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Existen infinitas dietas para adelgazar. Basta con teclear #perderpeso en cualquier red social para encontrar de todo, desde dietas de ayuno intermitente, limpiezas de zumos y tés desintoxicantes hasta dietas basadas en plantas y dietas antiinflamatorias.
Se pueden pagar, literalmente, miles de euros para asistir a lujosos retiros de adelgazamiento en rincones remotos del mundo, con menús supersaludables supervisados por nutricionistas internos, ayunos de caldo de 24 horas y tratamientos para congelar las células grasas. Pero, ¿cuál es una de las dietas más antiguas y posiblemente más restrictivas (e insostenibles)? La Dieta Cambridge.
¿No estás del todo segura? Esto es lo que piensan nuestros expertos nutricionistas de este programa de sustitución de comidas…
¿Qué es la dieta Cambridge?
La dieta Cambridge, que ha sido rebautizada como dieta 1:1, “sigue siendo una de las dietas más restrictivas que existen”, afirma Hannah Alderson, nutricionista titulada y especialista en hormonas.
Lanzada a mediados de los 80 en el Reino Unido -una época catalizadora de la cultura de las dietas que siguió en los 90 y los 90-, “obliga a sus seguidores a una ingesta diaria de calorías muy baja, compuesta principalmente de batidos, sopas, barritas y comidas ultraprocesadas“, explica.
Piensa en barritas de galleta y nata especialmente diseñadas, gachas de sirope dorado, sopa de fideos con sabor a pollo o batidos con sabor a cereza y fresa.
En pocas palabras, se trata de un plan de sustitución de comidas muy bajo en calorías, diseñado para conseguir una reducción calórica significativa y un adelgazamiento rápido, añade Amanda Pasko, dietista titulada y colaboradora de BetterMe.
“La Dieta Cambridge debe su nombre a la Universidad de Cambridge, donde fue desarrollada por el Dr. Alan Howard, que empezó a explorar el concepto de dietas muy bajas en calorías para pacientes con obesidad mórbida”, explica.
“La popularidad de esta dieta tiende a ser cíclica; muchas personas recurren a ella en primavera y a principios de verano, cuando quieren ponerse en forma rápidamente para la estación cálida”.
¿Cómo funciona la dieta Cambridge?
Reduce significativamente las calorías
El concepto básico de la dieta es sustituir la mayor parte o la totalidad de la ingesta diaria de alimentos de una persona por 35 productos sustitutivos de comidas especialmente formulados, como batidos, sopas, barritas y gachas, explica Pasko. Todos ellos tienen aproximadamente 200 calorías o menos.
“Estos productos están diseñados para ser bajos en calorías, creando así un déficit calórico significativo, pero con un alto contenido en nutrientes esenciales“, afirma.
Pone tu cuerpo en cetosis
“En la Dieta Cambridge, el cuerpo no recibe suficientes calorías para satisfacer sus necesidades energéticas, por lo que empieza a quemar las reservas de grasa para seguir funcionando e induce un estado de «cetosis», es decir, el uso de grasa, en lugar de glucosa, para obtener energía”, explica Pasko.
Alderson describe este déficit energético extremo como “un tipo de táctica de inanición para el organismo”. El peso disminuirá, pero también lo hará el metabolismo basal, afirma, “y la comprensión de cómo desenvolverse en la vida real y con la comida real una vez terminada la dieta”. “De ahí que a menudo se produzca un aumento de peso una vez finalizada la restricción”.
Las 6 fases de la dieta
La Dieta de Cambridge suele dividirse en fases cortas, cada una de las cuales dura aproximadamente dos semanas, prosigue Pasko. Suele comenzar con el déficit calórico más extremo y aumenta gradualmente el contenido calórico antes de concluir con un plan de mantenimiento menos calórico pero menos extremo, con el uso opcional de los productos sustitutivos de las comidas de la Dieta Cambridge».
- Fase 1 – Consumir 3-4 sustitutos de las comidas de la dieta Cambridge al día (consumiendo 400-600 calorías durante un máximo de 12 semanas).
- Fase 2 – Tomar 2 sustitutivos de una comida de la dieta Cambridge, más alimentos ricos en proteínas, leche desnatada y algunas verduras (consumiendo 800 calorías al día).
- Fase 3 – Tomar 2 sustitutos de las comidas de la dieta Cambridge, además de leche desnatada, desayuno y ensaladas para el almuerzo y la cena (consumo de 1.000 calorías durante 2 semanas).
- Fase 4 – Consumir 2 sustitutos de las comidas de la dieta Cambridge, más leche desnatada, desayuno, almuerzo y cena (continuar durante 2 semanas).
- Fase 5 – Consumir 1 sustitutivo de una comida de la dieta Cambridge más leche desnatada, desayuno, almuerzo, cena y merienda (continuar durante 2 semanas).
- Fase 6 – Come una dieta sana más los productos dietéticos Cambridge que elija, aproximadamente 1.200 calorías al día (continúa indefinidamente).
¿Tiene beneficios de la dieta Cambridge?
“No puedo decir cuántos clientes han entrado en mi clínica decepcionados por esta dieta”, dice Alderson.
Como nutricionista y especialista en hormonas, no hay ni un solo caso en el que recomendaría esta dieta a nadie: una cosa es reducir tanto las calorías y otra muy distinta es hacerlo a través de alimentos ultraprocesados proinflamatorios, por ejemplo, “tarta de cumpleaños y barritas de galletas y nata. No se compone de alimentos reales y se centra exclusivamente en las calorías”.
Alderson describe la dieta Cambridge como “una solución a corto plazo, no a largo plazo” para perder peso, y añade que está anticuada y “no tiene ningún interés real en la salud hormonal ni en el sistema nervioso, que es primordial para el éxito a largo plazo de la pérdida de grasa”.
Victoria Repa, Health Coach certificada, CEO y fundadora de la plataforma de salud y bienestar BetterMe, está de acuerdo. “Cada persona tiene unas necesidades dietéticas únicas influidas por la genética, el metabolismo y el estilo de vida. Un enfoque de talla única, como la dieta Cambridge, puede no tener en cuenta estas diferencias individuales, lo que puede conducir a resultados adversos para la salud”.
¿Qué problemas plantean este tipo de dietas?
La lista es larga. “La dieta de Cambridge no enseña a ninguno de los participantes a preparar la comida por sí mismos, ni a cocinar desde cero, olvida los fundamentos del sistema endocrino y nervioso, la calidad nutricional de los alimentos y el estado nutricional individual de cada cliente, la sensibilidad a la insulina, el ritmo circadiano, la ecología intestinal y, lo que es más preocupante, está siendo impulsada por consultores locales que no tienen ninguna cualificación nutricional”, afirma Alderson.
“Estas dietas hipocalóricas pueden tener efectos secundarios, como fatiga, mareos, caída del cabello y pérdida de masa muscular debido a una nutrición inadecuada”, añade Repa.
Dado que la dieta restringe la ingesta calórica a un rango muy por debajo de las necesidades medias de un adulto sano, puede ser difícil de mantener, lo que lleva a un “efecto yo-yo”, en el que un metabolismo basal previamente suprimido conduce a una rápida recuperación de peso una vez que se reanudan los patrones normales de alimentación.
Repa también señala que la rápida pérdida de peso de la dieta Cambridge puede crear expectativas poco realistas, causando frustración y decepción cuando se recupera el peso. “Estas dietas pueden minar la salud y el bienestar a largo plazo sin un enfoque sostenible del estilo de vida y los hábitos alimentarios”.
¿Funciona la dieta Cambridge?
¿Perderás peso rápidamente en una báscula? Sí, PERO la mayor parte será agua y músculo magro, dice Alderson.
¿Mantendrás el peso una vez que vuelvas a comer comida de verdad? No. ¿Aprenderás a crear una relación positiva con la comida real y comprenderás un marco de cómo comer para el resto de tu vida en el mundo real? No. ¿Podrás mantener esta forma de comer? La verdad es que probablemente no’.
La dieta Cambridge -y cualquier tipo de dieta de choque como ésta- no funciona como solución para perder grasa a largo plazo: no es un patrón alimentario sostenible.
“Un cambio duradero requiere ir más allá de la comida. El cuerpo humano no está diseñado para perder peso, sino para sobrevivir. A lo largo de la historia de la humanidad, el hambre ha sido su mayor amenaza. Por eso las dietas no funcionan a largo plazo. Tu cuerpo acabará siendo más listo que la restricción calórica para asegurarse de que no se muere de hambre”, continúa.
En resumen: Dado el déficit calórico extremo de la dieta Cambridge, es muy probable que pierdas peso rápidamente si pruebas esta dieta. Sin embargo, no es un enfoque sostenible ni saludable.
Con casi una década de experiencia periodística (impresa, en línea y en redes sociales) en periódicos nacionales y revistas de estilo de vida, es justo decir que Alice lo ha probado todo en lo que respecta a la salud y el estado físico. Desde hacer las maletas para ir a un retiro avedúrico extremo en Sri Lanka y poner a prueba cada nueva moda de acondicionamiento físico hasta correr la maratón de Londres y completar un IronMan de 70.3, Alice ahora se ocupa del contenido alimenticio de WH. Con el lema de «la comida es lo primero», está aquí para ayudarlo a descifrar exactamente qué alimentos favorecerán su salud y qué limpieza de 13 días es simplemente, bueno, una estafa. Como pastelera y anfitriona entusiasta, su postre favorito es la pavlova (con muchas bayas de verano y crema batida, por supuesto).
