- Autor, Paul Kenyon y Fergus Hewison
- Título del autor, BBC File on 4
Yasmin (no es su nombre real) llegó de Irán para estudiar un máster en una nueva universidad del Reino Unido, pero se quedó “sorprendida” al descubrir que muchos de sus compañeros tenían un inglés limitado y que sólo uno o dos eran británicos.
“¿Cómo es posible continuar con este curso sin entender el acento británico o el inglés correctamente?”, le dijo a la BBC.
La mayoría de los estudiantes pagaban a otras personas para que hicieran su trabajo de curso, explica, y algunos pagaban a personas para que registraran su asistencia a las clases por ellos.
La experiencia de Yasmin refleja una creciente preocupación.
El Sindicato de Universidades y Colegios (UCU) señala que algunas instituciones están pasando por alto las habilidades lingüísticas para recibir las altas cuotas que pagan los estudiantes extranjeros, y un profesor nos dijo que el 70% de sus estudiantes recientes de máster tenían un inglés inadecuado.
Universities UK (una organización que representa a 141 instituciones) rechaza las afirmaciones y afirma que existen estrictos requisitos lingüísticos para los estudiantes que vienen del extranjero.
Jo Grady, de la UCU, que representa a 120.000 profesores y personal universitario, indica que es un secreto a voces que los estudiantes que carecen de conocimientos de inglés encuentran formas de venir al Reino Unido a estudiar.
“Cuando hablamos con los miembros, nos enteramos de los trucos que se utilizan para que la gente apruebe el examen de idioma pertinente y acceda a los cursos”, señala.
Alrededor de siete de cada 10 estudiantes que cursan estudios de máster en Inglaterra son extranjeros, una cifra mucho mayor que en otros tipos de cursos de educación superior, afirma Rose Stephenson, del Higher Education Policy Institute, un grupo de expertos independiente dedicado a la educación superior.
En Inglaterra, la cuota de matrícula universitaria para los estudiantes nacionales de grado tienen un límite de 9.250 libras esterlinas (US$11.700), que aumentarán a 9.535 libras esterlinas (US$12.000) al año en 2025-26.
Cada una de las demás naciones del Reino Unido establece sus propias cuotas, pero las cuotas para los estudiantes extranjeros que estudian en Inglaterra no tienen límite máximo.
“A un estudiante extranjero se le puede cobrar tanto como esté dispuesto a pagar”, dice Stephenson.
Las cuotas de posgrado tampoco tienen límite, por lo que un máster en una universidad de élite podría costar 50.000 libras (US$63.300).
Como las cuotas de matrícula de los estudiantes nacionales en Inglaterra no han seguido el ritmo de la inflación, se ha producido un recorte en términos reales de la financiación universitaria, señala Stephenson, y los estudiantes internacionales en efecto están subsidiando las cuotas inferiores de los estudiantes nacionales.
Familias adineradas
Un denunciante que trabajaba en una empresa que prepara a estudiantes internacionales para entrar a la universidad nos dijo que los agentes se enfocaban en familias en el extranjero que tuvieran dinero para pagar.
El denunciante, que también había hablado anteriormente con el diario Sunday Times, afirmó: “Sabíamos que esas universidades estaban cada vez más desesperadas y que seguirían nuestros planes sin mucho escrutinio sobre cómo encontrábamos a esos estudiantes”.
“Ningún grupo independiente está mirando las calificaciones ni los exámenes. En cierto modo, es el Salvaje Oeste“.
El denunciante trabajaba para Study Group, uno de los muchos proveedores de servicios de educación que alimentan el sistema universitario de Reino Unido y que cobran honorarios a los estudiantes en el proceso.
Study Group, con sede en Reino Unido, es un proveedor registrado que dice trabajar para más de 50 universidades con una red de 3.500 agentes en 99 países.
Study Group rechaza firmemente las afirmaciones del denunciante. Afirma que los estudiantes extranjeros se ganan sus plazas por mérito.
Añade que cualquier decisión de admitir a un estudiante en un curso la toma la universidad, no Study Group, y rechaza la afirmación de que los criterios de admisión no se aplican por algún motivo.
Afirma que los cursos que imparte son “examinados rigurosamente por las universidades asociadas”.
Yasmin pagó 16.000 libras esterlinas (US$20.250) por su curso de finanzas internacionales en una universidad del sur de Inglaterra.
Después descubrió que de los 100 estudiantes de la mayoría de sus módulos, “quizás 80 o 90 de ellos compraron tareas” en las llamadas “fábricas de ensayos” basadas en el extranjero.
En Inglaterra, es un delito completar un trabajo para un estudiante y que éste pueda hacerlo pasar como propio.
Cuando Yasmin le contó a su tutor lo que estaba sucediendo, este no tomó ninguna medida. Yasmin dice que ahora siente que su título de máster se ha “devaluado”.
Un profesor universitario del Grupo Russell (una asociación que representa a las mejores universidades británicas) que ha enseñado en varias universidades y quiere permanecer en el anonimato, se hace eco de las preocupaciones de Yasmin.
Le dijo a la BBC que el 70% de sus estudiantes de máster en los últimos cinco años no tenían suficientes habilidades en inglés para estar en el curso.
“Ciertamente ha habido ocasiones en las que los estudiantes a los que doy clases no han podido entender preguntas muy simples”, indica.
El profesor nos dijo que ha tenido que adaptar su técnica de enseñanza y dice que los estudiantes incluso usan aplicaciones de traducción en clase.
Pero insiste en que la culpa no es de los propios estudiantes internacionales, que en su mayoría se esfuerzan lo mejor que pueden, y señala que la situación varía de una asignatura a otra.
Aprueban, dice, porque los cursos a menudo se evalúan a través de tareas, en lugar de exámenes.
Algunos estudiantes recurren a empresas de redacción de ensayos y pagan a otros para que escriban sus trabajos o, cada vez más, recurren a la inteligencia artificial (IA).
Ambos métodos, afirma, pueden anular al software antiplagio actual.
Crisis financiera
Jo Grady, de la UCU, indica que no es de extrañar que algunos estudiantes con un bajo nivel de inglés sientan que necesitan la ayuda de otras personas, o incluso que utilicen la inteligencia artificial para hacer su trabajo, como un “acto de desesperación”.
Asegura que los miembros de su sindicato le dicen a sus administradores que inscribir a estudiantes sin un buen nivel de inglés “es una mala idea… tendrán dificultades, y nosotros también tendremos dificultades para enseñarles”.
Sin embargo, afirma que “los administradores y líderes universitarios siguen adelante de todos modos, debido al dinero y los ingresos que traerá”.
Algunas universidades están en crisis financiera, dice Grady, y se han vuelto dependientes de estudiantes extranjeros que pagan altas cuotas y “pagan sumas de dinero exorbitantes”.
“Las instituciones están persiguiendo el dinero. No necesariamente están persiguiendo a los mejores candidatos. Y es una corrupción de lo que debería ser la educación superior”.
Vivienne Stern, directora ejecutiva de Universities UK, rechaza la sugerencia de que se esté permitiendo que algunos estudiantes extranjeros participen en cursos con bajos conocimientos de inglés como una forma de aumentar los ingresos.
Ella dice que las universidades realizan controles estrictos sobre las personas a las que inscriben, incluidos los niveles mínimos de idioma, según lo establecido por el gobierno de Reino Unido.
“Los estudiantes deberán poder pagar la cuota para estudiar en Reino Unido, pero más allá de eso es una cuestión de aceptar a los estudiantes que lo soliciten y aplicar un criterio basado en el mérito”, afirma.
“Es absolutamente central que este sea un sistema en el que la gente confíe”.
Stern dice que los estudiantes internacionales se sienten atraídos por la calidad de las universidades de Reino Unido y afirma que sería “poco inteligente” depender de los ingresos internacionales para financiar la educación y la investigación nacionales, porque el número de estudiantes extranjeros podría verse afectado por la geopolítica o las fluctuaciones en el cambio de moneda.
Mientras tanto, el número de estudiantes internacionales está cayendo.
Los datos sobre las solicitudes de visa de estudiante de Reino Unido de la primera mitad de este año muestran que ha habido un descenso del 16% en las solicitudes, lo que ha resultado en una pérdida de ingresos para algunas instituciones.
Esta caída se atribuye, en parte, a los cambios en las normas sobre visados para estudiantes de Reino Unido que impiden a la mayoría de los estudiantes de posgrado traer a personas dependientes.
Esto está contribuyendo a la peor crisis financiera de las universidades desde que se introdujeron las cuotas por primera vez.
El mes pasado, el regulador gubernamental, la Oficina de Estudiantes (OfS), estimó que para 2025-26, el 72% de las universidades podrían estar gastando más dinero del que ingresan, y advirtió que “es necesaria una acción rápida y decisiva”.
El Departamento de Educación le dijo a la BBC que se ha identificado como un riesgo la dependencia de los estudiantes extranjeros y que muchas universidades tendrán que cambiar sus modelos de negocio. Y agregó que el gobierno está comprometido a gestionar la migración cuidadosamente.
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