En el imaginario colectivo de Estados Unidos, la etiqueta de “latinx” es un término unificador usado para describir a un grupo de personas que hablan español y son inmigrantes. Esta idea reduccionista de identidad ha propuesto la noción de un destino común, con luchas y objetivos similares. Pero la realidad es otra. Si bien la población latina o hispana comparte historia, cultura e idioma, su composición demográfica en Estados Unidos es tan heterogénea como su marco ideológico complejo de clasificar en una simple categoría.
El segundo grupo minoritario más grande de EE.UU
(Todos estos cálculos están basados en aquellos que se autoidentifican como latinos o hispanos, y eso incluye a los nacidos en EE.UU. de ascendencia latina y a los inmigrantes, tanto los que están en situación regular como los indocumentados)
Según estimaciones de población de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en 2022 casi 63,6 millones de hispanos/latinos vivían en los Estados Unidos, lo que representa el 19,5% del total de la población:
- 67,3% nació en EE.UU.
- 46% de los inmigrantes latinos han vivido en los EE.UU. durante 21 años o más.
Aproximadamente el 62% proceden de México. La segunda y tercera posición del ranking eran para dos países caribeños, Puerto Rico y Cuba. Los venezolanos, dominicanos y guatemaltecos tuvieron el crecimiento demográfico más alto desde 2010.
Los panameños (89%) y mexicanos (79%) tienen algunas de las tasas de ciudadanía más altas, mientras que los hondureños (53%) y venezolanos (51%) tienen las tasas más bajas.
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Actualmente uno de cada cinco estadounidenses es de origen latino y en 2060 se espera que sea uno de cada cuatro, hasta sumar 119 millones.
Lo que representan en la economía
La inmigración perfilada siempre como una emergencia política que agita el clima electoral, es lejos un problema desde el punto de vista económico, siendo que:
- Los latinos en EE.UU. generan al año USD 2,8 billones, el equivalente a lo que México y Brasil juntos.
- Si los latinos en EE.UU. constituyeran un país “sería la quinta economía del mundo” con un Producto Interior Bruto (PIB) mayor que el de Reino Unido, India o Francia.
Desmontando bulos
Los perfiles de una identidad latina compartida están en constante evolución, pero el racismo y la xenofobia que se dirigen contra los latinos son persistentes.
“Los inmigrantes no pagan impuestos”
Año con año cientos de inmigrantes pagan miles de millones de dólares ante el Servicio de Rentas Internas (IRS) dinero que juega un papel vital en el financiamiento y la sostenibilidad de los programas y servicios públicos de los Estados Unidos con los que se benefician sus ciudadanos.
Según un reporte del American Immigration Council, en 2021 los inmigrantes indocumentados pagaron USD 30,800 millones en impuestos totales, incluidos USD 18,600 millones en impuestos federales sobre la renta y USD 12,200 millones en impuestos estatales y locales.
“Los inmigrantes indocumentados reciben ayudas del Estado”
Pese a que los inmigrantes indocumentados pagan impuestos, estas personas no califican para ningún beneficio federal. De hecho, con el cumplimiento de sus responsabilidades fiscales estarían ayudando a financiar los mismos sistemas que los detienen y deportan, aunque seguro paguen tanto o más de lo que les corresponde en comparación con el 1% más rico del país que goza de exenciones fiscales.
“Los latinos son flojos”
Los latinos además son una población joven, lo que contribuye a que represente una mayor proporción de la fuerza laboral del país. Hoy el 25% de la juventud estadounidense es latina, según datos del Centro de Investigaciones Pew.
Asimismo, son cada vez más los que tienen estudios superiores. El crecimiento académico es de cinco puntos porcentuales en la última década.
“Vienen a quitarnos el trabajo”
Uno de cada 200 latinos abre un negocio cada mes. Hay 4,7 millones de negocios en el país cuyos dueños son latinos. Estos generan más de USD 800.000 millones, según cifras de la Cámara Hispana de Comercio.
¿Batalla demográfica o de clases?
No todos los latinos votan, pero, en un escenario electoral cada vez más cerrado, todos sus votos importan.
Una encuesta del New York Times revela que alrededor del 40% de latinos (y afroamericanos) están a favor de deportar inmigrantes indocumentados y comparten la idea de que estos son responsables del crimen “fuera de control” en las ciudades. El dato contrasta con otro aún más potente: sólo un tercio de los votantes hispanos registrados dijeron que sienten que están hablando de ellos cuando se habla de los problemas con la inmigración.
Si alguien sabe cómo explotar eficazmente las divisiones y la intolerancia al interior de las comunidades minoritarias, enfrentándolas entre sí, es Donald Trump. Aunque el expresidente constantemente les usa como chivo expiatorio de todos los males del país y en campaña sus representantes utilizan un lenguaje incendiario, racista y abiertamente antiinmigrante, en todos sus mítines se refleja un número cada vez mayor de votantes latinos a quienes paradójicamente ha cortejado enfatizando su “identidad estadounidense”.
De hecho, hay encuestas que muestran cómo los partidarios de Trump son mucho menos propensos que los partidarios de Harris a decir que ser hispano o negro es importante para su identidad personal.
Si todo esto les atrae más de los que les repele es una pregunta que sólo la propia elección podrá responder pero que de momento nos hace cuestionarnos si en EE.UU. las clases pesan más que las identidades.