Fotografía de archivo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. EFE/EPA/Jabin Botsford/POOL
Las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien asumirá el poder el próximo 20 de enero, han causado alteraciones en la región que, a criterio de especialistas, ha impactado en el nacionalismo de al menos cuatro países: Canadá, México, Dinamarca y Panamá. Sin embargo, consideran que estas aseveraciones responden a la personalidad de Trump y descartan que materialice sus amenazas por la fuerza.
En diversas ocasiones, Trump ha asegurado que “recuperaría el control” del Canal de Panamá; declaró que piensa presionar económicamente a Canadá para anexar al país a Estados Unidos; aseguró que tiene interés en “adquirir” Groenlandia ―que pertenece a Dinamarca― y, entre otras cosas, propuso cambiar el nombre del “Golfo de México” a “Golfo de América”, a la vez que planea designar a los cárteles de narcotráfico mexicanos como grupos terroristas.
Pueden dar luces del lenguaje de Trump
A consideración del especialista en relaciones internacionales Carlos Cascante, las declaraciones de Trump luego de ganar las elecciones pueden dar luces de cómo será su mandato.
“La amenaza será parte de la mesa de negociación: el uso de la extorsión y un discurso fuerte formarán parte de cualquier proceso en el que la Administración decida avanzar en sus objetivos”, refirió Cascante.
El catedrático y politólogo estadounidense, Evan Ellis, coincidió con Cascante en que las declaraciones de Trump no significarán el uso de la fuerza y lo atribuyó más bien a las características de la personalidad del mandatario.
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“No interpreto estas declaraciones como amenazas de fuerza, sino como comentarios que reflejan su personalidad y su irritación con la prensa. Trump tiende a responder con declaraciones provocadoras cuando siente que lo están intentando encasillar o limitar”, dijo Ellis a LA PRENSA.
Según Ellis, su mención de Canadá y México como “estados” puede ser vista por algunos como “humor inapropiado”, pero refleja su frustración con la corrección política y la manera en que la prensa maneja sus comentarios. “Esto, en mi opinión, no debe tomarse como una postura oficial de política pública, sino como un rasgo de estilo personal”, refirió.
Respuestas de líderes
No obstante, sus comentarios han generado respuestas de líderes de los países a los que ha hecho atribuciones. Por ejemplo, la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum ha respondido con argumentos históricos a los comentarios de Trump sobre renombrar el Golfo de México a Golfo de América.
“Entonces, vamos a llamarle América Mexicana, ¿se oye bonito, no?”, comentó Sheinbaum en una rueda de prensa, mostrando un mapa antiguo donde así aparece nombrada la región.
También respondió a las aseveraciones de Trump de que México es dirigido por cárteles de droga.
“En México gobierna el pueblo porque la presidenta fue elegida por el pueblo de México y estamos atendiendo el problema de la inseguridad”, sostuvo Sheinbaum, quien señaló que Trump piensa que en México todavía gobierna el expresidente Felipe Calderón y su exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, quien fue sentenciado el año pasado en Estados Unidos a 38 años de cárcel por recibir sobornos del narcotráfico.
El analista político mexicano Fred Álvarez Palafox consideró que Sheinbaum se “dejó llevar” por los comentarios de Trump que no responden a una política de su administración. “Sin embargo, lo realmente preocupante de las declaraciones de Trump no fue lo relacionado con el Golfo, sino su afirmación sobre el poder criminal que ejercen los cárteles de la droga en el país. Es probable que el comentario sobre el Golfo haya sido una broma, pero lo otro debe tomarse en serio, ya que lo expresó en su primera conferencia de prensa como presidente, respaldado por el Capitolio”, señaló Álvarez.
No obstante, el analista político panameño, Edwin Cabrera, señaló que de momento existen muchas especulaciones sobre la administración Trump y que es preferible esperar hasta el 20 de enero, cuando asuma la Presidencia.
“No es lo mismo hablar como presidente electo que como presidente en funciones, y muchas de sus declaraciones actuales podrían cambiar una vez que esté en el cargo”, remarcó.
También Canadá y Dinamarca han respondido a Trump. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró este martes que “jamás, pero jamás” Canadá formará parte de Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen, dijo que Groenlandia puede independizarse si sus habitantes lo desean, pero no se convertirá en un estado de Estados Unidos.
Administración de China en Panamá podría ser el detonante de aseveraciones de Trump
El presidente panameño, José Raúl Mulino, también respondió a las declaraciones de Trump sobre recuperar el Canal de Panamá: “El canal es de los panameños y seguirá siendo de los panameños. Y no, no hay otra forma de verlo ni de tomarlo que no sea así”, dijo Mulino en una entrevista a la cadena CNN.
El analista político panameño, Edwin Cabrera, dijo a este Diario que algunos opinan que las declaraciones de Trump tienen relación con la presencia de China en Panamá, particularmente con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Otros señalan la administración de los puertos de Balboa y Cristóbal por la empresa china Hutchison Whampoa.
“Sin embargo, es importante destacar que estos son solo dos de los cinco puertos que existen en el país: dos en el Pacífico y tres en el Atlántico. De los cinco, dos están gestionados por Hutchison Whampoa, mientras que los demás están bajo el control de empresas de Estados Unidos, Taiwán y Singapur. Trump ha afirmado que existe discriminación contra barcos estadounidenses en el paso por el canal, algo que es absolutamente falso. El Canal de Panamá no discrimina a ninguna embarcación, sin importar su bandera”, dijo Cabrera.
Sin embargo, aseguró que estas declaraciones han comenzado a generar preocupación en algunos sectores, especialmente ante la posibilidad de que el mandatario insista en este tema y tome medidas económicas o financieras contra Panamá. Además, señaló que no parece probable que recurra a la fuerza.
Posturas diversas sobre su postura frente a la democracia
Sin embargo, los analistas consultados por LA PRENSA tienen distintas posturas en cuanto al interés de Trump sobre la democracia y el debilitamiento de la misma en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Pese a esto, coinciden en que primarán los intereses sobre los negocios y la competencia comercial, especialmente con China.
Cascante aseguró que Trump, en este nuevo mandato, estará menos interesado por la democracia en la región, puesto que, a su criterio, “su intención será que los gobiernos que le adversen sean democráticos o no, la pasen mal”.
“Es decir, la administración no valorará el respeto por las libertades democráticas, sino el apego de esos gobiernos a los planes que establezca la administración Trump”, aseguró.
Añadió que considera que será, más bien, una administración preocupada por China y por los gobiernos que se desvíen de la línea esencial que quiera trazar desde Washington.
“Desde esa perspectiva, más que evaluar si un gobierno es democrático o autoritario, lo que les importará será si ese gobierno, sea autoritario o democrático, se alinea con las posiciones de Washington. En base a eso, tomarán decisiones para presionar o no a esos gobiernos”, añadió.
Por otro lado, Ellis asegura que Trump sí pondrá el ojo sobre la democracia en América, especialmente en la región latinoamericana, pero que habrá un menor “interés de juzgar” cómo los gobiernos de la región manejan sus compromisos democráticos.
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“Destaco la cantidad de personas que Trump ha elegido para liderar su administración. Por ejemplo, Marco Rubio como posible secretario de Estado, quien ha dedicado su carrera a la lucha por la libertad y al control de las dictaduras. Asimismo, su asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, quien ya ha bloqueado financiamiento del gobierno de los Estados Unidos al régimen de Maduro en Venezuela, refuerza este enfoque”, dijo Ellis.
Además, consideró que será una administración más enfocada en los negocios y en proteger los intereses comerciales y estratégicos de los Estados Unidos, priorizando la colaboración desde esa perspectiva.
Los especialistas señalan que, en el contexto de la competencia global con China y Rusia, áreas geográficas clave, como el Canal de Panamá, seguirán siendo de suma importancia, así como el acceso de empresas estadounidenses a estas regiones. México también jugará un papel crucial en términos de comercio y como escenario de una creciente presencia de empresas chinas.