El camino de Bortoleto para devolver a Brasil a la F1

Ausente de la parrilla -aparte de aparición de Pietro Fittipaldi en 2020- desde 2017. Sin victorias desde 2009. El último título mundial en 1991… si se ignoran los 20 segundos de gloria de Felipe Massa como campeón electo a finales de 2008, claro.

Brasil, el país que produjo tres múltiples campeones de Fórmula 1 en dos décadas a finales del siglo pasado, ha luchado recientemente para llevar a pilotos jóvenes y prometedores a la cima del automovilismo.

Pero Gabriel Bortoleto podría ser el hombre que no sólo ponga fin a esa sequía, sino que también devuelva a los aficionados brasileños la alegría de ver triunfar a su compatriota. Su currículum, que ahora incluye títulos consecutivos tanto en F3 como en F2 en sus temporadas de debut en las categorías, sugiere que no está en la F1 sólo para completar la parrilla.

Bortoleto es un ejemplo de libro de texto de la última generación de pilotos que han vivido y respirado las carreras desde una edad muy temprana. Empezó a correr en karts pocos años después de aprender a caminar. Se mudó de casa de sus padres al principio de la adolescencia para perseguir su sueño automovilístico. Y ahora pasa la mayor parte de su tiempo libre -de ocho a diez horas al día, dice- al volante de su propio simulador.

“Empezó con mi hermano Enzo”, recordó Bortoleto en una entrevista el año pasado. “Es seis años mayor que yo y empezó a correr a los siete, pero por motivos económicos lo dejó durante cuatro o cinco años, y luego volvió. Yo tenía seis años, a punto de cumplir los siete, así que iba a las carreras”.

“Me gustaba ver a todos los niños en el podio, ganando trofeos y esas cosas. Yo decía: ‘Quiero esto’. Le dije a mi padre: ‘Quiero intentarlo’. Así que me dio la oportunidad, pero sin entrenar, sin nada, me lanzó a la carrera… pum… así que estuve dando vueltas toda la carrera, (y) todo el mundo se reía de mí. Pero (sólo) había seis karts, y en Brasil tenemos seis plazas en el podio, ¡así que conseguí mi trofeo en mi primera carrera!”.

El año pasado, Bortoleto ganó el campeonato de F2, y en 2023 se proclamó campeón de F3.

Foto de: Andy Hone / Motorsport Images

Su trayectoria no es exactamente una historia de Cenicienta comparada con la de muchos pilotos brasileños que llegaron a Europa en décadas anteriores, ya que el dinero no fue uno de los principales obstáculos durante su carrera junior.

Cuando la afición de Bortoleto se convirtió en carrera, su padre, Lincoln Oliveira, empresario del sector de las telecomunicaciones, no sólo fue capaz de proporcionarle el apoyo financiero necesario a medida que su hijo ascendía por la costosa escalera del automovilismo junior, sino que también se aseguró de que tuviera todo el apoyo que necesitaba cuando la familia decidió enviarlo a Europa.

Su primer entrenador, Francesco di Mauro, a quien Gabriel llama ahora su “segundo padre”, lo acompañó cuando se trasladó a Italia con 13 años.

“El tipo estaba un poco en shock, porque era el principio también de nuestra relación como entrenador y piloto, así que no conocía tan bien a mi padre. (Pero) dijo que sí, así que se mudaron a Europa, a Italia, conmigo, él y su mujer” Gabriel Bortoleto

“Su hijo es un piloto profesional, con mucho éxito en Brasil, que hizo karting en Europa”, cuenta Bortoleto de su primer entrenador. “Estábamos en nuestra casa de la playa y mi padre le preguntó: ‘¿Qué tiene que hacer Gabriel para convertirse en piloto de F1?’, porque ése era mi sueño. Y el tipo respondió: ‘OK, tiene que ir a Europa’.

“Mi padre me miró y me dijo: ‘Haz las maletas porque dentro de un mes te vas a Europa’. Y luego le dijo (al entrenador): ‘¿Puedes ir con él?'”

“El tipo estaba un poco en shock, porque era el principio también de nuestra relación como entrenador y piloto, así que no conocía tan bien a mi padre. (Pero) dijo que sí, así que se trasladaron a Europa, a Italia, conmigo, él y su mujer, y empezamos la temporada en 2016. A mediados de 2016 hicimos algunas carreras, y en 2017 nos mudamos a Europa para vivir allí”.

Bortoleto a su vez cumplió, convirtiéndose en uno de los mejores pilotos de karts de Europa y, con el tiempo, haciendo una transición suave a los coches, ganando carreras en su primera temporada de F4 y luego también en FRECA. Pero el verdadero avance se produjo en 2023, cuando fue tomado por la empresa de gestión A14, dirigida nada menos que por Fernando Alonso y sus socios Albert Resclosa Coll y Alberto Fernández Albilares.

Un acuerdo de gestión con Alonso ayudó a Bortoleto a subir a la F1 con Trident, donde ganó el título de F3 al primer intento.

Foto: Mark Sutton / Motorsport Images

Con su ayuda, Bortoleto consiguió un contrato con el equipo Trident en F3, donde ganó el título en su primera temporada, antes de pasar directamente a F2, ahora con el apoyo de McLaren. El brasileño se convirtió en piloto junior del equipo de Woking el invierno pasado y, aunque el plan original no incluía un ascenso a la F1 tan pronto como en 2025, Bortoleto cumplió cuando más importaba.

Tras pasar apuros al principio de la temporada, llegó a lo más alto de la clasificación a principios de otoño. Esta buena racha atrajo el interés de Audi, que buscaba otro piloto para 2025 después de que Carlos Sainz n. aceptara su oferta McLaren, sin vacantes en un futuro próximo, aceptó cederlo. 

Incluso antes de que venciera a Isack Hadjar, nuevo fichaje de Racing Bulls, en la última ronda decisiva en Abu Dhabi para ser campeón de F2, el acuerdo ya había sido anunciado en el fin de semana del GP de Sao Paulo. Bortoleto se convertirá en el 33º piloto brasileño de F1, y el primero desde que Fittipaldi sustituyó a Romain Grosjean en las dos últimas carreras de la temporada 2020 en Haas.

Dadas las actuaciones de Bortoleto en las series junior, es probable que su carrera en la F1 sea bastante más larga.

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