Quedar 0-3 en una serie de cualquier deporte profesional en los Estados Unidos es prácticamente sinónimo de derrota asegurada. La obligación de ganar cuatro juegos consecutivos luego de perder los tres primeros es una hazaña que pocos han sido capaces de lograr y el béisbol de la MLB no es ajena a ello. De hecho, ningún equipo en la historia de las Series Mundiales logró quedarse con el título tras arrancar con tres caídas. Aunque sí hubo uno que lo logró antes, y los New York Yankees saben muy bien de qué se trata.
La Serie Mundial de 2004 es una de las historias de redención y gloria más memorables del béisbol moderno. Los Boston Red Sox rompieron una sequía de 86 años sin títulos y lo hicieron de manera épica, protagonizando una remontada que pasó a la historia y luego barriendo en la serie definitiva.
La remontada contra los Yankees en la Serie de Campeonato
Para entender lo increíble de esta hazaña, hay que recordar primero cómo llegaron los Red Sox a la Serie Mundial. En la Serie de Campeonato de la Liga Americana, se enfrentaron a sus eternos rivales, los New York Yankees, y rápidamente se vieron en una situación desesperada: perdiendo la serie 3-0.
Ningún equipo en la historia de la MLB había logrado recuperarse de tal desventaja en una serie de postemporada. En un despliegue de pura resiliencia y con actuaciones históricas, los Red Sox ganaron cuatro partidos consecutivos. Los nombres de David Ortiz y Curt Schilling brillaron intensamente, con Ortiz logrando hits decisivos en momentos críticos y Schilling lanzando con una legendaria “media ensangrentada” debido a una lesión en el tobillo que le requería cirugía. La remontada culminó en el Yankee Stadium, sellando una de las rivalidades más intensas del deporte.
Barrida ante los St. Louis Cardinals en la Serie Mundial
Después de derrotar a los Yankees, los Red Sox llegaron a la Serie Mundial con una energía y un propósito irrefrenables. Se enfrentaron a los St. Louis Cardinals, campeones de la Liga Nacional y un equipo con gran talento en sus filas, incluyendo a jugadores estelares como Albert Pujols y Scott Rolen. Sin embargo, los Red Sox, ahora imparables, no dieron tregua. En el primer juego, aprovecharon los errores defensivos de los Cardinals y el bateo de Manny Ramírez, quien se alzó como el MVP de la serie.
Los siguientes tres partidos siguieron el mismo guion: una combinación de picheo dominante, con jugadores como Pedro Martínez y Derek Lowe en la lomita, y una ofensiva que nunca bajó el ritmo. En el cuarto partido, los Red Sox completaron la barrida con una victoria de 3-0 en el Busch Stadium de San Luis, asegurando el título que tanto tiempo había evadido a la franquicia.
Rompiendo la “Maldición del Bambino”
La victoria de 2004 se convirtió en un momento catártico para Boston. Desde 1918, los Red Sox habían sido considerados “malditos” por la famosa “Maldición del Bambino“, que supuestamente cayó sobre el equipo cuando vendieron a Babe Ruth a los Yankees. Esta creencia popular se arraigó tras varias derrotas desgarradoras en la postemporada, pero la victoria en 2004 rompió el hechizo y marcó una nueva era para la franquicia.
Con esta victoria, los Boston Red Sox no solo ganaron una Serie Mundial; lograron una de las remontadas más inolvidables de la historia deportiva. El equipo de 2004 será recordado para siempre en la historia del béisbol como el equipo que desafió las probabilidades y resucitó la esperanza de toda una generación de seguidores.
Más allá de la épica y de haber sido el único equipo que remontó un 0-3 en postemporada, eso no ocurrió en la Serie Mundial. ¿Podrán los Yankees vengar aquella caída y ser los primeros en volver de una “muerte” casi segura?