Cartagena está en conmoción tras el asesinato de Salvador Zapateiro Mercado, un pastor evangélico de 47 años, quien perdió la vida a manos de un sicario mientras veía el partido de las eliminatorias entre Colombia y Ecuador en una tienda del barrio Las Palmeras, en los extramuros de la ciudad heroica.
Las autoridades aún no tienen pistas para esclarecer los móviles del crimen, que, según hipótesis preliminares, podría tratarse de un caso de confusión.
El trágico hecho ocurrió el pasado martes 19 de noviembre de 2024, alrededor de las 7:25 p. m., cuando Zapateiro Mercado, quien también trabajaba como latonero, buscó refugio de la lluvia junto a compañeros de trabajo en el establecimiento conocido como El Vendaval, donde además proyectaban el partido de fútbol.
En medio de la euforia que ofrecía el evento deportivo, un sicario irrumpió en el lugar y, tras ubicar al religioso, disparó cinco veces, impactando en la cabeza y espalda del pastor.
El perfil de la víctima
Mi hermano era un hombre sin problemas ni enemigos. Era colaborador y servicial. No entendemos por qué ocurrió esto
Zapateiro Mercado era un conocido pastor de la Iglesia Pentecostal del barrio Los Alpes, donde predicaba desde hacía años. Su hermana destacó su carácter pacífico y solidario, desmintiendo rumores sobre supuestos conflictos o amenazas en su contra. “Salvador ingresó a la tienda únicamente para resguardarse de la lluvia, no consumía bebidas alcohólicas como se han sugerido”, señaló la mujer que pide reserva de su nombre.
El asesinato de Zapateiro Mercado ha causado indignación entre los habitantes del barrio Los Alpes y Las Palmeras, quienes lo recuerdan como un hombre ejemplar. La comunidad exige celeridad en las investigaciones y justicia para el pastor y su familia.
“Mi hermano era un hombre sin problemas ni enemigos. Era colaborador y servicial. No entendemos por qué ocurrió esto”, expresó con dolor la familiar, quien también mencionó que el pastor había comenzado a trabajar como latonero hace tres años.
El momento del crimen
De acuerdo con la información recopilada por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, los asesinos llegaron al lugar a bordo de una motocicleta. Mientras uno de ellos descendía para ejecutar el ataque, el otro aguardaba con el motor encendido para facilitar la huida. En el interior de la tienda, las personas estaban de espaldas al sicario, atentos al televisor donde se transmitía el segundo tiempo del partido, lo que limitó las posibilidades de identificar al responsable.
El ataque fue rápido y preciso: ninguno de los compañeros de trabajo ni los demás asistentes al lugar resultaron heridos, pero el sonido de las detonaciones generó pánico entre los presentes.
Las líneas de investigación
El coronel Gelver Yecid Peña Araque, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, confirmó que se están analizando las cámaras de seguridad del sector, además de los testimonios de testigos y familiares, para identificar e individualizar a los responsables. Una de las hipótesis que cobra fuerza es que el asesinato de Salvador Zapateiro Mercado podría haber sido una equivocación.
“No tenemos indicios de que el pastor tuviera problemas o amenazas. Todo apunta a que podría tratarse de una confusión, pero seguimos recopilando evidencia para confirmar esta versión”, indicó el coronel Peña.
Por otro lado, las autoridades no descartan que este homicidio esté relacionado con un doble asesinato ocurrido en la misma zona solo nueve horas después. Durante la madrugada del miércoles 20 de noviembre, dos hombres, Armando Polo Navarro, de 34 años, y Armando Gutiérrez, de 56, fueron acribillados por sicarios en una motocicleta.
La conexión entre ambos ataques está siendo analizada por los investigadores.
Impacto en la comunidad y pedido de justicia
La Policía y la Fiscalía han intensificado las labores de búsqueda de los sicarios y los posibles autores intelectuales del crimen. Mientras tanto, los vecinos esperan que se esclarezca este hecho que enluta no solo a su familia, sino también a la congregación y al barrio que Salvador tanto apoyó.
En una ciudad como Cartagena, donde el sicariato y la inseguridad siguen siendo problemas graves, casos como este reavivan el debate sobre la necesidad de reforzar las estrategias de seguridad ciudadana.
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