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C. NAVARRO
Actualizado
era el 9 de agosto, pasadas las 15.00 horas, cuando el Barcelona anunciaba el regreso de Dani Olmo. El catalán era uno de los grandes objetivos de mercado de la institución culé y, finalmente, lograba ficharlo. Pero esa ha sido, hasta el momento, prácticamente la única alegría del jugador de Terrassa en estos cinco meses que han pasado desde que llegó a la institución. Le ha tocado sufrir por su inscripción en verano, ha lidiado con lesiones y ahora, de nuevo, vive con gran incertidumbre su futuro. Están siendo días complicados para el internacional.
Dani Olmo regresó a ‘su’ con una gran ilusión, pero está viviendo con muchos contratiempos. En verano se perdió dos jornadas de LaLiga porque el Barcelona no lo pudo inscribir hasta el 26 de agosto. En ese momento, la lesión de Christensen permitió al conjunto culé poder dar de alta al jugador catalán, que debutó sólo un día después contra el Rayo Vallecano y marcó. Fueron días de tensión para el atacante, pero, finalmente, la institución encontró una solución.
Cuando parecía que este susto inicial quedaría sólo en eso, el catalán vivió un nuevo revés. En este caso, en forma de lesión. El 15 de septiembre, y cuando sólo había participado en tres compromisos pero dejando muy buenas sensaciones y goles, entró en la enfermería. Sufrió contra el Girona una dolencia en el bíceps femoral de la pierna derecha. El atacante se perdió cuatro encuentros y dos de la Champions y reapareció el 23 de octubre contra el Bayern.
De titular a no inscrito
Poco a poco, el jugador iba recuperando confianza y galones en el equipo y, a finales de noviembre, se convirtió en un fijo para Hansi Flick. Había salido de inicio en seis de los últimos siete encuentros que disputó el Barcelona. Y, de nuevo, otro mazazo.
Aunque los mensajes del Barcelona eran de tranquilidad en cuanto a su inscripción, y la de Pau Víctor, llegó el 31 de diciembre y ninguno de los dos jugadores tenía la situación regularizada. Por lo tanto, LaLiga ya los borró de la plantilla culé el mismo 1 de enero y, desde entonces, trabajan con normalidad a la espera de que los ejecutivos encuentren una solución.