La primera evaluación de un presidente, al menos bajo los estándares tradicionales, suele llegar tras sus primeros 100 días en el poder. Y si bien ese también será el caso con Donald Trump, que asume las riendas de Estados Unidos hoy al mediodía, hora de Colombia, los ojos estarán puestos más bien en lo que haga durante las 100 horas iniciales en la Oficina Oval.
De acuerdo con fuentes, diversos reportes de prensa y declaraciones públicas del mandatario electo y el nuevo equipo de gobierno, el republicano tiene previsto estrenarse con todo un vendaval de polémicos anuncios cuya intención no solo es crear impacto, sino marcar el tono de su nuevo periodo.
Aunque las primeras horas del día se irán en los actos protocolarios de su posesión, que incluyen una misa, la cita de rigor con Joe Biden y la toma de juramento en el Capitolio, el magnate ya ha venido firmando un paquete de al menos 100 órdenes ejecutivas que comenzarán a salir en cascada una vez el nombramiento sea oficial.
El grueso de ellas, y muy en línea con la campaña electoral que lo llevó a la victoria, estarán concentradas en el tema migratorio. Pero también se esperan importantes decisiones en materia de medioambiente, manejo de la economía y de corte cultural. El eje de las nuevas medidas relacionadas con migración irán en dos direcciones: dar inicio al programa de deportación de indocumentados más ambicioso en la historia reciente y cerrar las vías físicas y legales para poder ingresar a EE. UU.
¿Cuál es el plan de Donald Trump contra la migración?
Aunque los detalles específicos no se conocen, hay varias cosas que se anticipan. Si bien el acceso al país por la frontera sur para personas que llegan buscando asilo o refugio se encuentra hoy limitado tras un serie de medidas tomadas por Biden en el verano, la idea es proceder a un cierre total. En otras palabras, suspender el procesamiento de este tipo de permisos, que les permite a estas personas permanecer en el país mientras se tramitan sus casos.
Así mismo, es probable que el presidente reimponga la prohibición de viaje (travel ban) para ciudadanos de ciertos países, medida que adoptó el primer día de su anterior gobierno y que provocó un caos internacional pues se bloqueó el acceso hasta de personas portadoras de green cards o permisos de residencia.
Se habla también de una orden ejecutiva que declararía a EE. UU. en emergencia nacional por la “invasión de ilegales” y que le daría poder a Trump para utilizar recursos financieros y personal militar para enfrentar la “amenaza”.
Adicionalmente, piensa cancelar los llamados paroles o permisos humanitarios y programas de reunificación familiar que han permitido la llegada legal de cientos de miles de personas, entre ellos venezolanos y colombianos, mientras sus casos son evaluados por las autoridades migratorias. Incluso, entre los planes está detener la expedición de permisos de residencia temporales bajo el Estatus de Protección Temporal.
De manera simultánea, el ‘zar’ de la frontera de la administración Trump ya anunció que a partir de mañana se dará inicio a unas ‘macrorredadas’ que comenzarán en Chicago y se extenderán en varios puntos del país hasta el próximo lunes.
“Va a haber una gran redada en todo el país. Chicago es solo uno de muchos lugares”, dijo Tom Homan a Fox News.
Trump, si bien aún no está en el poder, les ha pedido a los funcionarios del Servicio de Migración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) sumarse de manera voluntaria a la denominada operación Salvaguarda.
La efectividad de las redadas está por verse. Durante su primer gobierno se hablaba de miles de capturados, pero terminaron siendo 35.
Pero desde la perspectiva del republicano, la imagen de agentes del ICE tumbando puertas y arrestando a unos cuantos sería suficiente para mandar un fuerte mensaje y poner en jaque a ‘ciudades santuario’, como Chicago, que protegen a los indocumentados o no colaboran con las autoridades federales.
En una prueba de este eventual choque de poderes, la policía de Chicago ya advirtió que si bien no piensa intervenir, tampoco compartirá información con las autoridades federales.
Adicionalmente, el nuevo mandatario piensa desempolvar el llamado Título 42, que le permite expulsar del país a los recién llegados alegando que hay emergencia nacional y acelerar las deportaciones de todo indocumentado que tenga alguna deuda pendiente con la justicia.
Otra de las medidas que prepara, probablemente sin dientes, pero que generará mucho ruido, es la de anular el derecho a la ciudadanía que tienen todos los que nacen en EE. UU.
Ese derecho está consagrado por la Constitución en la Enmienda 14 y por lo tanto cualquier cambio exigiría una reforma constitucional que no tiene posibilidades de avanzar. Aun así la idea del presidente es poner el tema sobre la mesa y forzar su estudio y revisión.
Economía, medioambiente y reformas, las otras medidas que prepara el presidente electo
En el plano económico, la expectativa es alta ante la promesa de Trump de que impondrá desde el primer día aranceles que van del 10 al 60 por ciento a las exportaciones de algunos países y la cancelación de muchas de las restricciones elevadas por Biden para impedir las explotación de hidrocarburos en zonas protegidas con la idea de bajar los precios de la gasolina y otros combustibles. Ambas medidas están encaminadas a controlar la inflación, uno de los temas que más pesaron en la campaña, pero que muchos economistas critican pues podrían generar el efecto contrario.
La tinta está fresca, además, sobre otra orden ejecutiva que volvería a retirar a EE. UU. del Acuerdo de París sobre cambio climático, al que Washington había regresado con la llegada de Biden. De hecho, según Trump, su idea es reversar todos los decretos que firmó su antecesor. Entre ellos rescindir los incentivos para vehículos eléctricos, prohibir la presencia de personas transgénero en competencias deportivas y en las fuerzas armadas, y declarar que, desde la perspectiva de su nueva administración, solo hay dos sexos: hombre y mujer.
Como parte de su empeño por elevar la eficiencia gubernamental y rodearse con personas afines a sus intereses, el magnate también planea emitir una orden que elimina las protecciones laborales de los empleados y que le permitiría destituirlos sin temor de acciones legales. Y, de paso, una adicional que va dirigida a sus principales detractores: ofrecer un perdón a los condenados por la toma del Capitolio del 6 de enero de 2021.
“Algunas de esas acciones puede que estén más allá del poder de su presidencia. Otras probablemente enfrentarán desafíos legales antes las cortes. Pero simplemente tomarlas tienen un doble propósito. Complacer a algunos miembros de su base y avivar la llama de las llamadas ‘guerras culturales’ que les han dado buenos resultados a los republicanos en las urnas”, afirma Brandon Rottinghaus, profesor en Ciencias Políticas de la U. de Houston.
Aunque muchas de las medidas esperadas en estas próximas 24 o 48 horas son causa de incertidumbre, en esta ocasión no son sorpresivas.
De hecho, el mismo Trump anunció incluso antes de ganar las elecciones que se comportaría como “un dictador” durante su primer día de gobierno. Pese a ello, el 49,9 por ciento de la población lo prefirió frente a Kamala Harris.
Lo que viene es solo Trump tratando de cumplir con lo que prometió.
Sergio Gómez Maseri – Corresponsal en Washington – EL TIEMPO