La carne de cerdo contiene proteínas de alto valor biológico, minerales como el potasio, el fósforo, el zinc y el hierro y vitaminas pertenecientes al grupo B, como la B1, la B3, la B6 y la B12. Asimismo, la carne de cerdo facilita la digestión contribuyendo al sistema inmunológico, aporta las proteínas necesarias para el correcto desarrollo de los huesos y mantiene la salud bucal. También se recomienda que las embarazadas consuman carne de cerdo, ya que aporta distintas necesidades nutricionales y regula la actividad hormonal.
Al contrario de la opinión general, la carne de cerdo no tiene tanta grasa como se piensa. Aunque históricamente ha sido considerada una carne roja, hay diversos factores que la asemejan a las carnes blancas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la denomina “carne blanca”. Por cada 100 gramos de carne, contiene solo 2,4 gramos de grasa saturada, mientras que la mayor parte de sus grasas son monoinsaturadas, similares a las del aceite de oliva.
Entre todos los beneficios que tiene la carne de cerdo, una investigación de la Universidad de Gachon, en Corea del Sur, ha descubierto uno más. Este estudio ha revelado que el consumo de cerdo podría estar relacionado con una mayor fuerza de agarre en los adultos de Corea del Sur.
La carne de cerdo afecta a la calidad de la dieta
El estudio, en el que también participaron investigadores de la Universidad de Tufts, el Think Healthy Group, LLC y otras instituciones líderes, incluyó a más de 2000 participantes de 65 años o más. Los investigadores descubrieron que los consumidores de carne tenían más nutrientes como proteínas, hierro y vitaminas B; mejores puntuaciones de calidad de la dieta, según el Índice de Alimentación Saludable de Corea; y una mayor fuerza de agarre, un indicador de fuerza muscular general y sarcopenia en adultos mayores.
“Los adultos mayores son particularmente susceptibles a los déficits nutricionales, lo que puede afectar su movilidad y calidad de vida. Este estudio demuestra el papel de la carne de cerdo como parte de una dieta equilibrada para ayudar a los adultos mayores a satisfacer sus necesidades nutricionales y mantener la fuerza muscular”, ha afirmado el doctor Hae Jeung Lee, autor principal del ensayo y profesor de la Universidad de Gachon.
Asimismo, el estudio ha manifestado que este tipo de carne también puede afectar a la calidad de la dieta, puesto que actúa como un alimento portador, promoviendo una mayor ingesta de otros componentes saludables de la dieta coreana, como las verduras verdes.
Según el doctor Taylor C.Wallace, coautor del estudio, “en Corea del Sur, la carne de cerdo se consume a menudo en cortes frescos y magros en lugar de formas muy procesadas, y tradicionalmente se combina con una gran cantidad de verduras ricas en nutrientes”. Por ello, “este equilibrio no solo mejora la calidad de la dieta, sino que también proporciona nutrientes esenciales de los que los adultos mayores podrían carecer de otra manera, como proteínas, hierro y varias vitaminas clave”, ha explicado el doctor.
La carne de cerdo magra aborda deficiencias nutricionales
El doctor Taylor C.Wallace también ha señalado que la integración de este tipo de la carne de cerdo magra, junto con una dieta equilibrada, puede afrontar deficiencias nutricionales comunes en los adultos mayores, además de mejorar la salud muscular, fomentando un envejecimiento más saludable a nivel mundial.
En definitiva, la investigación ha destacado el contexto cultural de la alimentación, ya que los patrones del consumo de carne de cerdo varían según la localización. Sin embargo, a pesar de que los hallazgos se centren en Corea del Sur –basándose en el consumo de esta carne en el país– los autores del estudio creen que puede haber implicaciones “más amplias” en el resto del mundo. Por ello, los investigadores han alentado a realizar más estudios clínicos para confirmar los beneficios de la carne de cerdo en los distintos países y culturas.
