El manuscrito representa un avance significativo en el estudio de los orígenes del cristianismo, no solo por su valor histórico y teológico, sino también por su repercusión sociológica
Gabriel Izcovich | jueves, 26 de diciembre de 2024, 11:38
Edison Veiga, desde Bled (Eslovenia), informa para BBC News Brasil sobre un hallazgo excepcional que arroja nueva luz sobre los relatos apócrifos de la infancia de Jesús. Gabriel Nocchi Macedo, investigador de la Universidad de Lieja (Bélgica), y Lajos Berkes, de la Universidad de Berlín (Alemania), han identificado un fragmento del Evangelio de Pseudo-Tomás, también conocido como Protoevangelio de Tomás. Este descubrimiento se produjo en la colección de papiros de la Universidad de Hamburgo y constituye el manuscrito más antiguo conocido de este texto.
El fragmento, de apenas 11 x 5 centímetros, contiene 13 líneas en griego antiguo y fue datado entre los siglos IV y V. Escrito con una caligrafía torpe, sugiere haber sido realizado por un aprendiz de copista. Este hallazgo adelanta significativamente la datación conocida del evangelio, ya que el manuscrito griego más antiguo identificado hasta ahora data del siglo XI.
El texto describe uno de los primeros milagros atribuidos a Jesús en este evangelio apócrifo, ocurrido cuando tenía cinco años. Según el relato, Jesús formó pequeñas lagunas de agua y modeló doce gorriones de arcilla durante un sábado. Ante la acusación de violar las normas de reposo del día sagrado, Jesús dio vida a las aves, que emprendieron vuelo.
Este episodio, ausente en los evangelios canónicos, destaca por su simbolismo y por la importancia otorgada a los relatos sobre la infancia de Jesús en la tradición cristiana apócrifa. La traducción fue realizada por Frederico Lourenço, de la Universidad de Coimbra, quien confirmó la inexistencia de paralelismos significativos entre este texto y los evangelios del Nuevo Testamento.
El papiro, cuyo origen específico es desconocido, fue adquirido para la colección de Hamburgo entre 1906 y 1913, con algunas adiciones hasta 1939. El Evangelio de Pseudo-Tomás, en su versión original, se cree que fue escrito en griego en la segunda mitad del siglo II, aunque previamente se consideraba que el idioma original era el siríaco. Este texto ha sido traducido a nueve lenguas antiguas, con múltiples versiones en griego.
André Leonardo Chevitarese, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, explica que los relatos sobre la infancia de Jesús son una construcción tardía, elaborados cuando ya no quedaban testigos directos. Por su parte, Gerson Leite de Moraes, de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, resalta la importancia de este hallazgo para llenar vacíos en los datos biográficos de Jesús y para comprender mejor la historia y las tradiciones del cristianismo.
Ambos expertos coinciden en que la datación y la confirmación del idioma original del evangelio son las principales novedades aportadas por este descubrimiento.
El manuscrito representa un avance significativo en el estudio de los orígenes del cristianismo, no solo por su valor histórico y teológico, sino también por su repercusión sociológica. Refuerza la transmisión de tradiciones teológicas desde los primeros siglos y ofrece un testimonio tangible de cómo los primeros cristianos buscaban llenar los vacíos en la vida de Jesús con relatos que complementaban las escrituras canónicas.
Este fragmento, pequeño en tamaño pero inmenso en significado, se convierte en una pieza clave para los estudiosos del cristianismo primitivo y para la comprensión de la evolución de las tradiciones teológicas.