El alimento español que el experto en nutrición y cáncer Valter Longo mete en la ‘Dieta de la Longevidad’
Valter Longo, experto en nutrición y cáncer
Una dieta saludable, rica en nutrientes específicos, junto a patrones de ayuno controlado, puede jugar un papel crucial
Longo propone que ciertos patrones alimenticios pueden ayudar en la prevención y tratamiento del cáncer
“Todo lo que como me sienta mal”: las siete rutinas que evitarán esta sensación
La relación entre la alimentación y el cáncer ha sido objeto de numerosos estudios y debates científicos. Uno de los investigadores más destacados en este campo es el doctor Valter Longo, conocido por sus investigaciones sobre longevidad y salud. Longo propone que ciertos patrones alimenticios pueden desempeñar un papel crucial en la prevención y el tratamiento del cáncer. En base a ello ha formulado una serie de recomendaciones alimentarias que, como mínimo, deberían ser tenidas en cuenta.
La dieta de la longevidad
Valter Longo ha desarrollado lo que él llama la ‘Dieta de la Longevidad’, una dieta principalmente compuesta por vegetales que ha demostrado tener efectos antitumorales y antienvejecimiento. Esta dieta se basa en la observación de poblaciones centenarias alrededor del mundo, y se caracteriza por ser baja en azúcares y almidones, alta en fibra y omega 3, y moderada en proteínas. Fijándonos en esto, el alimento que el nutricionista tiene siempre en su despensa son las aceitunas españolas.
Además, esta dieta excluye completamente las carnes rojas y los procesados, que han sido vinculados con un mayor riesgo de cáncer y otras enfermedades.
Los principales componentes de esta dieta incluyen:
- Verduras: Ricas en antioxidantes y fibra, las verduras son fundamentales en la dieta de la longevidad.
- Frutas: Consumidas con moderación para evitar excesos de fructosa.
- Aceite de oliva: Una fuente de grasas saludables que contribuye a la salud cardiovascular.
- Legumbres y cereales integrales: Proveen proteínas y carbohidratos complejos.
- Pescado: Consumido de manera regular, pero no diaria, para asegurar la ingesta de omega 3.
- Carnes blancas: Consumidas en pequeñas cantidades.
- Chocolate negro: Incluido como un placer saludable, rico en antioxidantes.
Ayuno intermitente y la dieta que imita al ayuno
Otras estrategias innovadoras propuestas por Longo son el uso del ayuno intermitente y la dieta que imita el ayuno (FMD por sus siglas en inglés). Estas prácticas han mostrado ser efectivas en la reducción de los factores de riesgo asociados con el cáncer, y también en el apoyo al tratamiento convencional. El ayuno intermitente, por ejemplo, consiste en restringir la ingesta de alimentos a un periodo de 12 horas diarias. Esto significa que si desayunamos a las 8 de la mañana, nuestra última comida debería ser antes de las 8 de la noche. Esta práctica no solo mejora la calidad del sueño, sino que también reduce los niveles de insulina y mejora la sensibilidad a esta hormona, factores importantes en la prevención del cáncer.
¿Qué pasa para que las aceitunas sean negras?Getty Images
La dieta que imita el ayuno, por otro lado, consiste en ciclos de 4 a 5 días donde se consumen muy pocas calorías, proteínas y azúcares, pero se incrementa la ingesta de grasas saludables. Estos ciclos se deben realizar siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud, pero han demostrado ser eficaces a la hora de reducir la proliferación de células cancerosas mientras protegen las células sanas de los efectos nocivos de la quimioterapia.
Los principales alimentos y nutrientes ‘anticáncer’
Además de los patrones dietéticos generales, existen ciertos nutrientes y alimentos específicos que han sido identificados como especialmente beneficiosos cuando tocar pelear una de las batallas más importantes: lucha contra el cáncer.
- Brócoli y crucíferas: Contienen sulforafano, un compuesto que ha demostrado tener propiedades anticancerígenas.
- Frutas rojas: Como fresas, arándanos y frambuesas, ricas en antioxidantes como los flavonoides.
- Ajo y cebolla: Sus compuestos sulfurados pueden ayudar a reducir el riesgo de varios tipos de cáncer.
- Cúrcuma: La curcumina, su principal activo, tiene potentes propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
- Té verde: Rico en catequinas, antioxidantes que pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas.
- Aceite y aceitunas: Ricos en Omega-3, un importante factor en la lucha contra el cáncer
Por otra parte, es importante dejar claro que Longo y otros expertos no sugieren en ningún momento que las dietas y el ayuno reemplacen a los tratamientos convencionales contra el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia. En cambio, lo que sí proponen es que estas estrategias dietéticas se utilicen como complementos para aumentar la eficacia de los tratamientos y reducir sus posibles y nocivos efectos secundarios.
Por ejemplo, existen estudios que han demostrado que un ciclo de ayuno antes de recibir una sesión de quimioterapia puede proteger a los pacientes de los efectos tóxicos del tratamiento y mejorar su eficacia al atacar más agresivamente las células cancerosas que no pueden adaptarse a la escasez de nutrientes.
Mientras la humanidad se pelea por encontrar un remedio contra esa terrible plaga que es el cáncer, continua también la investigación sobre la relación entre la alimentación y el cáncer. Este es un campo en constante evolución, con la aparición de estrategias como la dieta de la longevidad y el ayuno intermitente siendo capaces de ofrecer nuevas esperanzas en la prevención y el tratamiento del cáncer.
Con todo esto, parece que queda claro que la combinación de una dieta saludable, rica en nutrientes específicos y patrones de ayuno controlado, puede jugar un papel crucial en la lucha contra esta enfermedad, y que las aceitunas españolas están más que recomendadas dentro de esta dieta. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cualquier cambio significativo en la dieta, como es el caso de estas alternativas propuestas, o del estilo de vida se realice bajo la supervisión de profesionales de la salud para asegurar que se complementen adecuadamente con los tratamientos médicos convencionales.