Marco Rubio, el futuro secretario de Estado de Estados Unidos con la nueva Administración Trump, reafirmó el reconocimiento norteamericano del Plan de Autonomía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado el pasado 15 de enero.
Rubio destacó el rol de del país alauí como aliado clave en el compromiso diplomático de Estados Unidos en el continente africano. Este apoyo diplomático confirma la línea que se inició con el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, anunciado originalmente por el entonces presidente Donald Trump, durante su primer mandato, el 10 de diciembre de 2020.
Esta postura es aún más clara que hace un lustro, ya que congresistas como Joe Wilson han criticado abiertamente, durante una sesión pública del Congreso, a la organización separatista del Frente Polisario, calificándola como una “banda terrorista”, algo que no sucedía cuatro años atrás.
Además, Wilson señaló que “Putin, Irán y Cuba están desestabilizando activamente África Occidental al respaldar al Frente Polisario, lo que se traduce en una amenaza clara de la estabilidad marroquí”.
Wilson también elogió los avances en las regiones del norte de Marruecos y señaló que “Rabat ha sido, es y será un aliado importante y estratégico de Estados Unidos durante 250 años”.
Apoyo con fisuras
Aunque el Gobierno de Joe Biden mantuvo este reconocimiento, mostró cierta incertidumbre respecto al avance de ciertas iniciativas, especialmente el plan de construir un consulado estadounidense en Dajla.
Sin embargo, la administración Biden ha reiterado constantemente su apoyo a la posición de Marruecos. En octubre de 2024, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, aseguró que la política estadounidense respecto del Sáhara Occidental no ha cambiado, especialmente en respuesta a preguntas sobre la controvertida propuesta de división del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura.
Esta posición se confirmó aún más en noviembre de 2024, cuando Barbara Leaf, subsecretaria de Estado de Estados Unidos para Asuntos de Oriente Medio, se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, en Rabat, y describió el Plan de Autonomía de Marruecos como “serio y creíble” para resolver la disputa del Sáhara Occidental.
Duras críticas hacia Argelia
No es la primera vez que diplomáticos norteamericanos dedican duras palabras contra Argelia, un histórico aliado de Rusia. Marco Rubio ya pidió previamente sanciones contra Argel en septiembre de 2022, criticando sus compras militares a Moscú.
Tanto es así que, en una carta al entonces secretario de Estado, Antony Blinken, Marco Rubio mencionó a Argelia como “uno de los principales compradores globales de equipo militar ruso” y solicitó sanciones bajo la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos mediante sanciones.
Durante su audiencia de confirmación, el nuevo secretario de Estado designado señaló el progreso de Marruecos: “Si miramos hacia el oeste de África, hay oportunidades reales en marcha, no solo en términos de combatir el terrorismo, sino también de crecimiento económico”. Concretamente, criticó la reciente llegada de miembros kurdos del PKK por parte del Polisario en Tinduf, considerándola un desprecio a Turquía, aliado de Estados Unidos en la OTAN.
