Desde julio de 2020 gran parte de las relaciones comerciales entre México, Canadá y Estados Unidos se rigen por el T-MEC un tratado que fija reglas y arbitra los vínculos entre esas naciones. El marco de actuación del tratado no solo involucra temas arancelarios, sino un amplio espectro de cuestiones de interés, entre ellas las medioambientales. En ese contexto, recientemente el Centro para la Biodiversidad Biológica, presentó frente a la Comisión Ambiental del T-MEC, una denuncia por el trazado propuesto para un nuevo tramo de ferrocarril que uniría Sonora y Arizona.
“La Comisión Ambiental del T-MEC investigará a México por presuntos daños ecológicos en la construcción del ‘tren fantasma’”, que atraviesa áreas protegidas, lo cual afecta la migración del jaguar y otras especies en peligro”, detallan desde el medio especializado en temas de medio ambiente Greentology Life, que ha informado la comisión en un comunicado.
Desde la Comisión Ambiental han recepcionado la denuncia, ya que se encuentra debidamente fundamentada y están abocados a investigar los hechos. El gobierno de México, en tanto, tiene hasta los primeros días de enero de 2025 para responder las preguntas que la junta investigadora le ha elevado, aseveran.
Asimismo, el director en México del Centro para la Diversidad Biológica, que presentó la denuncia explicó: “El Gobierno de México tendrá hasta los primeros días de enero de 2025 para contestar a la Comisión de Cooperación Ambiental. El resultado más exitoso sería que dos de los tres países del T-MEC voten un expediente de hechos e incluso podría haber sanciones económicas”.
Según los ambientalistas, el Gobierno de México ha incumplido leyes ambientales en la construcción del nuevo trazado y la obra afecta gravemente la migración del jaguar, entre otras especies. “El Ejército Mexicano inició las obras sin un Manifiesto de Impacto Ambiental ni un plan de mitigación, afectando dos áreas naturales protegidas que son hábitat del jaguar, ocelotes, osos, venados y aves”, precisan.
La idea del “tren Fantasma” es que la conectividad entre México y Estados Unidos sea más ágil y sólida, pero al planear la traza no se tomó en cuenta que la ruta elegida corta una extensa área del Rancho de Conservación El Aribabi, en Imuris y Santa Cruz, que es la que utiliza el jaguar cuando migra para “alimentarse, hidratarse y aparearse”.
Las especies en extinción que ya se han visto afectadas por el muro fronterizo que se construyó durante el primer mandato del actual presidente electo de los Estados Unidos Donald Trump, se ven ahora nuevamente hostigadas con la proyección de esta mega obra ferroviaria, explicaron.
Asimismo, la organización que impugna la obra detalla que esta no posee un impacto real para la población de la zona, sino que resguarda los intereses comerciales del FerroMex, la empresa minera que utiliza esa vía para exportar sus productos.
Inicialmente, el trazado era distinto, pero fue rechazado por el Gobierno de Estados Unidos, según los ambientalistas, las modificaciones que luego se realizaron no cumplen los estándares ambientales exigidos para este tipo de megaproyectos.
Además de ser un peligro para especies que ya se encuentran en alerta y protegidas, la traza implica la deforestación de una importante zona y afecta las cuencas hidrológicas.
La desaprensión de México frente al impacto medioambiental de este tipo de obras ya ha sido motivo de otras denuncias. Según detalla Telemundo Arizona, existen otros expedientes de hechos bajo las reglas del T-MEC en contra de México por la muerte de tortugas caguamas y vaquitas marinas.