Las llamadas de spam pueden convertirse en un auténtico incordio para los usuarios. Especialmente, cuando se producen a horas inadecuadas: en el trabajo, en medio de una conversación importante o en nuestro tiempo de descanso.
Es muy habitual que empresas de telefonía, de seguros o de compañías eléctricas llamen de manera incansable para intentar vender sus productos. La problemática se ha hecho más acusada, aún, en los últimos tiempos, pues existen técnicas para que en nuestras pantallas se muestren números de teléfono que pueden no parecer ‘sospechosos’.
Las estafas proliferan
Pero, las llamadas publicitarias, dentro de todo, no representan lo más peliagudo a lo que tienen que enfrentarse los usuarios. Los ciberdelincuentes están a la orden del día y las estafabas por teléfono proliferan sin control.
Haciéndose pasar por entidades bancarias o, incluso, por familiares intentan obtener datos privados con el único fin de extraer dinero. Por eso, lo más importante es no dar nunca datos personales por teléfono.
En caso de los bancos, las autoridades recomiendan colgar y marcar el número que tengamos guardado de nuestra entidad para asegurarnos de que lo que nos estaban contando es real. En caso de hacerse pasar por un familiar -una estafa que se produce, en muchas ocasiones, por mensaje de WhatsApp- deberemos cerciorarnos de si ese familiar realmente existe, y en caso de ser así, tratar de contactar con él por otras vías.
Los trucos
La cuestión es que existen dos métodos sencillos, que podrás poner en práctica en minutos, para detectar si la llamada que estás recibiendo es o no spam. El primero de ellos, la descarga de aplicaciones gratuitas, como es el caso de Truecaller, que da información sobre la llamada entrante.
El segundo es todavía más simple: activar Google que, a través de Maps, puede recabar información de las bases de datos para detectar si la llamada que estamos recibiendo es spam o no. En caso afirmativo, emitirá un aviso advirtiéndonos del posible fraude.