Ayrton Senna murió el 1 de mayo de 1994 cuando se encontraba en lo más alto de su carrera en la Fórmula 1. Un grave impacto en un circuito que ya venía teniendo varios momentos complicados, fue el punto final a su vida, aunque lo cierto es que el brasileño había chocado antes.
El único registro que se tiene del nacido en Sao Paulo impactando en una carrera data del año 1988, cuando en el Gran Premio de Mónaco se posicionaba como el candidato perfecto a ser primero en el podio, pero a 11 vueltas del final Alain Prost lo adelantó y fue así como, intentando revertir la situación, chocó contra uno de los muros con la parte delantera de su monoplaza.
La suspensión delantera izquierda del coche quedó destruida y el abandono de Senna era inevitable, lo cual permitió que Prost ganara. “Mi intención era poner presión sobre Senna, pero él no estaba presionado, ya que estaba muy lejos en el frente. Quizás haya perdido la concentración, y entonces uno siempre tiene posibilidades de conseguir la victoria”, recordó el francés ante los medios mucho tiempo después.
“En esa ocasión, a Senna no le fue muy bien en los entrenamientos de jueves y el sábado por la mañana, y, de repente, en la clasificación, fue tal vez el mejor, y con su último juego de neumáticos de clasificación, fue absolutamente increíble”, agregó el europeo sobre su colega.
El brasileño también habló sobre la que fue la derrota más dura de su camino por el automovilismo profesional, y usó palabras profundas para hacerlo: “Ese día, de repente, me di cuenta de que ya no conducía el auto de forma consciente. Lo conducía por una especie de instinto, estaba en una dimensión diferente”, expresó.
“El circuito era para mí como un túnel, sólo avanzaba y avanzaba. Estaba por encima del límite, pero era capaz de encontrar más”, añadió sobre lo que vivió en esa temporada en un espacio en el que tiempo después sería considerado “El Rey”.
Senna triunfó en Mónaco en 1987, 1989, 1990, 1991, 1992 y 1993. Los expertos analizan que “superó los límites de la realidad” con lo logrado allí, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que corría, donde no había los avances tecnológicos que existen hoy.