Las mujeres, los jóvenes y las personas con obesidad son los grupos que más recurren a ellas
Vivimos instalados en la cultura de la dieta, obsesionados con el adelgazamiento y la idea de que los cuerpos delgados son los sanos y deseables. En este contexto, no es de extrañar que muchas personas estén dispuestas a llegar lejos para encajar en ese ideal. Todos sabemos que la combinación de alimentación saludable y ejercicio es la mejor estrategia para perder peso, pero ante la sensación de urgencia por conseguirlo (bien sea por motivos estéticos o de salud) resulta tentador recurrir a las llamadas ‘dietas milagro’, que prometen resultados inmediatos, aunque en muchos casos no cuenten con respaldo científico, resulten poco sostenibles y peligrosas para la salud.
Según el informe ‘Estrategias rápidas de pérdida de peso en la población española’, presentado ayer por la Academia Española de Nutrición y Dietética y la Fundación Mapfre, el 53% de los españoles han seguido alguna vez una dieta popular o ‘milagro’. Sin embargo, al ser preguntados directamente por ello, solo el 21% de los encuestados dijo haberlo hecho. Este importante gap entre realidad y percepción se explica por el hecho de que la gente identifica como ‘dietas milagro’ enfoques como la dieta cetogénica, el ayuno intermitente, la dieta paleolítica o las dietas detox. Sin embargo, otras prácticas restrictivas (y también potencialmente peligrosas), como la eliminación de alimentos ricos en hidratos de carbono, la omisión de comidas o el uso de productos sustitutivos de comidas principales no se consideran como tales. De acuerdo con el informe, realizado a partir de 3.150 entrevistas a mayores de 18 años, son prácticas muy habituales: el 43% de los encuestados ha probado a eliminar los hidratos de carbono de su dieta, el 13% ha utilizado productos dietéticos, el 12% se ha saltado dos o más comidas al día y el 8% ha consumido laxantes, diuréticos y pastillas no recetadas.
El ayuno intermitente, que consiste en alternar periodos de ayuno con ventanas de alimentación, también es muy popular (30,3%). A continuación encontramos la dieta de muy bajo aporte calórico (20,4%), que implica reducir radicalmente la ingesta diaria de calorías; la dieta detox (10,7%), basada en consumir principalmente líquidos, como zumos y batidos, entre otros, con la excusa de depurar el organismo, y la dieta Dukan (10,6%), que consiste en una ingesta elevada de proteínas y una reducción considerable de los hidratos de carbono. Entre las más frecuentes destaca también la dieta cetogénica (9,2%), que promueve un elevado consumo de grasas y proteínas y también reduce de forma extrema los carbohidratos. Respecto a los grupos que más recurren a las ‘dietas milagro’, la investigación subraya que son las mujeres, los jóvenes y las personas con obesidad.
Todas estas dietas entrañan una serie de riesgos, algunos a corto plazo (dolores de cabeza, mareos y estreñimiento) y otros a largo plazo (carencias nutricionales, hígado graso, cálculos renales, alteraciones hormonales y trastornos alimentarios, entre otros). Otro dato preocupante es que el 69% de las personas que han hecho ayuno intermitente, dieta cetogénica o dietas de muy bajo aporte calórico lo han hecho sin acompañamiento sanitario, aunque la mitad reconoce que este tipo de dietas deberían hacerse siempre bajo supervisión profesional y que su práctica puede implicar carencias nutricionales.
En España, el 52% de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad, pero el porcentaje de personas que alguna vez han intentado perder peso es todavía mayor, un 72%. Lo habitual es que hayan hecho dieta más de una vez (la media son siete veces), con diferencias significativas entre sexos: las mujeres tratan de adelgazar el doble que los hombres. Pese a todo, estos esfuerzos no suelen traducirse en una pérdida de peso sostenida: en cada intento se pierden, de media, 6 kilos, de los que se recuperan 5,3 kilos.