Brasil y Estados Unidos firmaron una alianza climática, en el marco de la reunión de Finanzas que se realiza en Río de Janeiro, un encuentro con ministros de economía de los países que integran el G-20, cuya reunión con presidentes será en noviembre. Aunque Brasil insistió con un impuesto para los ultrarricos, la nación norteamericana no acompañó.
Este viernes 26 de julio, los gobiernos de Estados Unidos y Brasil anunciaron una agenda conjunta sobre temáticas climáticas, con la intención de profundizar los lazos en un tema que consideran clave pero que la oposición en ambos países lo tiene en segundo plano.
En el marco de la reunión de líderes financieros del G20 en Río de Janeiro, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo que “avanzar en el trabajo sobre el clima, la naturaleza y la biodiversidad puede traer beneficios no solo a nuestras dos economías, sino también a la región y a la economía global”.
Por su parte, el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, aseguró que su país quiere “estar más cerca” y dijo que espera que estas directrices se conviertan en acciones concretas muy rápidamente.
Se trata de dos de las dos mayores economías del hemisferio occidental y esta alianza climática se centrará en cuatro áreas clave, incluidos los esfuerzos para facilitar el acceso de los países a los recursos del fondo climático multilateral, una prioridad para Brasil durante su presidencia del G20 este año.
Yellen también expuso que, entre los pilares fundamentales de esta agenda, está el objetivo de impulsar las cadenas de suministro de energía limpia y los esfuerzos para mejorar la integridad y la eficacia de los mercados voluntarios de carbono.
Mientras que ambos países buscarán movilizar financiación y desarrollar soluciones innovadoras para conservar y restaurar la naturaleza y la biodiversidad, incluso a través de los bancos multilaterales de desarrollo.
Impuesto a los ultrarricos, una prioridad para Brasil
Brasil volvió a insistir sobre la necesidad de lograr un acuerdo global para gravar a los ultrarricos, algo que generó desencuentros durante la reunión.
La iniciativa, es una prioridad clave para el presidente del gigante sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, pero Yellen enfrió el ambiente al afirmar que no ve necesario un acuerdo global sobre un tributo que alcance a los multimillonarios.
“La política fiscal es muy difícil de coordinar a nivel mundial”, dijo ante los periodistas. Y agregó: “Creemos que todos los países deben asegurarse de que sus sistemas tributarios sean justos y progresivos”.
En la apertura del evento, el miércoles 24 de julio, Lula elogió la naciente Alianza Global Contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa propuesta por Brasil y que busca reunir recursos y conocimientos para la implementación de políticas públicas y tecnologías sociales para la reducción del hambre y la pobreza en el mundo. Una Alianza Global que estará abierta a otros países que no sean miembros del G20, sino a todos los países interesados.
Con Reuters y EFE