En su último año de gobierno, la Administración de Joe Biden ha marcado el récord de deportaciones en una década. Según el informe revelado el jueves por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), durante el año fiscal de 2024 se deportaron 271.484 no ciudadanos a 192 países diferentes. Mientras Donald Trump ganó las elecciones del 5 de noviembre prometiendo la mayor deportación de la historia, las expulsiones realizadas por Biden superan el récord del republicano, de 267.260 durante el año fiscal 2019.
El fuerte aumento en las deportaciones se debió a las medidas que se han tomado para agilizar el proceso y a los esfuerzos diplomáticos realizados para convencer a los países de que acepten a más deportados. La agencia señaló que aumentó los vuelos de deportación a países tradicionalmente emisores de inmigrantes en América Latina, pero también a países de África y Asia, incluida China, que no había aceptado deportaciones estadounidenses desde hace años. México fue el destino más común de los deportados (87.298), seguido de Guatemala (66.435) y Honduras (45.923).
La mayoría de los deportados, aproximadamente un 82%, habían entrado en el país de forma ilegal recientemente y habían sido transferidos al ICE por la Patrulla Fronteriza, frente a las detenciones del interior.
Trump ha criticado a la actual Administración por dejar sueltos a criminales y ha asegurado que deportará primero a los indocumentados que hayan cometido algún delito. Esa política, sin embargo, no es novedosa, pues es la que ya aplicó Barack Obama durante su presidencia y Biden la ha continuado. El ICE afirma que en las detenciones ha priorizado las personas que suponen un peligro para la seguridad nacional. De los deportados, 88.763 (o el 32,7 %) tenían antecedentes penales, con un promedio de 5,63 condenas y/o cargos por persona. Entre ellos se encontraban muchos cargos o condenas por delitos graves, incluidas 47.885 agresiones violentas, 16.552 delitos sexuales, 10.862 delitos relacionados con armas, 9.453 atracos, 2.699 homicidios y 2.423 secuestros.
En los últimos cuatro años, no pesaba la amenaza de deportación sobre los indocumentados que no habían cometido ningún delito. A partir de enero, sin embargo, eso cambiará, pues Trump pretende expulsar a todos los que se encuentren en el país sin un permiso de residencia. Aunque no está tan claro que pueda cumplirlo. Para ello, es necesario que el Congreso apruebe un aumento de financiación para ampliar los recursos del ICE. Su informe anual subraya las limitaciones que tiene para llevar a cabo las deportaciones y subraya que el número de agentes, unos 6.000, no ha variado en una década. El ICE cuenta en la actualidad con 41.000 camas en los centros de detención, pero Trump ha anunciado que prevé llegar a las 100.000.
El Gobierno de Biden quiso aumentar los recursos con una propuesta bipartidista, pero los republicanos, obedientes a los deseos de Trump que usó la inmigración como arma en las elecciones, frenaron la iniciativa en el Congreso.
Trump también prometió aumentar agresivamente las deportaciones durante su primer mandato, pero debido a la resistencia de ciudades y Estados liderados por demócratas, nunca superó el récord de la Administración Obama de más de 400.000 deportaciones al año. Biden también habrá superado las expulsiones del republicano.
Por otro lado, las medidas aprobadas por Biden en junio para frenar el flujo masivo de entrada de migrantes han resultado en una fuerte caída de encuentros en la frontera con México, que había alcanzado un récord en diciembre de 2023 y ahora se encuentra en su nivel más bajo desde julio de 2020, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP). En noviembre, la Patrulla Fronteriza registró 46.610 encuentros entre puertos de entrada, un 18 % menos que en octubre de 2024 y un 76 % menos que en noviembre de 2023.