Aunque esta cifra representa un leve aumento en comparación con noviembre, cuando se reportaron unos 46 mil arrestos, Mayorkas aseguró que representa una tendencia de reducción en la cantidad de personas que intentan cruzar hacia Estados Unidos desde que el Gobierno de Joe Biden impuso mayores restricciones al asilo.
“Hemos demostrado que es posible reducir drásticamente la inmigración irregular en nuestra frontera sur y brindar ayuda humanitaria a quienes la merecen”, dijo el funcionario, quien dejará el puesto el 20 de enero.
Trump y el Partido Republicano han criticado duramente la política migratoria de Biden, llegando incluso a intentar someter a Mayorkas a un juicio político para sacarlo de su cargo.
El presidente electo acusó a los demócratas de promover la invasión del país al permitir la entrada de migrantes y solicitantes de asilo de países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití a través de programas especiales de alivio humanitario.
A su vez, los republicanos culpan al Gobierno demócrata de desatar una crisis en la frontera, a pesar de las medidas adoptadas para restringir el asilo que le valió a la Casa Blanca el rechazo de los principales grupos en defensa de los migrantes y los derechos humanos que actúan en el país, como ACLU o Amnistía Internacional.
A modo de reflexión de lo que fue su gestión del DHS, Mayorkas agregó que en los últimos cuatro años, Estados Unidos ha fortalecido y aplicado consecuencias a quienes ingresan a su país sin una base legal, al igual que ha ampliado su colaboración con otros Gobiernos para restringir la migración y aumentado las vías legales y seguras para entrar al territorio estadounidense.
Trump ha mencionado un plan para liberar a Estados Unidos de la “invasión migrante”, que incluye acabar con programas como el permiso que permitía a personas de ciertas nacionalidades emigrar legalmente, al igual que CBP One, una aplicación móvil que los migrantes podían usar para pedir una cita y presentarse en la frontera sur.
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Durante los cuatro años de mandato de Biden, más de dos millones de personas llegaron a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y huyendo de profundas crisis sociales y políticas en países como Venezuela, Nicaragua o Haití.
Datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) destacan que en América hay cifras elevadas de movimientos de personas con más de 21 millones de desplazados.