La pausa de 90 días en la aplicación de los aranceles específicos que ha llevado al entusiasmo a las bolsas de todo el mundo, anticipa semanas (y probablemente meses) de tensas negociaciones en el comercio internacional. Europa, por ejemplo, ha advertido a Estados Unidos de que, si no prosperan, sus aranceles del 25% que afectan a más de 1.500 productos estadounidenses entrarán en vigor. Pero públicamente no se conocen estos plazos y la incertidumbre va poco a poco mermando el optimismo.
“Solo el día después de los anuncios de Trump, los mercados estadounidenses sufrieron su peor golpe en una sesión desde 2020. Los mercados de renta fija también respondieron sin ambigüedades: los rendimientos de los bonos estadounidenses a largo plazo se desplomaron”, señala Vincenzo Vedda, director de inversiones de DWS.
“Los índices estadounidenses venían de una racha muy fuerte. El S&P 500 y el Nasdaq habían marcado máximos históricos. En estos niveles, cualquier evento que añada riesgo puede provocar ventas por precaución o simplemente para asegurar ganancias”, añade José Manuel Marín Cebrián, economista y fundador de la firma de asesoramiento financiero Fortuna SFP.
Según Vedda, si no se revierten parte de los aranceles anunciados, la economía mundial podría caer en una crisis bastante similar a la crisis del petróleo. “En ese caso, tendríamos que revisar bruscamente a la baja nuestras estimaciones de beneficios, valoraciones y objetivos de precios”, advierte.
De momento, el comportamiento de los inversores minoristas ante la incertidumbre del mercado ha sido variado, según Rolandas Juteika, director de Inversiones y Trading para el Espacio Económico Europeo de Revolut.
“Algunos ven una oportunidad en las grandes acciones con descuento, mientras que otros están explorando nuevas opciones fuera de EEUU, como acciones y bonos europeos. También hemos detectado un aumento en el uso de derivados como los CFD, lo que refleja un interés por estrategias más flexibles ante la volatilidad”, cuenta Juteika en una nota.
Esto es lo que están viendo los expertos en los mercados y lo que recomiendan hacer para proteger las carteras de la guerra arancelaria que ha desatado Donald Trump.
Diversificar y descorrelacionar activos
Algunos analistas prevén tasas del 10% al 20%, con excepciones por países y productos. Hasta entonces, continuará la volatilidad. “Con esta mirada puesta en el futuro, un inversor prudente debe diversificar con cabeza fría, propósito claro y herramientas activas“, señala Marín Cebrián.
“Ahora nos enfrentamos a un cambio radical. Esta caída del mercado demuestra, una vez más, la importancia de la diversificación, tanto dentro de la clase de activos de las acciones, como en todas las clases de activos”, defiende Vedda, que cree que la era de los Siete Magníficos ha llegado a su fin.
El fundador de Fortuna SFP cree que es un buen momento también para salir del radar tradicional. Inversiones como el crowdlending ofrecen flujos estables, exposición directa a la economía real y poca correlación con los vaivenes geopolíticos.
Invertir en empresas de calidad
En contextos inciertos como el actual, debe primar la inversión en compañías de alta calidad: grandes multinacionales con ventajas competitivas claras, barreras de entrada sólidas y factores diferenciales frente a su competencia.
“Volvemos al básico que nunca falla: el PER. Buscamos empresas con valoraciones atractivas, no modas infladas por flujos ciegos de capital. El precio puede bajar, pero el value bien elegido resiste”, defiende Marín Cebrián.
Marcus Poppe, gestor de carteras de DWS, cree que, si bien las previsiones son muy inciertas ahora mismo, la industria de defensa debería seguir siendo un sector interesante durante algún tiempo —a pesar de las fortísimas ganancias que ya ha registrado—.
“Sin embargo, la valoración de todos y cada uno de los títulos debe ser minuciosamente examinado. El sector del automóvil, ya en crisis, sale mucho peor parado. Los aranceles podrían recortar los beneficios de los fabricantes entre un 10% y un 30%”, advierte. A medio plazo, se muestra positivo con las empresas europeas de pequeña y mediana capitalización. Aunque sólo podrían volver a la senda del éxito a largo plazo si el crecimiento económico se acelerara sustancialmente.
“Hay momentos en los que hay que tener estómago, estar tranquilos y no hacer nada. De hecho y contraintuitivamente, mirando las compañías en cartera a largo plazo, las caídas suelen dar más oportunidades que en otro tipo de mercados. Las actuales ni son las primeras, ni serán las últimas, pues la incertidumbre siempre está presente y hay que conocerlo cuando se invierte en renta variable”, recuerda Antonio Fernández Quesada, director de inversiones de Tesys EAF.
En Tesys, por ejemplo, buscan compañías que, ante cualquiera de estos problemas, tengan modelos de negocio robustos, gestores honestos y trabajadores que sean capaces de adaptarse a cualquier entorno. Una empresa con poder de fijación de precios enfrentará mejor unos aranceles que otra que no los tiene. Una compañía con un producto único e indispensable para sus consumidores afrontará mejor las épocas inciertas. Compañías diversificadas en diferentes mercados y divisas serán fuertes ante un problema o cambio regulatorio que les afecte en un mercado en concreto, explicita.
Hacer rotación geográfica
Los inversores europeos están empezando a diversificar más allá del mercado estadounidense. Según datos de Revolut, el peso de las acciones europeas en las carteras del EEE (Espacio Económico Europeo) ha subido del 10% al 22% en los últimos meses.
En Alemania y Francia supera ya el 30%. En España, el 27%.
Según Marín Cebrián, si Europa empieza a mostrar señales de recuperación y se ve menos afectada por la guerra comercial, puede atraer más capital. En términos de PER y P/BV, cotiza con un descuento histórico frente a EEUU. A diferencia de este último, Europa aún no ha digerido del todo la desaceleración post-COVID, lo que le da margen de recuperación y menos riesgo de sobrecalentamiento. Además, el BCE parece más predispuesto a bajar tipos que la Fed —lo que genera viento de cola para sectores sensibles a tipos como bancos, inmobiliario o consumo—.
“El buen comportamiento de las bolsas europeas en lo que va de año se ha desvanecido en cuestión de días. Es difícil evaluar cuánto tardará en llegar el cambio de tendencia. Pero, en términos relativos, las acciones europeas han superado a sus homólogas estadounidenses, incluso durante esta fase bajista“, señala Marcus Poppe, gestor de carteras de DWS.
Desde el punto de vista de Poppe, hay muchas posibilidades de que los valores europeos sigan superando a sus homólogos estadounidenses a largo plazo. Después de dar la espalda a Europa durante bastante tiempo, los inversores internacionales han empezado a fijarse de nuevo en la región. “Se está produciendo un cambio de paradigma”, asegura.
Para más inri, el impredecible curso político no favorece las inversiones en EEUU.
El peor escenario para los mercados sería una tríada de aranceles elevados, una inflación creciente y la ralentización de la actividad económica. Y, si no se avanza en las negociaciones, las acciones estadounidenses podrían sufrir pérdidas más importantes que las europeas, escribe en una nota.
Las valoraciones de las acciones estadounidenses siguen siendo significativamente más altas que las europeas, incluso tras el repunte del primer trimestre. Sin embargo, el crecimiento del BPA (beneficio por acción) en Europa y EEUU ha sido idéntico en los últimos cinco años, apunta Giordano Lombardo, fundador, CEO y co-CIO de Plenisfer Investments SGR (parte de Generali Investments). “Los inversores suelen suponer que las valoraciones reflejan la debilidad de la economía europea, pero en realidad reflejan sobre todo el excesivo gasto fiscal estadounidense de los últimos años“, advierte Lombardo.
Buscar activos refugio
El oro está alcanzando nuevos récords en medio de la incertidumbre que motiva la guerra arancelaria, los aplazamientos, las negociaciones… El metal precioso se consolida como el activo refugio por excelencia, un escudo contra la inflación y la devaluación de las monedas.
“Vuelve a entrar en la conversación como el activo que no depende de decisiones políticas. Cuando todo se agita, los metales preciosos siguen hablando el idioma de la estabilidad”, defiende el fundador de la firma de asesoramiento financiero Fortuna SFP.
El experto recomienda tener un mínimo del 25% de la cartera en oro para proteger el patrimonio.
“Tiene el mejor caldo de cultivo sobre la mesa: guerras, tensiones geopolíticas, bajadas de tipos, deuda americana y una China que, junto con los BRIC, está empeñada en crear un nuevo orden económico mundial. Además, la commodity dorada está inversamente correlacionada con los tipos de interés”, defiende.
Mirar al largo plazo (aunque la volatilidad se apodere de la bolsa)
Levantarte y ver todos los valores y activos de renta variable de tu cartera en rojo no es plato de buen gusto ni para los más experimentados —excepto para los que quieren comprar más barato—. Pero estos episodios son un pequeño punto en la línea de tus inversiones a largo plazo.
De hecho, recientemente viste como el S&P 500 entraba en territorio bajista para rebotar casi en vertical en menos de 24 horas, por el anuncio de la pausa de 90 días para los aranceles de Trump.
“Cabeza fría para no tomar decisiones al ritmo del pánico o la euforia. Porque lo que Trump firma hoy, el Congreso lo puede matizar mañana. Y, en tres años y medio, hay elecciones. Nada es definitivo. Ante este panorama, más que refugiarse en soluciones automáticas, es momento de recuperar el timón y apostar por la gestión activa”, defiende Marín Cebrián.
Rolandas Juteika, director de Inversiones y Trading para el EEE en Revolut, coincide.
“En momentos como este es fundamental mantener la calma y evitar decisiones impulsivas. Diversificar por regiones y tipos de activos sigue siendo clave para gestionar el riesgo y construir carteras más sólidas a largo plazo”, escribe el directivo de Revolut.
Duncan Lamont, CFA, director de Investigación Estratégica, Schroders, recuerda que en estos escenarios una de la respuesta correcta probablemente sea ceñirte a tu plan.
“Como ocurre con todas las inversiones, el pasado no es necesariamente una guía para el futuro, pero la historia sugiere que los inversores habrían salido perdiendo considerablemente si hubieran respondido al riesgo bursátil con reacciones precipitadas en caliente”, advierte.
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