El gran dilema entre un recorte de tipos de 25 puntos básicos o uno

Autor: Mario Becedas

Pocas veces ha llegado la Reserva Federal de EEUU a una reunión de su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) con un dilema tan acusado. Este miércoles, el banco central de la primera potencia del planeta anunciará su primer recorte de los tipos de interés en cuatro años. En eso no hay dudas. El gran dilema está en la magnitud del recorte: la idea de una primera rebaja de 50 puntos básicos en vez del tradicional de 25 puntos para ‘compensar’ en cierto modo el elevado rango que han alcanzado y mantenido los tipos (recordemos, unas tasas por encima del 5%) se ha colado en el debate agitando las dudas entre los funcionarios. Aunque la tesis de partida era y es un recorte de 25, cada mínimo dato macro o apreciación en el debate económico hace que la balanza se incline hacia el recorte ‘jumbo’, como llaman los analistas a la ‘gran’ bajada de 50 puntos básicos. Como se suele decir, la decisión es ahora mismo una moneda al aire.

La magnitud de este recorte es importante en la medida en la que mandaría dos claros mensajes. Por un lado, un recorte de gran tamaño telegrafía una senda de recortes de tipos más agresiva por parte de una Fed que públicamente ha reconocido que vuelve a estar, dentro de su doble mandato, más preocupada por el mercado de trabajo que por la inflación. Por otro, implica cierto ‘arrepentimiento’ del banco central por no haberlos recortado antes y dejar que, por ejemplo, el mercado laboral se haya deteriorado más de la cuenta.

Los defensores de un recorte ‘estándar’ de 25 puntos básicos alegan que una bajada ‘jumbo’ trasmitiría cierta sensación de histeria cuando el mercado laboral se deteriora pero no se hunde y la economía todavía no ha sucumbido. El crecimiento del PIB en la primera mitad de 2024 sigue haciendo gala de una notable resiliencia y sorprendió al crecer un 0,7% intertrimestral (3% anualizado) en el segundo trimestre y un 0,4% en el primero (1,4% anualizado). Además, la composición del crecimiento es muy positiva: el consumo privado y la inversión no residencial siguen tirando fuertemente de la economía. Estos mismos ‘abogados’ señalan que la evolución de la inflación pavimenta la pista para este recorte moderado: la desinflación continúa, pero el estancamiento en la inflación subyacente por culpa de la vivienda da carrete para moverse con cautela en las bajadas de tipos.

En el bando de los defensores del recorte ‘jumbo’ se lamenta que la Fed ha dejado los tipos en un nivel muy restrictivo demasiado tiempo y eso ahora se puede pagar caro con un mercado laboral en caída y el fantasma de la recesión en el horizonte con el consumidor estadounidense, verdadero motor económico, completamente exhausto y sin ahorros de los que tirar.

Se esperaba que los dos últimos grandes datos macro ayudaran a decantar un poco la balanza, pero la pugna entre unos y otros se ha mantenido. El informe de empleo de agosto reflejaba de nuevo un claro debilitamiento del mercado laboral, pero las cifras no recogían la sangría que temían algunos, lo que daba argumentos a favor para las dos facciones. Después, el IPC de agosto, aunque traía la lectura general más baja en más de tres años (2,5%), incluía un dato intermensual subyacente una décima mayor de lo esperado (0,3%) y una persistencia en los precios de la vivienda que volvieron a dar alas a los defensores del recorte moderado.

Sin embargo, cuando la semana tocaba a su fin, el ‘hombre al que susurra la Fed’ lo cambiaba todo. El periodista Nick Timiraos, del Wall Street Journal (WSJ), movía al mercado –y no es la primera vez– al publicar que el debate entre los miembros de la Fed sobre un recorte normal y uno ‘jumbo’ era más acusado de lo normal. La noticia reanimó a los apóstoles del recorte grande y fijaba el empate en el marcador. También contribuían las palabras del ex de la Fed Bill Dudley, toda una autoridad en la materia, justificando un recorte de 50 puntos.

“Rara vez ha habido tanta incertidumbre sobre las intenciones del banco central”, escriben los analistas de Edmond de Rothschild en una nota. Los funcionarios “están atrapados entre los signos de debilidad económica y la inflación que se resiste obstinadamente a volver al objetivo del 2%”, agregan. Prueba de ello es que la semana pasada terminaba con un empate entre los dos bandos (un 50% de probabilidades para el recorte ‘jumbo’) y esta ha comenzado con las apuestas dando un 65% de probabilidades al recorte ‘jumbo’. Hace una semana, las probabilidades de un recorte de 50 puntos básicos eran del 30%. Hace un mes estaban más cerca del 25%.

Edmond de Rothschild: “Rara vez ha habido tanta incertidumbre sobre las intenciones del banco central”

Javier Molina, estratega de eToro, destaca el factor clave de la “reflexividad” en este escenario. “La Fed es consciente de que las expectativas del mercado influyen en sus acciones y viceversa, lo que puede generar una reacción en cadena si no maneja adecuadamente la comunicación. Si el mercado espera un recorte de 50 puntos y la Fed solo reduce 25, esto podría endurecer las condiciones financieras y provocar volatilidad en los mercados de activos de riesgo”, advierte en su último comentario de mercado.

Por otro lado, sigue Molina, un recorte de 50 puntos ahora permitiría a la Fed evitar decisiones complicadas en noviembre, justo después de las elecciones presidenciales, un entorno potencialmente muy polarizado políticamente. “En este sentido, recortar 50 puntos ahora podría darle margen para pausar en noviembre y evitar una reacción política y mediática en un momento delicado”, apuntala.

Con un movimiento de 50 puntos básicos, ahonda el analista, la Fed optaría por una estrategia preventiva para evitar quedar “detrás de la curva” y así podría gestionar mejor los riesgos y proporcionar estabilidad antes de los posibles eventos políticos en noviembre. “La cuestión que queda abierta es si la Fed está preparada para actuar de manera preventiva o si optará por un enfoque más gradual, y cómo afectarán estas decisiones al panorama de inversión y a la percepción del mercado en los próximos meses”, zanja Molina.

“Recuerden que, tras la decisión de esta semana, la próxima reunión del FOMC concluirá apenas dos días después de las elecciones del 5 de noviembre, cuando el resultado puede que aún no se conozca, y luego nuevamente el 18 de diciembre, el día después de que los electores de cada estado se reúnan para elegir formalmente al próximo presidente y vicepresidente, o se pondrán palos en la rueda, como temen muchos. Parece haber un riesgo significativo de cierto grado de disturbios civiles durante ese período, lo que difícilmente serviría para aportar claridad a la Fed. Si yo fuera miembro del FOMC, recortaría 50 puntos básicos ahora para ayudar a aliviar la presión para grandes recortes a fin de año”, se centra en el riesgo político Erik F. Nielsen, asesor económico jefe de grupo de UniCredit Research.

“Está claro que se espera una bajada de tipos (que debería haberse producido hace tiempo), ya que las presiones inflacionistas siguen desapareciendo en EEUU. Sin embargo, parece poco probable que se produzca un recorte de más de 25 puntos básicos, ya que, si bien la Reserva Federal se retrasa en el recorte de los tipos, un movimiento mayor podría interpretarse como una señal de pánico. Lo más probable es que se produzcan recortes de mayor frecuencia en lugar de recortes más importantes”, opina un siempre escéptico con el actual núcleo decisorio de la Fed Paul Donovan, economista jefe de UBS en Londres. “Inaugurar la fase de relajación con 50 puntos básicos enviaría un mensaje ultra-dovish difícil de controlar, haciendo que los precios del mercado bajaran aún más para toda la trayectoria de la Fed”, alerta Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM.

“Creemos que la decisión está muy reñida y que habrá miembros del FOMC que votarán a favor de un recorte de 50 puntos básicos. Estamos de acuerdo en que hay muchos motivos que justifican esta medida. Las encuestas empresariales muestran un panorama sombrío de ralentización de la actividad y la contratación. Mientras tanto, el propio Libro Beige de la Reserva Federal sugiere que sólo tres regiones de los EEUU experimentaron un ‘ligero’ crecimiento en las ocho semanas anteriores -los bancos de Boston, Chicago y Dallas de la Fed- mientras que las otras nueve informaron de una producción plana o en declive. Sin embargo, la composición de los miembros del FOMC que van a votar y un cierto grado de temor entre esos miembros a que la inflación se mantenga estancada probablemente hará que una estrecha mayoría opte por 25 puntos básicos. No obstante, si optan por esa cifra, creemos que el presidente Jerome Powell adoptará una postura relativamente moderada en la conferencia de prensa y dejará la puerta abierta a un movimiento mayor en algún momento si los datos se deterioran”, plantea el equipo de ING encabezado por el estratega James Knightley.

“Seguimos esperando un recorte de la Fed de 25 puntos por trimestre, a partir de septiembre. Con la economía resistiendo, no creemos que la Fed sienta la urgencia de recortar agresivamente. La inflación por encima del objetivo también debería favorecer un ciclo de recortes metódico”, se muestran firmes los estrategas de Bank of America (BofA).

Otra entrega del dot plot

“Anticipamos que el recorte será de 25 puntos básicos, pues, a pesar de que la inflación avanza por buen camino, los componentes de servicios han mostrado algo de resistencia a bajar, y, aunque el mercado laboral se enfría, no colapsa. Con lo cual, con una bajada de 25, la Fed señalaría tanto su apoyo al mercado laboral, como cautela por la persistencia de la inflación de servicios”, se pronuncia Isabela Lara White desde CaixaBank Research.

“Un factor que aboga por un recorte de 25 puntos básicos es que el presidente de la Fed, Powell, se ha esforzado por tomar decisiones unánimes y creemos que partes de la Fed habrían necesitado ver una sorpresa a la baja en el IPC para actuar agresivamente. Por otro lado, la Fed normalmente no quiere decepcionar a los mercados en sus decisiones sobre los tipos. Además, atenerse a las decisiones unánimes podría resultar muy difícil considerando las opiniones divergentes sobre la política adecuada, resaltadas por la gran diferencia en las previsiones de tipos de los propios miembros del FOMC”, introduce Elisabet Kopelman, analista del banco sueco SEB para EEUU.

Precisamente en esta reunión de la Fed llegará una nueva entrega trimestral de las proyecciones de inflación, paro y tipos de los funcionarios de la Fed, el célebre dot plot o diagrama de puntos. Se espera que Powell y el resto telegrafíen tres recortes de 25 puntos básicos para las reuniones de septiembre, noviembre y diciembre de este año, seguidos de 125 puntos básicos de recortes el año próximo. Un lienzo que contrasta con el de las proyecciones de junio, en las que la mediana de los funcionarios reflejaba un solo recorte de tipos de 25 puntos básicos para 2024. El deterioro del empleo, con un paro (4,3% en julio) ya por encima del 4% vaticinado por los funcionarios en junio, ha sido clave.

“Esta cifra es inferior a los 100 puntos básicos para 2024 y a los 150 puntos básicos para 2025 que se barajan actualmente en los mercados financieros, pero sospechamos firmemente que la Reserva Federal hará hincapié en la incertidumbre que rodea a las perspectivas macroeconómicas y en su voluntad de ser flexible: puede hacer más si los datos lo justifican. Sospechamos que la Fed mantendrá su previsión a largo plazo para los fondos federales en el 2,8%, tras haberla elevado a ese nivel en junio”, cierra el equipo de ING.

“Creemos que habrá 200 puntos básicos de recortes en total (hasta el primer semestre de 2026), para un tipo terminal del 3,25-3,5%. Es probable que el endurecimiento cuantitativo cese a finales de 2024, pero podría prolongarse unos meses más. Los riesgos se inclinan claramente hacia recortes más rápidos, con recortes de tipos secuenciales de 25 puntos básicos como escenario alternativo plausible”, completan desde BofA.

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