- Edades y sexo
- Valoración bioética
- Pendiente resbaladiza
- Sin cuidados paliativos
- Una ley que atenta contra principios éticos
- Aliviar el sufrimiento sin precipitar la muerte
El Informe de Evaluación Anual 2023 sobre la Prestación de Ayuda a Morir del Ministerio de Sanidad muestra un aumento del 25% de peticiones de eutanasia en 2023 respecto a 2022. Ese año se presentaron 766 solicitudes, mientras que en 2022 fueron 576 y 173 en 2021.
Edades y sexo
Por edades, en 2023 el grupo que más solicitó la aplicación de la eutanasia fue el comprendido entre los 70 y 79 años (28,07%), seguido de los grupos de edades tanto de entre 60 y 69 años como el de mayores de 80 años (con un porcentaje de 23.63% cada uno), por lo que el 75% de las solicitudes de eutanasia fueron de personas mayores de 60 años.
En cuanto al sexo de los solicitantes 389 solicitudes procedieron de hombres (50,7%) y 377 de mujeres (49,21%).
De las 766 solicitudes presentadas, los solicitantes padecían mayoritariamente enfermedades oncológicas (271) y neurológicas (266).
De entre todas las solicitudes recibidas, se denegaron el 24%, pero tras presentar una reclamación ante la Comisión de Garantía y Evaluación de Eutanasia se estimó que más de la mitad (el 58%) de las solicitudes denegadas pasaban a ser favorables.
El periodo de tiempo que transcurre de media entre la solicitud de la eutanasia y el acto eutanásico es de aproximadamente 67 días.
La prestación se ha realizado en un 47% de casos en centros sanitarios, el 44% tuvieron lugar en los domicilios de los pacientes, el 6% en instituciones sociosanitarias y el 3% en centros no hospitalarios.
Valoración bioética
Para tratar de explicar este alarmante aumento, El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia ha analizado varios factores.
En primer lugar, debe tenerse en cuenta que la ley de eutanasia, aprobada en España en 2021, es una ley muy permisiva que facilita acabar con la vida de las personas en un número creciente de circunstancias.
Pendiente resbaladiza
En segundo lugar, se produce, como alertamos en su día, lo que conocemos como “pendiente resbaladiza” , fenómeno que se observa en todos los países que han legalizado la eutanasia, lo que supone la extensión de su aplicación por la relajación en la exigencia de las condiciones necesarias para ser aprobada.
El inicial sufrimiento insoportable, los estados terminales o las enfermedades muy graves, circunstancias que se exigen cuando las normas son aprobadas, van dando paso a otras como su aplicación en casos de enfermedad mental como la depresión, la inclusión de personas incapaces de tomar decisiones autónomas o su extensión a menores de edad, como ya ha ocurrido en otros países como Países Bajos, donde está permitida en niños a partir 12 años que padecen enfermedades incurables.
En este sentido, en España, en julio de 2024 se presentó una propuesta del Ministerio de Sanidad para incluir las enfermedades mentales como causa para solicitarla.
Sin cuidados paliativos
En tercer lugar, siguen sin implementarse medidas que permitan aplicar cuidados paliativos de calidad a los pacientes que los necesitan.
La inacción de los gobiernos en este sentido, específicamente de los que legalizan la eutanasia, como el español, provoca que muchos enfermos deban afrontar sus sufrimientos sin una asistencia adecuada, eficaz y oportuna, provocando que en cantidad creciente manifiesten un deseo anticipado de muerte, en la mayoría de los casos, condicionado por el miedo a sufrir.
“Debe recordarse, como hemos informado previamente, que más de 70.000 pacientes mueren en España cada año con dolor intenso que podría evitarse aplicando la atención paliativa adecuada”, dice el Observatorio de Bioética.
Una ley que atenta contra principios éticos
Finalmente, la aprobación de una ley que atenta contra principios éticos fundamentales como es el derecho a la vida, provoca una aceptación del hecho legalizado, la eutanasia o el aborto, por parte de ciudadanos y sanitarios que hasta entonces lo consideraban inaceptable por inmoral.
El conocido como “positivismo jurídico” confunde así a quienes no distinguen lo legal de lo ético, asumiéndose que lo que era ilegal por no ser admisible éticamente, pasa a ser éticamente aceptable porque ha dejado de ser ilegal. “Provocar la muerte de forma deliberada a un ser humano, es decir, atentar contra su vida, siempre será moralmente inaceptable, aunque las leyes puedan decir otra cosa”, señala el Observatorio.
Aliviar el sufrimiento sin precipitar la muerte
Las personas que padecen enfermedades terminales tienen una alternativa a la eutanasia para aliviar su sufrimiento, pero sin terminar con su vida, los cuidados paliativos. Como señala Jacinto Bátiz, director del Instituto para Cuidar Mejor del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi “el objetivo de la medicina paliativa es aliviar el sufrimiento de la persona, no precipitar la muerte de quien sufre para que deje de sufrir”.