Educadores de las finanzas, promotores de la inversión | Negocios | La Voz del Interior

Autor: Diego Davila

Matías Daghero y Georgina Prataviera son socios en la profesión y en la vida. Se conocieron estudiando Ciencias Económicas en la Universidad Católica de Córdoba (UCC); después de pasar cada uno por sus empleos, casarse y pasar por Estados Unidos, optaron por seguir su pasión, las finanzas y la inversión, para asesorar a la clase media y a las pymes sobre la mejor manera de ahorrar e invertir.

Así nació Closing Bell Advisors, que toma su nombre de la última campanada que cierra cada sesión en la Bolsa de Nueva York, llamada también “la campana de los ganadores”. “La primera campanada es la de los jóvenes, porque al inicio arrancan los más impetuosos; en cambio, a la última la llaman ‘la campana de los ganadores’, porque los expertos esperan hasta el último para hacer el mejor negocio”, asegura Daghero.

Como todos los profesionales jóvenes, entienden la importancia de las redes sociales. Por eso, utilizan Instagram y YouTube para hacer pedagogía sobre la cultura inversora y la buena salud financiera.

Matías Daghero y Georgina Prataviera se conocieron estudiando para contadores en la Universidad Católica de Córdoba. (Pedro Castillo / La Voz)
Matías Daghero y Georgina Prataviera se conocieron estudiando para contadores en la Universidad Católica de Córdoba. (Pedro Castillo / La Voz)

–¿De dónde viene ese entusiasmo por la inversión?

–Matías Daghero (MD). No vengo de cuna de oro. Sé lo difícil que es ahorrar para comprar una casa. Soy contador. De los 14 a los 23 trabajé en un estudio contable y me dije: “No quiero dar malas noticias el resto de mi vida”. Con Georgina nos conocimos en la universidad y hoy somos socios de la empresa y de la vida. A los 23, entré a la administración de Gráfica Latina, hoy +Latina, que tiene un área financiera, y ahí se despertó mi pasión por las finanzas, junto con una necesidad personal: comprar mi primera casa en un país donde no existe el crédito hipotecario. En 2015 estuve, por tres meses, en Becerra Bursátil, porque con Georgina nos fuimos al exterior.

–Georgina Prataviera (GP). Me recibí de contadora en 2010 y entré a trabajar a Deloitte en el área de Auditoría. Ahí conocí empresas de distintos rubros, cómo funcionan y sus salidas a la Bolsa y al mercado de capitales. Nos casamos ese 2015, estábamos en la luna de miel y me llamaron para ver si quería hacer una experiencia en Estados Unidos.

–Les respondiste que sí, obvio.

–Les dije: “Bueno, vuelvo a Argentina el lunes”. Y ellos me dijeron: “No, te llamamos ahora al hotel”. Finalmente, fui seleccionada y así nos fuimos a Milwaukee, con 30 grados bajo cero en invierno. La experiencia fue muy buena porque allá es normal que una empresa cotice en Bolsa.

–¿Cuándo volvieron a la Argentina?

–MD. En 2017. Ya tenía la matrícula de agente productor bursátil, una figura similar a la de agente de seguros, un profesional independiente. Ella siguió trabajando en Deloitte. En 2018 salió la nueva Ley de Mercado de Capitales y cambió la figura del agente productor, que implicaba una estructura más grande. Así que necesitaba un socio, alguien que me ayudara con el análisis de las empresas, mirar balances, ¿y a quién tenía en mi casa? A una contadora MBA con experiencia en Estados Unidos. Así que decidimos dar el salto. Logramos la matrícula en agosto del 2020 y fuimos el primer agente asesor global de inversión de Córdoba. Hoy tenemos un equipo de nueve personas y un montón de asesores.

–¿Es importante que el asesor sea matriculado?

–Cuando vas de viaje, mirás tres aerolíneas, cinco hoteles y todas las alternativas posibles. Cuando vas a invertir tu dinero, ves una propaganda o un bot mágico que te promete una rentabilidad de 1% diario y caés en estafas, por no tomarte dos minutos para entrar en la página en la Comisión Nacional de Valores (CNV) y ver si la propuesta viene de profesionales matriculados. Si están en la CNV, tenés la tranquilidad de que los títulos están a tu nombre.

“Muchos temas que hablamos en las redes sociales surgen de consultas de los clientes, por supuesto respetando el secreto bursátil”, asegura Prataviera. Pedro Castillo / La Voz

–¿Qué pasa si yo invierto con ustedes y me pasa algo?

–GP. Vos invertís a través de una cuenta comitente que es tuya. Si hay un problema con la sociedad de Bolsa, los títulos se transfieren a otra. Es un bien registral, como una casa o un auto; si a vos te sucede algo, pasa a tus herederos.

–Son muy activos en las redes sociales.

–MD. Hacemos educación financiera desde 2017. Tenemos un newsletter todos los martes y un video en YouTube los días domingo, dirigida a una base de 20 mil personas. También estamos en Instagram. El último que salió, “Los inversores inmobiliarios son más inteligentes que los de Bolsa”, generó mucho rebote.

–El tema es como un superclásico Boca-River. ¿Qué es mejor: invertir en inmuebles o en el mercado de capitales?

–Quien tiene un inmueble, cuando baja de precio, no lo vende y espera a que recupere su valor. En cambio, el que invierte en la Bolsa no hace eso. Es importante entrar en la Bolsa con la mentalidad de un inversor inmobiliario, sabiendo que si la acción de Coca-Cola, Apple o Google tienen una mala temporada, pero es una buena empresa, cuando pase el tiempo, lo vas a vender a un precio más alto.

–GP. Muchos temas que hablamos en las redes sociales surgen de consultas de los clientes, por supuesto respetando el secreto bursátil. Nos pasó con un cliente que había comprado un inmueble con un crédito en UVA. Diciembre había registrado una inflación de 25,5%; él tenía los dólares y nos preguntó si cancelaba el crédito. Hicimos un análisis, canceló en enero, sacamos el video contando la generalidad del caso y fue uno de los más vistos hasta ahora. Mirá lo que pasó después con el dólar.

–MD. Ante un crédito, mucha gente ve sólo el valor de la cuota. En realidad, lo que uno tiene que ver es cómo impacta todo en tu patrimonio. Este cliente canceló el crédito y le quedaron dólares y el departamento.

–Este año, la baja del dólar blue planteó que guardar dólares no es una inversión.

–En los ‘90, un Renault Twingo valía $ 7.500, que eran U$S 7.500. Hoy con esa cifra en dólares no comprás un auto. En 2007, un iPhone salía U$S 700, hoy sale U$S 1.200. En Argentina, guardar dólares en el colchón lo consideramos una inversión como antítesis de guardar pesos.

–GP. Pero guardar dólares nunca fue una inversión. Este año, la gente cambió. El año pasado, nos pedían dolarizar con obligaciones negociables (ON) o acciones en el exterior. Este año es al revés; estamos recibiendo muchas transferencias en dólares, quieren hacer algo con sus dólares porque están perdiendo muchísimo poder adquisitivo.

–¿Ayudó el blanqueo?

–MD. Sí, porque mucha gente vio la necesidad de dejarte ser ahorrista y pasar a ser inversor. El que tiene dólares, lo primero que debe hacer es armar un fondo de emergencia. No es tan atractivo, pero después se te rompe la heladera o una rueda del auto y vas a necesitar dinero. Nosotros recomendamos que represente entre tres y seis meses de tus gastos mensuales. Se puede invertir en instrumentos a los que se accede de manera rápida, que sean líquidos y estables. No en bitcoin. Para pesos, tenés fondos comunes de inversión money market, que invierte en plazos fijos, letras o cauciones.

–Bien. Ya juntamos el fondo de emergencia. ¿Y ahora?

–GP. Depende del perfil del inversor. Para el más conservador, están las ON, bonos que emiten las empresas te pagan renta en dólar billete. Rinde 7% a 8% en dólares. También hay bonos que ajustan por inflación, por ejemplo, los bonos CER, que rinden entre 7% y los más largos, 10%. A su vez, letras a tasas fijas en pesos que se pueden vender en cualquier momento.

–MD. Después, cuando avanza, puede entrar en acciones, tanto de Argentina como del exterior. Con $ 60 mil o $ 70 mil se pueden comprar acciones de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos. Hay que entender que la inversión no es una carrera de 100 metros, sino como una maratón. Mucha gente quiere arrancar invirtiendo en Nvidia, cuyas acciones están subiendo un montón.

–¿Qué está pasando con las acciones argentinas?

–GP. El año pasado, sacamos una cartera exclusiva de acciones argentinas, siempre explicando lo que implica. Mucha gente nos dice: “Uyyy, ¡me hubiera metido en esta cartera, es la que más rinde este año, pero no me dio confianza ni tranquilidad!”. En ese caso, le decimos: “Tomaste la decisión correcta”. Porque es importante que el inversor pueda dormir tranquilo. Si por una inversión no vas a dormir, no sirve.

Para Daghero, las criptomonedas son una inversión agresiva.
Para Daghero, las criptomonedas son una inversión agresiva. “Si sos un inversor con perfil conservador, no tenés que invertir nada”, señala. (Pedro Castillo / La Voz)

–¿Se puede confiar en las acciones argentinas?

–Argentina es un mercado de oportunidad porque es una economía cíclica, tiene subidas y bajadas, a diferencia de Estados Unidos, que crece a largo plazo. Nosotros identificamos una oportunidad a fines del año pasado, siempre explicándole al inversor que Argentina no es un mercado en el que te vas a quedar toda la vida, hay que estar muy atento. Por eso, recomendamos diversificar la inversión y no poner todo a las acciones argentinas. Los que tienen esta cartera ya tienen otro tipo de inversiones más estables y lo complementan con las acciones argentinas. El año pasado nadie las quería y ahora son la estrella. De hecho, las ponemos en cuentas comitentes separadas.

–¿Las criptomonedas son una buena inversión?

–MD. Las criptomonedas hicieron que muchos jóvenes empezaran a invertir. Es algo positivo que tengan la visión de un mañana, que no se gasten todo el dinero hoy. Pero lo negativo es que empezaron con lo más agresivo. Es como aprender a manejar en el auto de Franco Colapinto. El problema es cuando vos te quemás. El bitcoin estuvo en U$S 60 mil, bajó a U$S 16 mil y ahora llegó a los U$S 100 mil. No somos especialistas en criptomonedas. Los tenemos como posibilidad de inversión para clientes con perfiles muy agresivos. Se pueden comprar con NFT (tokens no fungibles, activos digitales que se registran y utilizan para certificar la propiedad y la autenticidad de una criptomoneda). Lo peor que te puede pasar es que esa inversión te salga bien, pero cuando vas a buscar el excedente, ya no está. Hay exchanges (operadores de criptomonedas) que desaparecieron con todo el dinero. Por eso, hacerlo a través de NFT ya implica un marco regular.

–¿Cuánto hay que invertir en criptomonedas?

–Las criptomonedas son una inversión sumamente agresiva; si sos un inversor con perfil conservador, no tenés que invertir nada; si estás dispuesto a asumir un riesgo moderado, invertí hasta 2% en bitcoin, que es la más conocida. Hay que ver lo que pasó con las empresas tecnológicas a inicio de este siglo, con la burbuja de las “puntocom”; en aquel momento, estas empresas eran una promesa y hoy son una realidad, Altavista ya no existe más, hoy está Google. Si tenés un perfil agresivo, poné hasta 10% en distintas criptomonedas, pero que sea un dinero que te puedas permitir perder.

–También ayudaron las billeteras virtuales.

–Sí, porque el que pone su dinero en estos instrumentos está invirtiendo en un fondo común de inversión. Esto hizo que aumentaran las cuentas comitentes; antes representaban el 2% de la población; ahora están más cerca del 20%, pero no son inversores.

–Otro tema son las apuestas deportivas…

–Claro. Una gran cantidad de chicos entran a cuentas deportivas pensando que es como una inversión y en realidad es un juego. Pero es como ir al casino, en el momento en que entrás, la probabilidad matemática está en tu contra, siempre hay una chance más a favor del casino. En cambio, hay un estudio sobre la Bolsa hecho en Estados Unidos que incluye más de 100 años de historia y que muestra que si vos invertís en cualquier mes, tenés 60% de probabilidades de ganar dinero; y si permanecés 20 años, aun siendo la persona más desafortunada del mundo, no perdés dinero. Por eso, es muy bueno que la CNV haya abierto la posibilidad de abrir cuentas concomitentes a chicos a partir de los 13 años.

–¿Por qué?

–Porque cuando uno empieza de muy joven, es muy grande el efecto del interés compuesto (esquema por el cual se reinvierten los intereses del capital inicial para aumentar el valor de la inversión). Por ejemplo, si desde los 20 o los 25 años invertís entre U$S 50 o U$S 60 por mes, llegás al mismo capital que invirtiendo U$S 2 mil a U$S 2.500 a partir de los 50. Si partís desde el nacimiento del niño, el resultado es impresionante.

–Yo, que tengo 52, ¿todavía estoy a tiempo de armar un fondo para cuando me jubile?

–Entre los 50 y 55 años, todavía hay tiempo, pero el esfuerzo que vos tenés que hacer es mucho más grande. ¡No vengas a los 64 a querer armar un fondo de retiro! Jajaja.

–¿Cualquiera puede invertir?

–GP. Sí, con una pequeña parte de tus ingresos podés ahorrar. La clave es salir de esta cultura del “consumo todo ahora”, hay que encontrar un equilibrio entre tres conceptos: tiempo, energía y dinero. Cuando sos joven, tenés energía y tiempo, pero no tenés dinero; cuando estás en la mitad de tu vida, tenés energía, no tenés tiempo, pero tenés un poco más de dinero; pero cuando ya sos más grande, tenés tiempo y tenés dinero, pero ya no tenés tanta energía. Nosotros trabajamos esto con lo que llamamos “el personal trainer financiero”, porque las finanzas no difieren mucho de lo que es tener buena salud. Nosotros apuntamos a la buena salud financiera.

–¿Lo puede hacer un trabajador, un empleado?

–Claro. La gente dice “con la situación que vivimos, ¿cómo vamos a poder ahorrar?”, como si fuera imposible. Siempre hay alguna forma de gastar menos y ahorrar. ¿Vas a comprar una gaseosa? Comprá con envases retornables. ¿Estás comprando en forma desordenada? Andá con una lista y no vayas al supermercado con hambre. Muchas cosas se pueden hacer sin que vos sientas que empeoró tu calidad de vida.

–Mucha gente se está planteando esto…

–MD. Porque hasta el año pasado, con la inflación, comprar en cuotas siempre era negocio, se licuaba en la tercera o la cuarta cuota; además era difícil comparar precios. Al bajar la inflación, este año el consumidor puede comparar precios y saber realmente cuánto paga.

“Socios en la empresa y en la vida”, señalan ambos. (Pedro Castillo / La Voz)

Fanáticos de los Legos

Nombres. Matías Daghero (36) y Georgina Prataviera (36).

Les gusta. A Matías le gusta pasar tiempo con sus hijos, viajar, leer y la Fórmula 1. A Georgina le gusta escribir (“de chica quería ser escritora”, asegura) y viajar. Ambos coleccionan Legos.

HIjos. Gabriel (3) y Victoria (10 meses).

Empresa. Closing Bell Advisors.

Cargo. Socios.

Clientes. Tienen 1.700 clientes; administran cerca de U$S 54 millones. El cliente medio es de clase media, con U$S 25.000 a U$S 30 mil de ahorro promedio, mayormente hombres de 45 a 50 años, profesionales, dueños de pymes, empleados de rangos medio y alto, también docentes.

E-mail. info@closingbelladvisors.com.

Instagram. @closingbelladvisors.

Web. www.closingbelladvisors.com.

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