El empate entre Atlético de Madrid y Real Madrid quedó en un segundo plano por lo sucedido en el minuto 68, cuando varios aficionados situados en el Frente Atlético empezaron a lanzar objetos contra Courtois, que celebró el tanto inicial de Militao con dedicatoria hacia ellos, tras recibir varios insultos durante la segunda mitad.
El árbitro, Busquets Ferrer, suspendió el partido durante más de quince minutos, aplicando de manera magistral el protocolo marcado por LaLiga ante estas situaciones. Tras el partido, que concluyó sin más incidentes, los jugadores colchoneros se dirigieron a los mismos aficionados que habían provocado los altercados para agradecer el apoyo, en una imagen más que cuestionable y que enfureció a buena parte del Metropolitano.
Un derbi que por desgracia fue más noticia por lo extradeportivo que por lo sucedido sobre el césped y que tuvo, entre muchos otros, tres nombres propios, con una actuación muy distinta en cada uno de los casos.
El colegiado balear cuajó una actuación impecable ante una situación complicada en uno de los partidos que más atención mediática concentran en el calendario de LaLiga. Arbitró sin errores durante los 90 minutos sobre el césped y actuó como debía ante el lanzamiento de objetos.
No le tembló el pulso para suspender el partido y supo mantener el temple adecuado en cada momento, llegando a conseguir el conceso tanto en Ancelotti, como en Simeone.
Sin duda, el gran héroe de una noche para el olvido en el Metropolitano.
El guardameta belga del Real Madrid fue uno de los protagonistas de los sucedido en el partido. Objeto de insultos y burlas durante el partido y la previa del mismo, algo que ya es habitual en todos los derbis en el Metropolitano, decidió ‘responder’ con gestos hacía la grada cuando Militao abrió el marcador en el minuto 64.
Unos gestos que desembocaron en la furia de los aficionados situado en el Frente Atlético, que actuaron de forma desmedida e injustificable.
El propio Simeone, apuntó hacía Courtois en las declaraciones post partido, señalando que debería castigarse también los actos provocadores y no solo los hechos que suceden después.
Sea como sea, nada justifica lo sucedido, aunque cierto es que la actitud de Courtois pudo ser otra bien distinta.
Si bochornosa fue la actitud de los aficionados que lanzaron los objetos al campo, no menos reprochable fue la de los jugadores saludando y celebrando con ellos tras el partido. Una imagen que hace cómplices a todos y cada uno de ellos, y que fue rechazada por gran parte del resto de la afición que llenó el Metropolitano y que reaccionó con silbidos ante tal situación.
Entre los grandes señalados, el capitán Koke, quien tras hablar con Simeone sobre lo que estaba sucediendo en claros signos de desaprobación del argentino, no solo no hizo nada para pararlo, sino que se sumó a la fiesta saltando y cantando como el que más.
El técnico colchonero, pero, tampoco queda lejos del foco de críticas, con sus palabras postpartido en el que casi equiparaba la actitud de Courtois con la de los aficionados. Sin duda, para hacérselo mirar.