Jueves, 19 de diciembre 2024, 12:33
Robert Louis Stevenson escribió en 1886 una obra que al Barcelona de esta temporada le va como anillo al dedo. El Doctor Jekyll era un científico que creaba una pócima con la que separar el lado maléfico de una persona. Al bebérsela, emergía de sí mismo Edward Hyde, un criminal capaz de cometer cualquier atrocidad. Hansi Flick, 138 años después, ha concebido un equipo capaz de dejar boquiabierto al planeta fútbol goleando a todopoderosos como el Real Madrid o el Bayern de Múnich y capaz también de caer en casa contra Las Palmas y el Leganés, Es un conjunto de dos caras.
Ciertamente, el Barça este año no tiene medias tintas. Los de Flick juegan a tumba abierta y eso provoca desenlaces tan inesperados como el acontecido el pasado fin de semana. El Barça cayó por la mínima ante el Leganés y confirmó que es muy difícil hacer pronósticos con un equipo así. Ya lo fue hace apenas un mes y medio cuando trituró en apenas cuatro días al Bayern y al Real Madrid en dos exhibiciones corales en las que todo salió de cara. Los fueras de juego del rival eran constantes, las ocasiones de Raphinha y Lewandowski eran sinónimo de gol y los rostros de los jugadores eran sonrisas interminables, como la buena racha que atravesaba el equipo.
Fue el punto álgido de un Barça que por el camino dejó exhibiciones como el 7-0 al Valladolid, el 1-5 en Villarreal o Mallorca y el importante triunfo en Alemania contra el Borussia Dortmund. Los de Flick han dejado partidos para el recuerdo, pero últimamente han alternado esas actuaciones con otras más grisis y con algunas que han entornado hacia el negro. Hace dos semanas fue la UD Las Palmas la que sacó los colores a los azulgranas con un 1-2 que ya hacía presagiar que algo no iba bien, un diagnóstico que se confirmó el pasado fin de semana ante el Leganés.
Flick mejora a Xavi
Al igual que el Doctor Jekyll variaba su rostro al convertirse en Edward Hyde, el Barça también ha perdido alguna de sus señas de identidad. Frente al Leganés se pudo ver a un equipo con problemas en la circulación de la pelota, con dificultades para encontrar a jugadores entre líneas y con muy pocas alternativas ante equipos en bloque bajo. Los jugadores de Flick se vieron obligados a atacar desde los costados y ni siquiera Raphinha y Lamine Yamal, dos de los más destacados en el inicio de la competición, estuvieron finos. Ellos fueron la cara de un Barça que ese día pareció haber tomado la poción ideada por Jekyll.
Los malos resultados de las últimas jornadas han situado al Barcelona en un brete y han obligado a hacer una comparativa de la que Flick no sale bien parado. Tras 18 partidos de Liga, el técnico germano suma 38 puntos, una cifra idéntica a la que tenía Xavi Hernández el pasado año y nueve menos de los que consiguió su predecesor hace dos cursos cuando conquistó el título liguero.
Pese a ello, Joan Laporta habló en el tradicional brindis navideño del club azulgrana y se mostró positivo respecto al futuro. «Podríamos estar mejor, pero no soy de los que le gusta mirar atrás. Hoy por hoy, es como si empezase la Liga para nosotros y vamos primeros. Vemos el vaso medio lleno», señaló el máximo mandatario del equipo culé.