A dos meses de asumir su segundo mandato, Donald Trump mantiene una aprobación alta en la mayoría de los estados que lo respaldaron en 2024, aunque su imagen muestra signos de debilitamiento en algunos territorios clave. Según el seguimiento diario de Civiqs, su respaldo sigue firme en estados conservadores, pero en algunos bastiones republicanos, como Texas, los números sorprenden.
En Texas, donde el presidente Trump ganó con un margen de ocho puntos en 2024, la aprobación de su gestión se encuentra solamente en un 50%, con 48% de desaprobación, según Civiqs. Este resultado muestra una caída respecto a su desempeño electoral y evidencia una división entre los votantes del estado.
Grant Davis Reeher, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Syracuse, señaló a Newsweek que esto puede explicarse por el impacto de las recientes medidas económicas y los despidos en el sector público. “Cada vez que se toman decisiones como estas, nuevos grupos de ciudadanos comienzan a ver la administración con una perspectiva menos favorable”, afirmó.
A pesar de la caída en Texas, el presidente mantiene un sólido respaldo en estados tradicionalmente conservadores, donde su base sigue firme:
Este apoyo en las entidades republicanas sugiere que, a pesar de algunos signos de debilitamiento en otros territorios, Trump todavía cuenta con una base leal que podría ser determinante en futuras contiendas electorales.
En los estados clave que definieron la última elección, la aprobación de Trump está dividida, lo que genera preocupación entre los estrategas republicanos. En Arizona, el 49% aprueba su desempeño, mientras que otro 49% lo desaprueba, lo que muestra una polarización marcada.
En Georgia, donde recuperó terreno para los republicanos en 2024, el balance es negativo, con 46% de aprobación y 52% de rechazo, una señal preocupante para sus aspiraciones a mantener el control en el estado.
En Wisconsin y Pensilvania, dos estados que oscilaron entre republicanos y demócratas en las últimas elecciones, los niveles de desaprobación también superan el 50%, lo que podría dificultar la consolidación de su influencia en el Medio Oeste.
En los bastiones demócratas, la desaprobación de Trump es contundente:
A continuación, se presenta un desglose del índice de aprobación de Trump en cada estado:
El índice de aprobación de Trump podrá tener consecuencias en las elecciones estatales y legislativas de los próximos años. Según los antecedentes históricos, un presidente con baja aprobación puede perjudicar a su partido en las elecciones intermedias.
Mientras tanto, en 2018, durante la primera gestión de Trump, los republicanos perdieron 41 escaños en la Cámara de Representantes en las elecciones de medio término. Los analistas advierten que una tendencia similar podría repetirse si la imagen del mandatario continúa debilitándose en estados clave como Texas y Georgia.