La mayoría de los argentinos no eligen los bancos para ahorrar y apuestan a otros resguardos e inversiones.
En el contexto económico incierto de Argentina, muchos ciudadanos han optado por estrategias de ahorro poco convencionales, prefiriendo el resguardo de dólares estadounidense “bajo el colchón” en lugar de confiar en el sistema bancario. Esta elección refleja una desconfianza generalizada hacia el sistema financiero, alimentada por las experiencias pasadas de crisis y devaluaciones frecuentes del peso.
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La última publicación del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha revelado que al finalizar el año 2024, los argentinos mantenían fuera del circuito formal del sistema financiero una suma significativa de US$271.247 millones en dólares o su equivalente en otras divisas. Esta cifra abarca tanto el dinero guardado en cajas de seguridad y cuentas bancarias en el extranjero, como el efectivo directamente almacenado en viviendas particulares, popularmente conocido como “bajo el colchón”.
El contraste entre el volumen de ahorros resguardados fuera del sistema y el de fondos regularizados es notorio. En el marco del programa de blanqueo de capitales promovido por el Gobierno el año pasado, el organismo recolector actual, la Administración de Recursos de Contribuciones y Aduanas (ARCA), logró registrar declaraciones que sumaban US$22.165 millones, una porción mínima del total estimado. Esto subraya la enorme proporción de dinero que permanece al margen del sistema financiero supervisado.
A pesar de ciertas medidas económicas adoptadas por las autoridades y las expectativas de estabilización económica, el dinero fuera del sistema ha mostrado una reducción moderada del 2,4% respecto al período anterior, como consecuencia de incentivos para el ingreso de capitales. Sin embargo, esta disminución aún refleja desconfianza ciuddana ya que los depósitos siguen representando menos del 10% de los ahorros fuera del sistema.
Por otro lado, mientras el almacenamiento en divisas ya sea en casa o en el extranjero sigue siendo sumamente popular, otros tipos de inversiones también han visto crecer sus cifras. Las inversiones directas, que involucran un enfoque en bienes tangibles como propiedades, reportaron un valor total de US$52.497 millones para 2024. Esta modalidad mostró un incremento de 8,7%, revelando un resurgimiento en el interés por bienes físicos. Además, las inversiones de cartera, compuestas por títulos públicos, acciones y otros activos financieros, también se consolidaron con un sólido crecimiento del 16,2%, acumulando US$102.487 millones al cierre del ejercicio.
Cuando consideramos los exorbitantes ahorros que los argentinos atesoran en comparación con las reservas brutas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el panorama financiero adquiere un matiz más sombrío. Con apenas US$26.222 millones en reservas, apresuradamente se refleja un contraste evidente ante la vastedad y la ultra protección que los ahorros en dólares siguen representando para el ciudadano promedio, independientemente de las variaciones que se presenten en el mercado y el ámbito político.