Para muchos, la crisis migratoria fue el tema que definió la balanza presidencial a favor de Donald Trump sobre Kamala Harris.
En Nueva York, la ciudad que más ha recibido inmigrantes llegados por la frontera con México desde 2022, la crisis ha sido tan grave que, según el alcalde demócrata Eric Adams, esas desavenencias con el gobierno de Joe Biden impulsaron las investigaciones federales que está enfrentando por supuesta corrupción y que han llevado a muchos a pedir su renuncia.
Irónicamente, mientras su propio Partido Demócrata lo he hecho a un lado, el mes pasado el entonces candidato republicano Donald Trump salió en defensa de Adams al coincidir en una gala benéfica en Manhattan.
En esa ocasión el ex mandatario dijo que sabía que Adams sería acusado después de oírlo criticar a la administración Biden por la crisis migratoria. “Fuimos perseguidos, Eric”, le dijo Trump a Adams, quien estaba sentado en el estrado a unas pocas sillas de él.
Ayer, al conocerse la victoria electoral de Trump, Adams realizó con su equipo una reunión informativa en el Ayuntamiento para hablar sobre el posible impacto de ese resultado en Nueva York, bastión tradicional del Partido Demócrata donde los republicanos mostraron avances significativos en estos comicios.
“Quiero felicitar al presidente electo Trump y al vicepresidente electo JD Vance, y desearles todo lo mejor en su trabajo para promover los intereses del pueblo estadounidense”, afirmó Adams. Luego dijo que esperaba trabajar con su venidero gobierno para resolver la crisis migratoria, pero sin plegarse a su promesa de campaña de hacer deportaciones masivas.
Nueva York, la alcaldía más grande del país, depende de $8,000 millones de dólares al año en ayuda federal para su presupuesto. “Esta ciudad siempre defenderá los derechos de las mujeres, de los hermanos y hermanas inmigrantes, de nuestra comunidad LGBTQ+ y de millones de personas más en Nueva York. Las mujeres pueden tener la seguridad de que sus derechos reproductivos están asegurados”, afirmó Adams.
De hecho, una de las propuestas aprobadas el martes por los votantes tiene previsto consagrar el derecho al aborto en la constitución del estado Nueva York, alegando que a nadie se le pueden negar los derechos civiles debido a su origen nacional, edad, discapacidad, orientación sexual, identidad o expresión de género, embarazo o “atención médica y autonomía reproductiva”.
“Quiero asegurarle a la gente que no tienen que reportarse, que no tienen que esconderse, que no tienen que pasar desapercibidos y que pueden seguir utilizando los servicios de nuestra ciudad, especialmente los servicios de emergencia”, dijo ayer el comisionado Manuel Castro de la Oficina de Asuntos Inmigratorios del Alcalde, citado por ABC News.
El alcalde añadió que, aunque la gente tiene derecho a protestar pacíficamente contra los resultados electorales, no tolerará ninguna manifestación violenta o vandálica.
En un acto aparte, la gobernadora (D) de Nueva York, Kathy Hochul, también felicitó a Trump y Vance, pero advirtió que no aceptará ninguna agenda de Washington que elimine los derechos conquistados por los neoyorquinos.
La crisis migratoria ha marcado la gestión del alcalde Adams, en medio de una batalla política nacional entre demócratas y republicanos. En septiembre de 2023 el alcalde presagió que la llegada masiva de inmigrantes “destruirá” a la ciudad, alegando falta de recursos y apoyo del gobierno de Biden.
“Cuando el gobierno federal no hizo nada mientras sus políticas de inmigración fallidas sobrecargaban nuestro sistema de refugios sin ningún alivio, puse a la gente de Nueva York por delante del partido y la política”, insistió Adams la noche del pasado 25 de septiembre en una declaración leída en video, horas antes de que se convirtiera en el primer alcalde de NYC en ejercicio en ser acusado en una investigación federal. Ello agravó la otra crisis institucional en el Ayuntamiento que había comenzado con redadas del FBI el 4 de septiembre a altos funcionarios, generando una cascada de renuncias y despidos.
El inicio del juicio contra Adams ha sido fijado para el próximo 21 de abril, al tiempo que su popularidad enfrenta mínimos históricos.