Cuando el sobrepeso pasa a convertirse en un problema: “Vienen pidiendo dietas y ayunos, eso no funciona”
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El estrés, factores genéticos, la falta de sueño y la dieta, entre las causas de la obesidad
El 14 de diciembre se celebra en España el Día de la Persona Obesa
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El dietista Israel Jiménez es contundente, “la obesidad es una enfermedad” y está provocada por diversas causas, “no solo por comer mal o no hacer ejercicio”, sino también por factores genéticos, el estrés, la falta de horas de sueño, la escasa educación nutricional, un modo de vida basado en la rapidez y aspectos socioeconómicos. “Es más barato comer mal que bien” y pone, como ejemplo, las bandejas de bollería de los supermercados en las que “cuatro croissants te cuestan un euro, mientras que comprar fruta o verdura sale mucho más caro”.
Este sábado, 14 de diciembre, se celebra en España el Día Nacional de la Persona Obesa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) habla ya de epidemia mundial para referirse a la obesidad que “reduce hasta en 10 años la esperanza de vida de quien la padece” y va asociada a patologías tan diversas como el cáncer, la diabetes o las dolencias cardiovasculares.
Al margen de indicadores concretos que confirman que una persona sufre exceso de peso, y que se establecen en más del 26% de grasa en mujeres y del 21% en hombres, hay señales que deberían hacer saltar nuestras alertas. Por ejemplo, cuando “empieza a costarnos subir cuatro o cinco escaleras”, cuando en la parte baja del abdomen comienza a acumularse grasa y surge “lo que llamamos el flotador” o cuando “nuestra primera aplicación en el móvil es la de reparto de comida rápida”.
Israel Jiménez es dietista y entrenador personal.Redacción Euskadi
El Índice de Masa Corporal (IMC) mide el exceso de grasa, pero Israel aconseja no reducirlo todo a un dato concreto, porque el IMC “solo tienen en cuenta peso y altura” y hay otros factores a valorar como la masa muscular. Así, “un culturista puede tener un alto porcentaje de grasa y no ser obeso, ya que también cuenta con un alto porcentaje de musculatura”, explica Jiménez, que además de dietista es entrenador personal: “Es primordial mantener la masa muscular y hacer ejercicios de fuerza” para evitar la obesidad sarcopénica, en la que se produce un aumento de la masa grasa con la disminución de la masa muscular.
“Me piden dietas y ayunos”
La obesidad es un “problema global” y Euskadi no se libra de esta lacra. El Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Estatal de Seguridad Alimentaria están tras un estudio publicado este 2024 que concluye que cinco de cada diez vascos tiene exceso de peso y uno de cada seis sufre obesidad.
Las personas que acuden a su consulta, lo hacen apremiadas por las ganas de quitarse kilos de encima de manera rápida, “quieren dietas, ayunos, una tabla con lo que tienen que comer: calorías, gramos…”, relata este profesional que advierte que “eso no funciona”, porque “no es una dieta de tres meses la solución sino el cambio de hábitos”.
Y la tarea no es sencilla, porque en un mundo en el que la velocidad es un valor añadido, se buscan soluciones rápidas y “la gente no quiere cambiar demasiado, porque no tiene tiempo”. De ahí, que “muchísimas personas”, a los tres o cuatro meses de empezar a luchar contra la obesidad, “terminan rindiéndose” porque “se frustran” al darse cuenta de que “tras unos meses de dieta han vuelto a los malos hábitos”.
Este dietista y entrenador personal avisa de que “no podemos abandonar nuestro cuerpo a los 30 años y al cumplir los 40 pretender recuperar esa década en unos pocos meses”. Ni el gimnasio ni la dieta son las soluciones mágicas, si no hay un cambio más profundo que debe afrontarse “paso a paso”. Para evitar el agobio o la frustración “de primeras, yo voy proponiendo pequeños cambios”, por ejemplo, dejar los refrescos que “siempre es un primer gran paso”.
La solución, en opinión de este profesional, pasaría por un “trabajo multidisciplinar” en el que un nutricionista aconseje pautas para hacer una buena compra y recetas saludables, un entrenador personal ofrezca pautas para una actividad física amena y un psicólogo aborde la faceta mental del paciente.