El Mundial de Fórmula 1 encara sus dos últimos grandes premios, Qatar y Abu Dabi, con el título de pilotos ya resuelto desde la anterior cita en favor de Max Verstappen, pero todavía en una apretada puja por la corona de constructores. McLaren lidera la clasificación con 24 puntos sobre Ferrari y con 53 sobre Red Bull, con un total de 103 puntos en juego. El equipo energético no parece contar mucho en la pelea decisiva, porque Checo Pérez está para pocos trotes en la presente campaña, lo que demuestra otra vez que el éxito de Verstappen por cuarto año consecutivo es por algo más que un buen coche. El duelo ceñido enfrenta a McLaren contra Ferrari. Dos escuderías clásicas. La inglesa parte con ventaja, pero la italiana afronta la recta final con mejor inercia. Todo es posible. En ambos casos significaría reverdecer viejos laureles. Maranello no gana desde la temporada 2008. Woking, desde 1998. Lejos.
El desafío llega para Ferrari en pleno incendio heredado de Las Vegas entre sus dos pilotos, Carlos Sainz y Charles Leclerc, ya sofocado con sus últimas declaraciones, en las que se han conjurado para luchar unidos por el objetivo y hasta casi se han declarado amor eterno. En el caso de Sainz, sería un bonito final a su cabalgada de cuatro años sobre el Cavallino Rampante. Solo dos citas, en el caso de Losail con una carrera esprint añadida, separan al español de su despedida de Ferrari camino de Williams. En este periodo, Carlos ha sumado 20 podios, seis poles, cuatro victorias… De momento. Por delante asoman su dos últimas oportunidades, que además podrían venir acompañadas de un título mundial, aunque sea colectivo. Quizá no vuelva a tener más balas en cierto tiempo. Seguro que quiere saborearlas. Y celebrar.