Un reciente estudio publicado en Frontiers in Public Health ha encontrado que las artes y las manualidades pueden ser una herramienta para mejorar la salud mental de la población. Este hallazgo refuerza la importancia de las actividades creativas como un recurso accesible y económico que podría tener un impacto significativo en el bienestar emocional de las personas.
Los investigadores, encabezados por la Dra. Helen Keyes de la Universidad Anglia Ruskin, se inspiraron en la necesidad urgente de promover la salud mental a nivel global, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19, que trajo consigo un aumento en los problemas de salud mental.
El equipo se propuso analizar el efecto de las actividades artísticas y manuales en la vida diaria de las personas, con el objetivo de determinar si estas actividades pueden contribuir a mejorar el bienestar emocional general.
El estudio, que se basó en una muestra de 7.182 personas participantes en la encuesta anual Taking Part del Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte del Reino Unido, reveló los resultados.
Las personas que participaron en actividades artísticas y manuales experimentaron mayores niveles de felicidad y satisfacción vital. Más notable aún fue el hallazgo de que estas actividades les brindaron una mayor sensación de que sus vidas tenían valor, un efecto que, según Keyes, superó incluso el impacto de tener un empleo.
“La artesanía y otras actividades artísticas han demostrado tener un efecto significativo en la percepción de que la vida de las personas vale la pena”, explicó Keyes. “Este impacto es notablemente mayor que el de tener un empleo. Las actividades manuales no solo ofrecen una sensación de logro, sino que también permiten la autoexpresión de maneras que no siempre se logran en el entorno laboral”.
Los científicos también se enfocaron en evaluar el impacto de estas actividades más allá del contexto clínico controlado, lo que permitió obtener una visión más amplia sobre su efecto en la población en general.
Controlando variables sociodemográficas, como el género, la edad, el estado de salud, la situación laboral y el nivel de privación, los investigadores pudieron aislar el efecto de las artes y manualidades en el bienestar emocional.
Se sabe que la mala salud, el desempleo y la privación económica están relacionados con menores niveles de bienestar, lo que hace que los hallazgos de este estudio sean aún más significativos.
Calificar el nivel de felicidad
A los participantes se les pidió que calificaran su felicidad, ansiedad y satisfacción con la vida, así como su percepción de si la vida tenía sentido. También se les preguntó con qué frecuencia se sentían solos y si habían participado en alguna actividad artesanal durante el último año. El 37,4% de los encuestados confirmó haber realizado al menos una actividad artesanal en los últimos doce meses, y estas personas reportaron niveles más altos de bienestar.
Sin embargo, el estudio también reveló una limitación interesante: aunque las actividades artísticas y manuales mejoraron la sensación de bienestar, no se observó un impacto significativo en la reducción de la soledad. Esto puede estar relacionado con el hecho de que muchas actividades artísticas se realizan de manera solitaria, por lo que se necesitarán investigaciones adicionales para explorar los aspectos sociales de estas actividades.
Keyes sugirió que los gobiernos y los sistemas de salud podrían considerar la promoción de las artes y manualidades como parte de sus estrategias para mejorar la salud mental pública. “Los servicios nacionales de salud podrían explorar la financiación y promoción de actividades creativas o incluso prescribirlas de manera social para poblaciones en riesgo, como parte de un enfoque preventivo y de promoción del bienestar mental”, dijo.
La investigación destaca cómo las artes, aunque su impacto en el bienestar es pequeño, pueden ser una herramienta efectiva y de fácil acceso para mejorar la salud mental. Los efectos observados en este estudio son comparables a los de variables sociodemográficas, que son más difíciles de modificar.
Por lo tanto, fomentar el acceso a las actividades creativas podría ser una estrategia valiosa para mejorar el bienestar emocional de las personas, particularmente en tiempos difíciles como los vividos durante la pandemia.
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