David Fernndez, enterrador de Meirs, junto a la tumba que intentan trasladar en el camposanto sadense. CSAR QUIAN
En Meirs intentan apartar una sepultura para mejorar el acceso. Muy cerca yacen personajes de Emilia Pardo Bazn
02 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
En esta semana frentica de esponjas y flores, hay tumbas que nadie visita. Nichos que son testigos del recuerdo a sus vecinos, pero que llevan dcadas sin recibir una msera rosa. Y en algunos cementerios de la comarca tambin ocurre con tumbas egregias, llamativas, de ubicacin en primera fila de paso.
Es el caso de Antonia Surez Franco, fallecida en 1903 y enterrada en el camposanto de Meirs, en el municipio de Sada. Con el paso del tiempo, su tumba ha quedado en medio del camino de paso, con una voluminosa cruz grabada que preside la composicin rodeada con una verja negra.
El enterrador y responsable del cuidado del recinto lleva tiempo buscando a sus familiares para proponerles una mudanza a un nicho convencional y poder as eliminar esta especie de tapn. Durante ms de un ao tuve colocado un cartel en la tumba preguntando por algn familiar o descendiente de la seora para gestionar un posible traslado, seala David Fernndez. Pero nadie ha debido visitar esta tumba en mucho tiempo, explica. El paso del tiempo ha afectado al montculo, que no va acorde con la verja que lo rodea.
Contratiempos al margen, el cementerio de Meirs esconde otros secretos visitables cualquier da del ao, especialmente si se es adicto a la literatura de Emilia Pardo Bazn. A pocos metros de la tumba del conflicto, una lpida blanca cubre los restos del pintor Joaqun Vaamonde, fallecido por tuberculosis en el 1900 a los 28 aos. Suyo es uno de los retratos ms populares de la famosa escritora, quien convirti a Vaamonde en uno de sus personajes, Silvio Lago, en su obra La quimera, un dato que recoge la propia lpida de Meirs. El pintor comparte el espacio eterno con el que fuera mayordomo en las torres de Meirs, Francisco Roca Martnez, junto con su esposa, la cocinera Pilar Chas Portela, quien tambin aparece en la misma novela de doa Emilia.
Tumba de los tres gitanos asesinados en Montrove en 1936. Toni Silva
Los gitanos de Lins
Tambin hay tumbas alimentadas por flores (aunque sean de plstico) pese al paso de las dcadas, sepulturas que son tambin un smbolo. Es el caso de los tres gitanos enterrados en el cementerio de Lins (Oleiros), el primer tmulo tomando la iglesia por el lado izquierdo. All estn los nombres y las escalofriantes edades de tres personas asesinadas en Montrove en septiembre e 1936. Junto a Antonio Camacho Lobato (45 aos), yacen dos cros, Antonio Montoya Camacho (16) y Manuel Gimnez Montoya (14). Durante mucho tiempo se pens que eran cuatro los enterrados, pero un descendiente aclar que ese cuarto se salv por un fallo en el arma del guardia civil que lo tena encaonado.
