“Yo Médico”
Solo, frente a alguien que sufre;
un ser que es mi igual
con un corazón que late y espera…
Mi yo se estremece y se angustia,
un velo tenue cubre mis ojos
y mis lágrimas quieren salir presurosas.
Mi corazón se hace más fuerte,
golpea y late inexorable sobre mi cabeza.
Mis manos quieren ser firmes
y un fino temblor las hace oscilar.
¡Mi frente! … sus arrugas se ven cubiertas
de finas y brillantes perlas,
frío sudor que quiere ocultar mi sufrir.
… Y un ser frente a mí, que implora vida…
Yo médico:
Ante el tribunal supremo de Dios
que valora mi humildad y mi pobreza,
depongo mi bagaje hecho jirones,
mi ciencia hecha nada,
mi ansia loca de llorar por lo que se va
aunque detrás de un rostro impasible;
mi alma gime,
quemándose y lacerándose silenciosa
porque en el largo peregrinar
mis ojos se han secado ya,
han perdido esa dicha de expresar amor
y un deseo incontenible me hace gritar al cielo…
Una lágrima me hace vivir
lo salado de su cristalinidad.
¡Oh Dios que me diste vida, amor y piedad
quiero ser fuerte en el sentir y razonar,
quiero leer en mi corazón
ante el dolor de mis semejantes.
Me siento débil y frágil,
simple como una gota de agua, como una flor.
…Yo médico…
Va quedando sobre el largo sendero
mi alma, mi yo, mi ser, todo.
Y llegará un momento que sólo sea
una sombra que mire, razona y habla
y un día más, ni nadie sepa
que en ese sendero quedó toda una vida.