La tasa de ahorro de los hogares españoles sigue escalando. En el segundo trimestre de 2024 las familias destinaron el 21,2% de su renta disponible al ahorro, la tasa más alta de los tres últimos años. En el mismo periodo de tiempo de hace un año, ese ahorro era de tan solo el 19,6%.
Estos datos provienen de las Cuentas Trimestrales no Financieras de los Sectores Institucionales publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Ahorrar es difícil pero organizar bien las finanzas y tener claras las ideas son clave para empezar a invertir y aprovechar esa rentabilidad para compensar la inflación que poco a poco se come parte de ese dinero.
Los ingresos que se tienen de forma mensual requieren una buena administración para llegar a fin de mes sin sobresaltos y no debe faltar una parte para el ahorro e inversión de cara al futuro. Por eso, la regla 50-20-30 es una forma sencilla de organizar el dinero sin olvidar ningún aspecto.
La regla 50-20-30
¿Qué quiere decir esta regla? Hace referencia a la distribución de los ingresos en porcentajes. Los expertos explican que la primera parte, la del 50%, indica que, de los ingresos mensuales, un 50% (es decir, la mitad) debería ser el porcentaje destinado a gastos fijos como vivienda, transporte y facturas. Por otra parte, el 20% es el porcentaje destinado a ahorrar e invertir. Es importante que esta parte del dinero esté generando rentabilidad, para sortear, al menos en parte, el efecto de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo. Finalmente, el 30% está destinado a ocio y gastos prescindibles, en los que se incluyen viajes o salidas que se puedan hacer.
Una de las preguntas más recurrentes antes de empezar a invertir es qué cantidad de dinero debe estar destinada a estos productos de inversión. Dentro del 20% que se destina a ahorro e inversión, hay que dejar sin invertir el dinero que podamos necesitar como colchón si hay un imprevisto, así como el dinero que planeamos necesitar a corto plazo (es decir, si tenemos ahorrado un dinero para comprar un ordenador en un par de meses, no lo invertiremos). El colchón de emergencia debería sumar entre tres y seis meses de gastos normales. Es decir, si los gastos normales son de 1.000 euros, por ejemplo, el colchón de emergencia debe ser de entre 3.000 y 6.000 euros.
En qué invertir el ahorro
Una vez tengamos identificada la cantidad de dinero a invertir, es el momento de encontrar un producto acorde con nosotros. Dependiendo del tipo de inversor que seamos podremos contemplar un mayor o menor riesgo de pérdida para la inversión, teniendo en cuenta que a mayor riesgo, mayor rentabilidad potencial. Además, el tiempo juega a favor de la inversión, ya que con un horizonte temporal más largo es posible beneficiarse de la tendencia al alza de los mercados y, por tanto, obtener más rentabilidad.
En el caso de ser inversores principiantes, lo mejor es buscar productos de inversión que sean sencillos, como por ejemplo los fondos de inversión o los fondos indexados, que son activos fáciles de entender. Es importante controlar las comisiones que cobra cada entidad por contratar un fondo de inversión y buscar las más bajas. También debemos comprobar la rentabilidad histórica, que no garantiza la rentabilidad futura, pero nos puede dar una fotografía de lo que esperar.
Plazo de recuperación
Para los que no se sientan cómodos con la idea de invertir, es decir, sean más conservadores, siempre quedarán los depósitos a plazo fijo. Estos tienen la ventaja de que no hay apenas riesgo de pérdida sobre el dinero, ya que el capital está garantizado.
Antes de contratarlos se establece un plazo en el que se recuperará el dinero y una rentabilidad, de forma que ya se conoce en qué momento se podrá disponer del dinero y qué cantidad de intereses se generarán.