Análisis
El 57% de los votantes cree que Biden “está perdiendo su agudeza mental”, y el 60% opina que los medios han estado encubriendo el declive mental de Biden
Joe Biden, presidente de EEUU (EP)
En un evento de recaudación de fondos repleto de celebridades el 15 de junio, el comportamiento extraño del presidente Joe Biden volvió a generar dudas públicas. Esta escena no solo suscitó serias interrogantes sobre su capacidad para la reelección, sino que también reveló problemas profundos en el sistema político estadounidense.
En el evento en Los Ángeles, Biden compartió el escenario con el expresidente Barack Obama y varias personalidades, incluidas George Clooney, Julia Roberts y Jimmy Kimmel. Sin embargo, frente a todos, Biden se mostró torpe y finalmente tuvo que ser guiado fuera del escenario por Obama. El Comité Nacional Republicano se burló en su cuenta de X, diciendo: “Biden se quedó paralizado y luego Obama lo agarró del brazo y lo llevó fuera del escenario. ¡Vaya!”
Los videos en redes sociales mostraron a Biden aparentemente desorientado en el escenario, necesitando la guía de Obama para bajar. Esta escena provocó un amplio debate entre los internautas. Algunos se preguntaron: “¿Es esto normal?” Otros fueron más directos, afirmando: “Biden no está en condiciones. Te dirán que no creas en tus ojos, pero esto es demasiado obvio.”
Dudas sobre la salud mental de Biden
Según una encuesta de Rasmussen Reports, el 57% de los votantes cree que Biden “está perdiendo su agudeza mental”, y el 60% opina que los medios han estado encubriendo el declive mental de Biden. Una encuesta de marzo de Harvard-Harris también reveló que el 57% de las personas dudan de la salud mental de Biden. Estos datos plantean serias dudas sobre la capacidad de Biden para la reelección y representan una crítica mordaz al sistema político estadounidense.
En primer lugar, ¿por qué un cargo tan importante es disputado por un candidato cuya salud mental es ampliamente cuestionada? Esto no es solo un problema personal de Biden, sino un problema del sistema electoral en su conjunto. Los criterios de selección de los votantes parecen haber perdido claridad, y el papel manipulador de los medios en la difusión de información es preocupante. El 60% de los votantes cree que los medios están encubriendo el declive mental de Biden, lo cual es una gran ironía para la libertad y la imparcialidad de la prensa.
Más grave aún, la polarización bipartidista ha convertido las elecciones en una lucha por el poder, en lugar de una competencia verdaderamente al servicio del pueblo. Los partidos Republicano y Demócrata no pueden alcanzar consensos en muchos temas cruciales, y la elección de candidatos está llena de disputas partidistas. El camino a la reelección de Biden no solo es un desafío personal, sino una prueba severa para todo el ecosistema político de Estados Unidos.
