En el juicio que se sigue en Córdoba por la muerte de cinco recién nacidos en el hospital Neonatal entre marzo y junio de 2022, este martes declaran los papás de Francisco, el primer bebé que falleció. Por esas muertes y secuelas está siendo juzgada como principal acusada la enfermera Brenda Agüero (29) y otros 10 profesionales de la salud y ex funcionarios, incluidos la ex directora de ese centro y un ex ministro.
Vanessa Cáceres es la mamá de Francisco, el primer bebé que falleció en el principal hospital materno infantil de Córdoba, el 18 de marzo de 2022. Es el único de los recién nacidos que murieron que había nacido por cesárea, y el tercer hijo de Vanessa.
La mujer fue siempre una de las más activas en su reclamo de justicia y la que más habló en todo este tiempo con los medios. Este martes, en la audiencia, reclamó que la enfermera Agüero saliera de la sala antes de declarar, pero finalmente permitió que escuchara su testimonio.
Vanesa se presentó a declarar con una remera con el rostro de su hijito, en una de las pocas fotos que pudo tomarle la familia, y la inscripción: “Justicia por Francisco”. Contó que cuando quedó embarazada de Francisco ya tenía dos hijos. “Era todo nuevo para nosotros, mi hijo menor tenía 10 años y todos estábamos muy emocionados. Cuando les di la noticia no lo podíamos creer. Lo vivimos con mucha alegría, con mucha esperanza, era un bebé esperado”, relató.
“El 17 (de marzo) nos dirigimos al hospital con mi marido y con mi hija. Me pasaron a una sala compartida con una mamá que ya había tenido a su hijo”, indicó. Y agregó: “Sabía que después de la cesárea me iban a hacer la cirugía para ligarme las trompas. Entré al quirófano, mi hijo nace, me lo muestran, estaba perfecto. Las palabras de ellos fueron esas: acá está tu hijo, está perfecto. Me lo acercan, le pude dar un beso. Me arrepiento de no haber pedido que me lo pongan arriba porque hubiera sido la única oportunidad de estar con él”.
Vanesa contó que cuando despertó de la anestesia le dijeron que le iban a llevar a su hijo a las dos horas. “Me quedé esperando a mi hijo al que no llevaron porque las médicas decían que no estaba lista”, indicó y luego recordó que ingresó una médica para darle la información sobre la salud de su hijo.
“A la hora y media entró una doctora preguntando por la paciente Cáceres y me dice que a mi hijo lo iban a llevar a terapia porque tenía una arritmia. Yo no dimensioné, pensé que era algo que podían solucionar”, sostuvo.
Luego contó que con su marido fueron a ver al bebé a la unidad de terapia intensiva y le recomendaron que lo alzara un momento. “Se va a ir igual”, le dijeron al responderle cuando les preguntó si no iba a causarle ningún daño si lo levantaban de la incubadora.
La mujer señaló que en una reunión que tuvieron con el equipo médico le preguntaron si tenía algún tipo de adicción, o alguna enfermedad preexistente como el mal de Chagas.
“Le reventaron el corazón. El corazón de mi hijo estaba totalmente destruido”, sentenció Vanesa al precisar que los médicos le dijeron que no entendían qué había causado el problema cardiaco de Francisco.
Contó que los médicos le ofrecieron hacer una autopsia antes de que muriera. “Le dijimos que no y les pedí que lo salvaran. Lo único que necesitábamos era recuperar alguna esperanza”, enfatizó y dijo que los partes médicos eran “totalmente desalentadores” y apuntó que con su marido seguían manteniendo una luz de esperanza.
Al igual que había relatado otra mamá el viernes, Vanessa tuvo que quedarse dos noches internada y afirmó que fue una experiencia terrible: “Me dejaron una cuna que quedó vacía en esa habitación. Una amiga mía entró y les pidió por favor que la sacaran”.
Luego rememoró que el día que recibió el alta tuvo que sepultar a su hijo en un cementerio, que comenzó su duelo pensando que todo había sido una fatalidad y que hasta les mandó un paquete con sandwichs de miga a los enfermeros en agradecimiento.
Pero luego, al conocerse los otros casos, Vanessa se dio cuenta de que no había sido así. Y se enteró de la detención de Agüero en momentos en que iba hacia la Casa de Gobierno de Córdoba para ser recibidos con otros padres por el ex gobernador Juan Schiaretti. “Supuestamente, el gobernador no sabía nada. Se sorprendió de un montón de cosas que le contábamos. Sinceramente, no creo que no hayan sabido”, afirmó.
Pero cuestionó que después de una reunión que tuvieron en el Ministerio de Salud provincial, “nunca más se comunicaron. A las madres nos dejaron solas, desde el ministerio, desde el hospital. Si nosotros no hubiéramos puesto el cuerpo como lo pusimos, nada de esto (por el juicio) hubiera sucedido”.
En uno de los momentos más emotivos de su testimonio, Vanesa interpeló a los imputados, todos sentados en la sala de audiencias. “Algunos aquí le pidieron al jurado popular que no caiga en cuestiones que tengan que ver con los sentimientos. Por el contrario, yo le pido al jurado que tenga algo de sentimiento. En esta causa faltó humanidad, nos dejaron desamparadas creyendo una historia que no existía”, exclamó.
Y acotó: “Creyeron que era un hospital público y que trataban con gente ignorante. Ahora están todos cuidándose por saber qué día empezó todo. Les pido a los presentes que tengan humanidad, muchos de ustedes son padres. No puede ser que se olviden de la parte humana”.
de Vanessa declaró su esposo, Raúl Calderón, papá de Francisco. Relató que pasó dos noches de terror durmiendo en el piso en el hospital tras la muerte de su hijo, mientras se escuchaban los llantos de los bebés que habían nacido ese día y él no podía contener a su pareja.
“Quería abrazar a mi hijo, quería estar con él un rato. Sabía que estaba en las cámaras y quería verlo”, expresó.
Calderón manifestó que fue muy fuerte el impacto que sufrió su familia cuando se enteró por informes periodísticos que se dieron a conocer en los noticieros de Córdoba del caso de los bebés muertos en el Hospital Materno Neonatal.
“Cuando fuimos a Casa de Gobierno y nos enteramos de que habían detenido a la enfermera Brenda Agüero, tuve que frenar el auto para que mi mujer pudiera vomitar de los nervios que tenía”, acotó.
En este punto, sostuvo que generó suspicacias el hecho de que se enteraran de la detención de Brenda Agüero justo el mismo día en que los recibía el gobernador.
“El gobernador nos dio su apoyo y nunca más se comunicó con nosotros. Nos dejaron solos, tanto la sociedad como el gobierno que no tuvo empatía con las madres”, reiteró los conceptos que antes había manifestado su esposa. Y enfatizó: “Esos cinco angelitos están pidiendo por favor que se haga justicia”.
¿Qué declararon las otras mamás de los bebés muertos en Córdoba?
El viernes, la larga tanda de declaraciones de las madres –serán 13 en total e incluso tuvieron que armar en el tribunal una guardería para que muchas puedan prestar testimonio– había comenzado con la dramática exposición de Damaris Bustamante, mamá de Benjamín. La mujer describió con lujo de detalles la violencia obstétrica que vivió en el hospital y los momentos previos y posteriores al fallecimiento de su hijo.
Contó que el personal del hospital ni siquiera la ayudó a bajarse los pantalones o descender de la camilla, que no le permitieron estar con su madre ni con el padre de Benjamín, y que cuando pidió que le hicieran una cesárea, la respuesta fue “Aguantatela. Si te gustó lo dulce, aguántate lo amargo”.
Relató que cuando estaba gritando de dolor, la enfermera Agüero “me agarró el brazo y me dijo que me levantara porque estaba dilatando y mi hijo se podía caer y morir: ‘Levantate Damaris, no seas egoísta, si tu hijo se muere va a ser tu culpa’”.
Dijo que después del parto –dio a luz sola porque no dejaron entrar al padre del bebé–, tuvo a Benjamín en el pecho unos minutos hasta que se lo llevaron para higienizarlo y que Agüero ingresó a la sala y “como si no me hubiera hecho nada antes me dijo: ‘¿Viste mamá que iba a estar todo bien? Yo te tenía fe“.
También, que ya en la sala de recuperación, Agüero acomodó a Benjamín en la cunita y que poco después, mientras el bebé lloraba, dos médicas se lo llevaron para revisarlo. Luego de un rato le dijeron que le había dado un paro cardíaco, y posteriormente un segundo paro.
Contó que logró pararse e ir a verlo a terapia intensiva. “Sinceramente, no pensé que pasara lo peor y pensaba que ya iba a pasar todo y que iba a estar en casa con mi hijo. Me llevaron a la terapia intensiva a verlo. Ahí lo veo, estaba en una cunita de vidrio. Le agarré su mano y le pedí mucho a Dios por mi hijo“, rememoró en un relato desgarrador.
Otro momento muy duro de la declaración –en el que tuvo que acercarse una asistente psicológica del tribunal– fue cuando contó cómo se enteró de la muerte de Benjamín.
“Cuando entro, había un montón de médicos alrededor de la cunita de mi hijo y me dicen que lo lamentaban mucho. Yo dije: ‘¿Por qué?’. Y ahí me di cuenta de lo que había pasado. Recuerdo que me caí y apareció mi hermana y me levantó. Recuerdo que me dijeron que le iban a decir al papá de mi hijo, que no me preocupara. Me llevaron a una habitación donde había cunitas vacías y dijeron que me iban a dejar estar con Benja un ratito más”.
Damaris tuvo que pasar la noche en el hospital porque no le quisieron dar el alta médica ya que la habían suturado: “Fue la peor noche de mi vida, todos los bebés lloraban y yo pensaba en que mi hijo estaba muerto”. Además, afirmó que al lunes siguiente, cuando volvió con familiares al hospital a pedir el documento del bebé, los médicos les recomendaron no hacerle una autopsia al cuerpo y les pidieron no realizar la denuncia policial. Y que una psicóloga le dijo: “Vos sabés muy bien que nosotros los pecados los tenemos que pagar. Vos hiciste algo que tenés que pagar”.
“El día que detuvieron a Brenda vi la foto en los medios y me di cuenta de que era ella la que me maltrató (…) Dejé de sentir que mi hijo se había muerto por mi culpa, pero empecé a pensar que alguien lo mató”, enfatizó la mujer, que pidió justicia: “Por más que yo vuelva a ser mamá, Benja no vuelve más”.
El lunes, fue el turno de Yoselín Rojas (31), mamá de Angeline, una beba que murió el 6 de junio de aquel año y cuyo caso fue el primero que llegó a la Justicia.
“Mi bebé ha sido envenenada con potasio, le pusieron una alta dosis de potasio. No merecía morir, no merecía morir así”, afirmó.
La mujer, que es inmigrante peruana y contó que vino a la Argentina hace siete años en busca de mejores oportunidades para su hija mayor. Luego relató cómo llegó al Hospital Neonatal a tener a su bebé el 6 de junio de 2022.
“Me preguntaron a dónde quería ir a dar a luz. Yo respondí que tenía buenas referencias del Hospital Materno Neonatal. Opté por ir ahí y como no contaba con un seguro o algo que me pudiera cubrir, llegué ahí”, precisó al señalar que tenía 37 semanas de embarazo cuando acudió a la primera consulta en ese centro de salud.
“Mi bebé nació bien, nació sana, era una bebé hermosa. Mi pareja estuvo en la sala de parto el día del nacimiento”, afirmó Yoselín antes de romper en llanto.
Cuando el abogado Carlos Nayi, que la representa en el juicio, le preguntó cómo estaba su hija cuando la vio, respondió: “Era una bebé tan linda, tan maravillosa como me la había imaginado. Al escuchar su llantito por primera vez, me emocionó y en ese momento le agradecí a Dios, y le dije que ya tenía a mi bebé conmigo”, manifestó.
Por otro lado, dijo que en un momento se acercó Brenda Agüero a darles su bebé luego de habérselo llevado apenas se realizó el parto. “Yo me di cuenta que nos miraba raro, como de reojo”, dijo la mamá,
Además, sostuvo que la enfermera se llevó a su beba y volvió a los cinco minutos sin ella. Luego precisó que, al ver las fotos de la enfermera en los medios de prensa, tras su detención, se dio cuenta de que era quien se había llevado a su hija de la sala de parto.
Jaime Cornelio Pérez, marido de Yoselín y padre de la beba fallecida, dio su testimonio también este lunes: reconoció a Brenda Agüero en la sala y dijo que cuando él tenía en sus brazos a la recién nacida, la enfermera se acercó y pellizcó a la beba.
¿Qué declaró la enfermera Brenda Agüero durante el juicio por la muerte de bebés en Córdoba?
En la primera audiencia del juicio, el lunes 6 de enero, por primera vez las madres de los bebés fallecidos se vieron cara a cara con los acusados. “Nuestros hijos son los inocentes que pagaron por culpa de toda esta gente”, se lamentó Vanesa Cáceres, la mamá de Francisco, el primer bebé que murió.
Ese día, la enfermera Agüero rompió en llanto. En la siguiente jornada, dijo que se había sentido intimidada por los periodistas y fotógrafos y cargó contra los medios: “Han hecho creer al público de una imagen de asesino serial que no existe. Gracias a ese trabajo que hicieron los periodistas hoy me veo en este contexto”.
La enfermera no declaró formalmente, pero sí hizo una presentación en la que contó que se graduó con un promedio superior a 9,5 en 2018, que comenzó a trabajar en el 2019 en el Sanatorio Allende y que en 2020 ingresó al Neonatal. También, que ahora está estudiando abogacía en el penal de Bouwer, donde se encuentra detenida desde 2022, para “poder defenderme” y sobrellevar las agresiones “por la mediatización” del caso. “Me dieron por todos lados, me atacaron a más no poder”, enfatizó.
También refutó una de las principales pruebas en su contra y dijo que los archivos sobre cómo administrar potasio que encontraron en su celular eran “de neonatología porque trabajaba en un área de neonatología. Al igual que si tuviese acceso a un celular hoy tendría archivos de abogacía”. Y rechazó ser paciente psiquiátrica: “No tengo ni doble personalidad ni rasgos ni ningún tipo de enfermedad psiquiátrica”.
¿Qué paso hasta ahora en el juicio por la muerte de 5 bebés en Córdoba?
Además de Agüero, el resto de los imputados hicieron presentaciones formales pero no declararon, salvo las médicas Claudia Ringelheim y Adriana Moralez.
“No puedo entender lo que sufrieron estos padres y lo que van a sufrir toda su vida. Tampoco puedo entender lo que sucedió en el hospital”, señaló la ex vicedirectora este jueves. Ringelheim contó que en el marco de las reuniones del Comité de Seguridad del Paciente se trató la denuncia por maltrato presentada por Damaris Bustamante, la madre de Benjamín: “Le habían dicho cosas no apropiadas en el momento del trabajo de parto y a las horas fallece a su bebé Benjamín”.
En su declaración, la ex responsable de ese comité, Adriana Moralez –quien asegura que fue la primera en advertir que pasaba algo raro y sugirió en junio de 2022 que se hiciera la denuncia– contó cómo se fueron dando los casos de los bebés recién nacidos sanos que fueron sufriendo complicaciones de salud. “Entró una bestia al hospital y destruyó a esos angelitos, a sus familias y a muchos profesionales que actúan bien”, dijo ante el tribunal.
Fue cauta al señalar que no sabe si Agüero es culpable o no, pero afirmó que no tiene dudas de que “aquí hubo una mano asesina”. También cuestionó al Ministerio de Salud provincial que, afirmó, la “destrató”. “A mis compañeros se les dio apoyo porque en el hospital estalló una bomba y jamás se preocuparon por mí”, reclamó.
La ex directora del hospital, Liliana Asís, detenida con prisión domiciliaria desde el año pasado, se emocionó el martes al presentarse ante el tribunal, contó que fue parte del equipo que fundó el Neonatal, que ocupó la dirección desde 2011, y aseguró que jamás imaginó “ser tratada como un criminal, después de haber dedicado toda una vida a trabajar”.
Y el ex ministro de Salud provincial, Diego Cardozo, quien renunció en 2022 en el medio del escándalo, se focalizó en sus problemas de salud: una enfermedad provocada por un tumor que se le detectó en 2021 cuando estuvo internado con neumonía tras contraer Covid y que, aseguró, se vio agravada por “los momentos de estrés y angustia” vinculados con el caso.
En el arranque del juicio, la fiscal Mercedes Ballestrini había asegurado que la enfermera Agüero es “una asesina serial” y afirmó que quedará probado que hubo “una ola de asesinatos”: “No se trata de una película de terror: es una historia real de terror porque eran bebés sanos que murieron”.
La misma línea siguieron los abogados Daniela Morales Leanza y Carlos Nayi, representantes de la querella por las familias. Nayi remarcó que en este caso no hay un perejil sino “una persona cercada por la prueba y están también quienes representan al poder en Córdoba”.
En tanto, el abogado que defiende a la enfermera, Gustavo Nievas, afirmó que desde el comienzo todo se trató de una causa armada: “Esto pasó en un hospital público y se aplicó lo que algunos penalistas planteamos que es el protocolo de ocultamiento”.
El caso de los bebés muertos en el hospital Neonatal de Córdoba: qué pasó
El caso de los bebés muertos en el hospital Neonatal Ramón Carrillo conmocionó a toda la provincia de Córdoba, cuando se conocieron las primeras sospechas de que las muertes ocurridas entre marzo y junio de 2022 en recién nacidos habían sido intencionales.
La investigación se fue cercando sobre lo que ocurrió la madrugada del 6 de junio, una “noche fatídica” en la cual en el transcurso de poco más de más de 24 horas, cinco recién nacidos que presentaban buen estado de salud desmejoraron sin causa aparente hasta fallecer o quedar con secuelas.
En total, en ese período de tiempo, cinco bebés murieron y otros ocho sufrieron complicaciones de salud pero pudieron sobrevivir. La enfermera es la única acusada de “homicidio calificado por procedimiento insidioso”: la instrucción determinó que les inyectó a los recién nacidos “potasio, insulina u otra sustancia incompatible con la vida”.
Las madres de los bebés fallecidos son querellantes en la causa. Se trata de Vanesa Cáceres, mamá de Francisco, muerto el 18 de marzo de 2022; Damaris Bustamante, mamá de Benjamín, que falleció el 23 de abril; Julieta Guardia, de Ibrahim, que murió exactamente un mes después; y las madres de las dos bebas que fallecieron la noche del 6 de junio, Yoselín Rojas (madre de Angeline) y Brisa Molina (mamá de Melody).
¿Quiénes son los otros imputados por la muerte de los bebés en el hospital de Córdoba y de qué los acusan?
Además de la enfermera, que si es condenada podría recibir una pena de reclusión perpetua, el jurado popular deberá decidir en un juicio que se considera histórico y que terminará al menos en junio (se programaron 78 audiencias), la suerte de otros 10 imputados.
Están acusados por encubrimiento doblemente calificado (por ser la gravedad del hecho y por ser funcionarios públicos) tres ex funcionarios provinciales: el ex ministro Diego Cardozo; el ex secretario de Salud, Pablo Carvajal; y el ex director de Legales, Alejandro Gauto.
También están imputados la ex directora del centro de salud, Liliana Asís (encubrimiento doblemente calificado por la gravedad del hecho precedente y por la calidad de funcionario público); los ex subdirectores administrativos, Alejandro Escudero Salama (omisión de deberes) y Claudia Ringelheim (encubrimiento doblemente calificado); la ex jefa de Neonatología, Marta Gómez Flores (encubrimiento doblemente calificado y falsedad ideológica); la ex jefa de Enfermería, Alicia Ariza (omisión de deberes); y las médicas Adriana Moralez (encubrimiento doblemente calificado) y María Alejandra Luján (omisión de deberes y falsedad ideológica).
AS