Si una antena pone foco a las ondas que llegan del espacio exterior, es probable que las escuche cantar. Las ondas coro son una clase de señales electromagnéticas asociadas a planetas con magnetósfera, producidas en la banda de frecuencia de las ondas de radio. Si un científico toma esa información cósmica que rodea un planeta y la sonoriza, escuchará un silbido agudo y breve, similar al trino de un pájaro.
Los científicos saben de la existencia de las ondas coro desde hace 70 años. Además de interesantes por su resultado sonoro, esta clase de radiación representa retos para la exploración espacial. Por sí mismas las ondas coro no son dañinas para los seres humanos, pero pueden desencadenar otras radiaciones que sí afectan a astronautas, naves, satélites y telecomunicaciones. Identificar cómo y dónde se producen estas ondas es fundamental para entender el clima espacial y su interacción con los campos magnéticos
Las ondas coro se extienden más allá de lo que se creía
Dos satélites de la NASA que conforman la Misión Magnetosférica Multiescala detectaron ondas coro a una distancia muy superior a lo esperado. Hasta hace poco, la ciencia pensaba que la altura máxima a la que se producía ese trino cósmico era 51,000 kilómetros de la superficie porque su existencia estaba por una magnetosfera planetaria. Las nuevas lecturas publicadas en un artículo de Nature estiman que también se generan en el espacio exterior, a 160,000 kilómetros de distancia, como mínimo. Es casi la mitad de la distancia promedio que hay entre la Tierra y la Luna.
Hasta ahora la mejor teoría sobre el origen de las ondas coro es que se producen porque los electrones de alta energía que provienen del viento solar quedan “atrapados” en una región de la atmósfera de la Tierra con sus propios protones y electrones cargados. Este campo también es conocido como cinturón de radiación Van Allen. Cuando el viento solar se mueve a través del cinturón Van Allen, se genera una inestabilidad que, a su vez, produce una resonancia ciclónica. En otras palabras, los electrones giran en espiral y emiten ondas electromagnéticas en la banda de frecuencia de las ondas de radio.
El agujero negro que se activó en SDSS1335+0728 es un millón de veces más masivo que el Sol.
La teoría señala que es fundamental que exista un campo magnético para que se escuche ese trinar cósmico. Las ondas coro también se han encontrado en Júpiter o Saturno, planetas con poderosos campos magnéticos. El descubrimiento reciente de los satélites de la NASA señala que estas inestabilidades pueden generarse en el territorio alejado de los planetas, sin la necesidad de un campo dipolar magnético de un cuerpo.
“Aquí, en contraste con la expectativa convencional de que las ondas coro están gobernadas por campos dipolares magnéticos planetarios, reportamos observaciones de ondas coro repetitivas de tono ascendente en la lámina neutra terrestre, donde los efectos del dipolo magnético están ausentes”, explican los autores en su artículo ‘Transferencia de energía campo-partícula durante las emisiones de coro en el espacio’.
No es la primera vez que se debate la necesidad de un campo dipolar magnético. En febrero de 2024, un equipo de científicos logró producir ondas coro acelerando partículas e introduciéndolas en campos magnéticos artificiales. Los científicos aceptan que, aunque atractivas, las ondas coro siguen siendo un fenómeno meteorológico espacial con muchas oportunidades de investigación.