Una antigua avispa pudo haber zumbado entre los dinosaurios, con un cuerpo similar a una planta carnívora Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) para capturar y atrapar a sus presas, informaron científicos este miércoles (26.03.2025).
El abdomen de esta avispa parásita cuenta con un conjunto de paletas con solapas cubiertas de cerdas delgadas, que se asemejan a “una pequeña trampa para osos adherida a su extremo”, dijo el coautor del estudio Lars Vilhelmsen del Museo de Historia Natural de Dinamarca.
Los científicos descubrieron más de una docena de avispas hembra preservadas en ámbar de 99 millones de años de antigüedad de la región de Kachin en el norte de Myanmar.

Mecanismo similar a la Venus atrapamoscas
Las solapas y pelos similares a dientes de la avispa se asemejan a la estructura de la planta carnívora Venus atrapamoscas, que se cierra de golpe para digerir insectos desprevenidos. Pero el diseño del mecanismo de la avispa hizo pensar a los científicos que su trampa estaba diseñada para sujetar, no para aplastar.
En cambio, los investigadores sugirieron que la estructura similar a un atrapamoscas se utilizaba para mantener quieto a un insecto inquieto mientras la avispa ponía un huevo, depositando una avispa bebé para alimentarse y drenar a su nuevo huésped.
Es una estrategia adoptada por muchas avispas parásitas, incluidas las avispas cuco y betílidas actuales, para explotar insectos. Pero ninguna avispa conocida ni ningún otro insecto lo hace con solapas tan extrañas como esta.
Sirenobethylus charybdis: nombre mitológico para una especie extraordinaria
“He visto muchos insectos extraños, pero este tiene que ser uno de los más peculiares que he visto en mucho tiempo”, dijo la entomóloga Lynn Kimsey de la Universidad de California, Davis, quien no participó en la investigación.
Los científicos nombraron a la nueva avispa Sirenobethylus charybdis, en parte por el monstruo marino de la mitología griega que provocaba violentos remolinos al tragar y expulsar agua.
El nuevo estudio fue publicado en la revista BMC Biology e incluyó a investigadores de la Universidad Normal de la Capital y el Museo de Ámbar Xiachong de Beijing en China.

Biodiversidad prehistórica
No está claro cuándo se extinguió la avispa. Estudiar insectos inusuales como este puede ayudar a los científicos a comprender de qué son capaces los insectos y cuán diferentes pueden ser.
“Tendemos a pensar que las cosas interesantes solo se encuentran hoy”, dijo Gabriel Melo, un experto en avispas de la Universidad Federal de Paraná en Brasil, quien no participó en el estudio. “Pero cuando tenemos esta oportunidad, vemos que muchas cosas realmente excepcionales y extrañas ya sucedieron”.
FEW (AP, BMC Biology)