos entre los cristianos y la sociedad civil.
Visita breve pero significativa en Córcega
El Papa se encuentra en una visita de solo 9 horas a Córcega, donde participó en este congreso sobre religiosidad popular.
Después de su intervención, se dirigirá a la catedral de Santa María de la Asunción para encontrarse con sacerdotes y seminaristas. Además, celebrará la misa en la Place d’Austerlitz y se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el aeropuerto antes de finalizar su jornada.